LA PERFECCIÓN DE DIOS
Ser Perfectos como el Eterno
es imposible para los humanos,
aunque debamos buscar la Perfección,
desde la obediencia
y la observancia de sus Mandatos.
Diego Acosta – MENSAJE
Ser Perfectos como el Eterno
es imposible para los humanos,
aunque debamos buscar la Perfección,
desde la obediencia
y la observancia de sus Mandatos.
Diego Acosta – MENSAJE
ANTIVIRUS
Nuevamente hemos cambiado la hora y nuevamente los humanos hemos dado muestras de nuestra patética voluntad de perseverar en el error.
Desde 1974 se viene cambiando el sistema horario, dos veces al año, como si esos cambios hubieran tenido un resultado demostrable, seguimos insistiendo en repetirlos.
Lo cierto es que ni antes ni ahora hay quienes puedan esgrimir argumentos suficientes como para justificar, estos cambios que solo demuestran una cosa.
Y no es otra que el desafío de los humanos en modificar la perfección de la Creación de Dios. Los tiempos fueron establecidos por el Creador y por tanto son inalcanzables para la mente humana para intentar mejorarlos.
Si fuéramos más humildes nos evitaríamos tener que reconocer una vez que somos capaces de repetir el mismo error y que somos incapaces de asumir que nos equivocamos.
Diego Acosta
ANTIVIRUS
Algunos recientes y escandalosos episodios relacionados con el liderazgo de iglesias evangélicas, actualizan una cuestión sobre la que es necesario insistir.
Nadie ha proclamado que las iglesias evangélicas sean perfectas, con líderes perfectos y con congregaciones perfectas. Hacerlo es una necedad total.
Simplemente se debe afirmar que las iglesias están formadas por hombres con todo lo bueno y con todo lo malo que eso significa.
Lo que es evidente, que en ningún caso ni por ninguna razón se debe mezclar a Dios con la valoración de las iglesias. El Eterno es la perfección y ÉL ha proclamado que se glorifica en la debilidad de los hombres.
Por tanto el argumento de que siendo imperfecta la iglesia, afecta también a la Majestad del Creador, además de equivocado es profundamente temerario y perverso.
Con serenidad y firmeza, asumimos los errores de algunos líderes, del mismo modo que asumimos los errores de la sociedad en la que vivimos.
Solo que con este gesto, proclamamos la infinita Perfección de Dios!
Diego Acosta
Tengo perfectamente presente el momento y las circunstancias en las que leí una frase, que fue un auténtico choque en mi vida.
La frase decía: El mejor método para fracasar, es el de intentar agradar a todo el mundo.
Más sorprendente resultó cuando unos años más tarde, en mis primeros tiempos de lectura de la Palabra de Dios, comprobé que esa frase había sido formulada alrededor de 2.500 años antes.
Por qué la frase causó un doble impacto en mi vida?
Simplemente porque me permitió contrastar una y otra vez, la triste experiencia de pretender agradar a las personas que nos rodean.
Porque finalmente no agradamos a nadie y ni siquiera sabemos cómo realmente somos!
Recuerdo a propósito de este tema, que soy no como me gustaría ser, sino que soy mejor, porque soy como el Eterno ha deseado que sea.
Y resulta fundamental este punto: Soy mejor de lo que yo mismo me imagino, porque soy exactamente lo que Creador ha establecido que sea!
Y ÉL no solamente representa la Voluntad Soberana, sino que representa la Perfección.
Y no es que yo sea perfecto. No. Simplemente debo ser como soy, sin cometer el torpe error de buscar agradar a los demás.
Solamente debo cumplir con lo que Dios ha establecido para mí.
El mundo siempre demandará más y más de mí y de todos los que forman la sociedad. Es su método infalible para crear descontento, amargura, desesperanza.
No olvidemos nunca esto: Es al Todopoderoso al único al que debemos agradar con nuestra vida!
Malaquías 1:9
Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros.
Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice Jehová de los ejércitos.
Malaquias 1:9
Agora, pois, suplicai o favor de Deus, e ele terá piedade de nós;
isto veio da vossa mão; aceitará ele a vossa pessoa? — diz o Senhor dos Exércitos.
Diego Acosta / Neide Ferreira
Con niños así, donde está la Perfección de Dios?
Esta tremenda pregunta la escuché a una mujer que comentaba el nacimiento de un niño con síntomas de no ser normal.
Como se responde a una persona atribulada por una situación de este tipo?
Los médicos no le habían avisado de cómo sería la criatura?
No lo sé, pero lo concreto era que la mujer reclamaba a Dios y en forma directa lo estaba llamando …imperfecto!
Fue necesario pedir ayuda al Espíritu Santo para recibir Sabiduría, para tener las palabras adecuadas ante una situación difícil.
La respuesta tardó varios días en llegar, seguramente para calmar mi propio ánimo que estaba doblemente afectado por el caso.
Por el niño y por su tía…!
Cuando la volví a encontrar era más que evidente que estaba sufriendo y que estaba desconsolada, sin encontrar razones que la ayudaran.
Con mucho cuidado fui explicando el argumento esencial: Nadie puede dudar de la Obra de Dios!
Por qué razón?
Porque ÉL es Perfecto!
Y todo lo que ocurre siempre está bajo su Autoridad, por tanto lo único que debemos de pedir es consuelo, fortaleza para enfrentar los hechos tal y como son.
Bastante tiempo después la volví a encontrar y era otra persona. Aquella mujer que tenía la mirada llorosa y cargada de resentimiento, era la imagen de la serenidad.
Sin que le preguntara nada, me dijo que el niño era una bendición para todos ellos, porque siendo como era había traído una hermosa enseñanza de una forma de alegría inimaginable.
Dijo ella: Ahora ya no pienso que Dios es imperfecto!
Yo tampoco, lo pienso!
Salmo 119:77
Vengan a mí tus misericordias, para que viva,
Porque tu ley es mi delicia.
Venham sobre mim as tuas misericórdias, para que viva,
pois a tua lei é a minha delícia.
Diego Acosta / Neide Ferreira
Quién de nosotros no se ha visto agobiado por las dudas?
Quién de nosotros no ha pensado que tener dudas es malo?
A veces leyendo la vida de los grandes hombres, aquellos que han marcado tiempos históricos, como Lutero, nos puede llamar la atención las dudas que ellos también tuvieron.
La cuestión con relación a las dudas, es la actitud que asumimos frente a ellas y como tratamos de resolverlas.
Casi podríamos decir que es legítimo tener dudas. Esta afirmación surge del proceso de crecimiento que se nos supone debemos de tener.
En este punto, recuerdo mis dudas cuando al poco tiempo de recibir a Jesús como mi Señor, advertí que había cosas que eran contradictorias con sus enseñanzas.
Y más graves eran, porque ocurrían dentro de Su propia Iglesia, hasta que la paciente obra del Espíritu, fue respondiendo una por una las inquietudes que había en mi corazón.
En ese tiempo de preguntas y de revelaciones, recuerdo la impresión que me causó la certeza de que ningún hombre, por grande e importante que sea frente a nuestros ojos, es perfecto.
Esta revelación produjo un dramático giro a mis dudas, porque muchas desaparecieron y junto con ellas, también mis juicios sobre los demás.
Siendo como me reconozco que soy, imperfecto, pensar que todos los hombres y mujeres que me rodean también lo son, cambia la visión de mis inquietudes.
Soy un imperfecto que trata con el mayor anhelo, de serlo un poco menos cada día. Pero sabiendo que esa Perfección solo existe en el Hijo del Hombre.
Él debe ser nuestro Único modelo!
Proverbios 14:8
La ciencia del prudente está en entender su camino;
Mas la indiscreción de los necios es engaño.
Diego Acosta / Neide Ferreira
El Libro de Job encierra enseñanzas grandiosas para la vida de los creyentes.
Una de ellas, es la de saber el alto significado que tiene el hecho de que Dios haya puesto sus ojos sobre nuestra vida, para corregirnos.
Solamente así entenderemos que se nos pueda considerar Bienaventurados, cuando estamos atravesando momentos difíciles, tremendos, como los que sufrió Job.
Es precisamente en esas circunstancias cuando debemos aferrarnos a esa convicción, de saber que todo lo que nos ocurre nos tiene por los principales beneficiados.
Dios no se complace con nuestro dolor!
Dios no se complace con nuestras dificultades!
Dios no se complace con nuestro sufrimiento!
Todo lo contrario!
Cada momento de tribulación en el que moldea nuestro ánimo, nuestro corazón, nuestra mente y nos hace mejores, nos acerca a esa Perfección a la que debemos aspirar.
Esta es la idea que Elifaz, el temanita, intentó trasladar a Job en medio de su cruel realidad y de la propia visión que tenía de todo lo que le había ocurrido.
El propósito final del Eterno con cada prueba a la que nos somete, es hacernos hombres y mujeres mejores, capaces de saber que en medio del sufrimiento, es cuando más debemos recurrir a la confianza puesta en ÉL.
Cuando pienso en Job, me recuerdo de algunos momentos de mi vida en los que parecía todo oscuro. Hasta que por fe me imaginaba el momento en el que la Luz resplandecería y me haría olvidar los momentos de tribulación.
En la hora de la adversidad, recordemos que somos Bienaventurados, aunque nuestra mente se niegue a aceptarlo.
Job 5:17
He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga;
Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
Diego Acosta / Neide Ferreira