NO ANESTESIARSE

ANTIVIRUS

A fuerza de conocer detalles de la forma en que está creciendo la maldad en el mundo, vamos perdiendo la capacidad de asombro y por tanto la capacidad de repudiar lo malo.

Por esta razón es que advertimos acerca de la necesidad de no anestesiarnos, a no permitir que cada día más, nos resulte indiferente lo que sucede.

No importa donde ocurre, ni si está lejano o cercano, lo que nos debe impactar es que poco a poco vamos justificando de un modo o de otro, aquello que no es otra cosa que un nuevo triunfo de a maldad de la especie.

El caso en la India de la niña de tres años que fue secuestrada, violada y decapitada, no debe conmovernos por lo morboso del caso, debe afectarnos porque tres hombres mayores fueron capaces de semejante barbaridad.

No permitamos que la maldad cotidiana, afecte nuestra conciencia. Y nos haga inmune ante el dolor y la obra del enemigo de la fe.

Diego Acosta

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LA MASACRE DE MANCHESTER

Blog del TIEMPO!

Una bomba especialmente preparada con clavos y tornillos para causar el mayor daño posible, fue la que originó la muerte de por lo menos 22 personas.

El hecho ocurrió al término de un concierto, que tenía la singularidad la notoria juventud de la mayoría de sus asistentes, incluyendo a niños.

Pensando en las víctimas y en sus familias, es importante recordar a los instigadores del odio, a los mercaderes del terror.

Y también es necesario recordar a los que se esconden en torpes argumentos, para no condenar la violencia y sus muertos.

No puedo apartar de mi memoria las imágenes de los palestinos celebrando el atentado del 11 de septiembre en Estados Unidos.

No es esa celebración el fruto de la enseñanza del odio? No es esa la macabra repetición de frases y frases que se repiten contra quienes no piensan igual o creen igual?

Si se enseña el odio, habrá odio.

Si se enseña maldad, habrá maldad.

Olvidar esto es insensatos o de cómplices.

Lloramos con los que lloran, esta vez… en Manchester.

Diego Acosta

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LA BIBLIA – Romanos 1 1:18-32

Pablo advierte sobre la actitud pecadora de los hombres, a pesar de haber conocido a Dios, recibirán el pago de la muerte por sus hechos.

18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;

19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.

20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.

22 Profesando ser sabios, se hicieron necios,

23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,

25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,

27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;

29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;

30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,

31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;

32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

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JESÚS Y EL RECHAZO

CONGREGACIÓN

SÉPTIMO MILENIO

En estos tiempos se ha actualizado una vieja situación, confirmando lo que dijo el sabio Eclesiastés, que no hay nada nuevo bajo el sol.

Creemos que muchos puedan confundirse  pensando que el rechazo social sí es un hecho nuevo.

Sin embargo cuando tratemos la cuestión desde la perspectiva de su versión en inglés, nos podría indicar que estamos enfrentando un nuevo problema.

Dejando de lado estas cuestiones plenas de formalidad y también de una cierta dosis de frivolidad, lo importa es examinar el problema que afecta a tantas personas.

El rechazo tiene su forma más perversa si pensamos que cuando alguien es afectado por este comportamiento, lo que está recibiendo es desproporcionado.

Y lo más grave: Desproporcionado y doloroso, porque muestra uno de los aspectos más alevosos de la sociedad, cuando varios se agrupan en la agresión del rechazo hacia alguien.

Ese agrupamiento, esa forma de obrar en conjunto es revelador de la pobreza y del miedo de quienes obran de esta manera.

Pobreza porque se aúnan para agredir y miedo por el afán de evitar que las malas acciones de vuelvan contra ellos mismos.

Quién rechaza está mostrando uno de los aspectos más primarios de la condición humana, porque está alimentado de bajezas y de temores no declarados.

Pensemos: Cuantas personas han visto destrozadas sus vidas por estas actitudes?

Cuantas personas fueron llevadas a decisiones tremendas a causa del rechazo?

Todas estas manifestaciones de la humana condición, también revelan como la sociedad cuanto más se aleja de Dios más profundiza en el ejercicio de la maldad.

Un hombre sin principios, obra sin principios!

Un hombre con miedo es también un hombre sin principios, porque justificará todos los medios para defenderse.

Por esto es necesario recordar las enseñanzas de Jesús sobre los débiles, sobre los desechados, sobre los indefensos!

También tenemos que pensar en el Hijo del Hombre, cuando tenemos delante de nosotros a los agresores, a los hacedores de maldad.

Oremos por ellos, aunque en algún momento sean o creamos que son nuestros enemigos!

Solamente con Jesús seremos hombres y mujeres libres de la maldad e incapaces de practicarla.

Diego Acosta

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