TEMPORAL…!

Cuando nos encontramos en medio de un gran temporal, es frecuente que nos lamentemos de las imprevisiones o de la falta de sentido común, para tener en cuenta los anuncios y sus eventuales consecuencias.

Así es como podemos soportar grandes tormentas, que nos afectan más allá de lo razonable, en la mayoría de los casos por nuestra propia responsabilidad.

Cada vez que ocurre uno de estos fenómenos, me recuerdo de todas las veces que me encontré con un temporal, a causa de mis propios errores.

En la vida cotidiana podemos encontrar siempre grandes o pequeños hechos, que nos deberían hacer reflexionar sobre nuestra conducta o nuestra forma de obrar.

Como podemos lamentarnos de los efectos de un temporal que nos fue anunciado?

Por qué culpamos a los demás, de nuestras actitudes erradas?

Tanto en un caso como en el otro, esto forma parte de lo que podríamos llamar los hechos de nuestra condición humana.

Cuando nos enfrentamos a situaciones adversas, raramente admitiremos que forman parte de nuestra imprevisión, por no ser prudentes o por no tener en cuenta los anticipos.

Si pienso en mi vida, me quedo asombrado de cómo he sido capaz de repetir una y otra vez el mismo error, de ignorar algo que resultaba evidente.

Tal vez por un grave exceso de confianza o por un no menos grave frívolo enfoque de la realidad!

Seamos sabios y prestemos atención a las advertencias que recibimos!

Los temporales que nos pueden azotar, casi siempre son anunciados por señales que nos empeñamos en no ver o que desechamos por falta de sentido común.

Guardémonos de nuestros propios errores!

Proverbios 14:16

ES – El sabio teme y se aparta del mal;
Mas el insensato se muestra insolente y confiado.

PT – O sábio teme e desvia-se do mal,

mas o tolo encoleriza-se e dá-se por seguro.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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LOS INDIFERENTES

Esconderse siendo niños, es una forma de diversión que con diferentes nombres, creo que hemos jugado la mayoría de nosotros.

Y es bueno que haya ocurrido y que siga ocurriendo.

Esconderse de mayores, en cambio, no solamente es grave sino que encierra verdaderas definiciones sobre nuestro carácter y también sobre nuestra relación personal con Dios.

Podríamos preguntarnos: Quienes se esconden…y de qué  o de quién?

Probablemente todos nos escondamos de algo, que es una manera de decir que tratamos de no asumir nuestras responsabilidades en el momento preciso.

Esta ha sido una de mis grandes preocupaciones en mis años de creyente, tratar de no esconderme o de disimular mi condición de ser seguidor de Jesús.

La cuestión es muy grave pero más grave se torna, cuando con nuestra conducta tratamos de inducir a otras personas a hacer lo mismo.

Para que se entienda mejor la idea, sería como si Pedro hubiera intentado buscar que otros discípulos, hicieran lo mismo que él: Negar al Hijo del Hombre.

No son tiempos ni para el disimulo ni para escondernos!

Todo lo contrario!

Los propios acontecimientos nos llevan a tomar posiciones, que cada vez serán más difíciles de adoptar y sobre todo en forma pública.

Pero nadie puede excusarse, porque la Palabra de Dios nos recuerda, que al que mucho se le ha concedido, mucho se le reclamará.

Cada uno en su lugar, y yo en el mío, tendremos que hacer frente a lo que Jesús nos ha mandado a hacer!

Predicar el Evangelio, no es lo mismo que esconderse como los niños o ser indiferentes ante la maldad!

Proverbios 21:8

ES – El camino del hombre perverso es torcido y extraño;

Mas los hechos del limpio son rectos.

 

Pt – O caminho do homem perverso é inteiramente tortuoso,

mas a obra do puro é reta.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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HABLAR Y CALLAR

Hablar y callar: Estos extremos pueden ser determinantes en la vida de una persona. Generalmente son los que marcan las diferencias entre los necios y los prudentes.

Por esta razón es que se comenta que hay quienes abren su boca y expresan lo primero que se les ocurre, sin pensar ni en las consecuencias ni tampoco en el sentido de lo que han dicho.

Yo digo lo primero que pienso!

Esta afirmación desafiante, define bastante bien a quienes obran con matices cercanos a la necedad.

Frente a ellos están los que callan más de lo que hablan y que se equivocan mucho menos, logrando más respeto por sus dichos.

Estas son las cuestiones mundanas relacionadas con el hablar y el callar!

En el mundo espiritual recordemos lo que dijo Jesús: El Espíritu pondrá palabras en tu boca!

Esta debería ser la máxima de nuestra vida antes de hablar y también antes de callar.

Si el Espíritu pone palabras en nuestra boca, no tenemos autoridad para negarnos a hacerlas públicas. Lo contrario sería pura rebeldía.

Pensemos: Por qué obraríamos de esta manera, callando lo que el Espíritu nos manda decir?

Por una mera y mezquina actitud de hacer lo que creemos que nos conviene, para no ser radicales cuando lo deberíamos ser.

Esta forma de rebeldía, también nos será contada!

Por el contrario, cuando el Espíritu nos manda callar, debemos ser obedientes, aunque supuestamente estemos arriesgando lo que torpemente llamamos nuestro honor.

Un fiel hijo de Dios, hablará cuando el Espíritu ponga razones en su corazón. Un necio, hablará siempre, por pura maldad para ser esclavo de sus propios dichos!

Proverbios 13:2

Del fruto de su boca el hombre comerá el bien;
Mas el alma de los prevaricadores hallará el mal.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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INQUIETUDES

Quién de nosotros no se ha visto agobiado por las dudas?

Quién de nosotros no ha pensado que tener dudas es malo?

A veces leyendo la vida de los grandes hombres, aquellos que han marcado tiempos históricos, como Lutero, nos puede llamar la atención las dudas que ellos también tuvieron.

La cuestión con relación a las dudas, es la actitud que asumimos frente a ellas y como tratamos de resolverlas.

Casi podríamos decir que es legítimo tener dudas. Esta afirmación surge del proceso de crecimiento que se nos supone debemos de tener.

En este punto, recuerdo mis dudas cuando al poco tiempo de recibir a Jesús como mi Señor, advertí que había cosas que eran contradictorias con sus enseñanzas.

Y más graves eran, porque ocurrían dentro de Su propia Iglesia, hasta que la paciente obra del Espíritu, fue respondiendo una por una las inquietudes que había en mi corazón.

En ese tiempo de preguntas y de revelaciones, recuerdo la impresión que me causó la certeza de que ningún hombre, por grande e importante que sea frente a nuestros ojos, es perfecto.

Esta revelación produjo un dramático giro a mis dudas, porque muchas desaparecieron y junto con ellas, también mis juicios sobre los demás.

Siendo como me reconozco que soy, imperfecto, pensar que todos los hombres y mujeres que me rodean también lo son, cambia la visión de mis inquietudes.

Soy un imperfecto que trata con el mayor anhelo, de serlo un poco menos cada día. Pero sabiendo que esa Perfección solo existe en el Hijo del Hombre.

Él debe ser nuestro Único modelo! 

Proverbios 14:8

La ciencia del prudente está en entender su camino;
Mas la indiscreción de los necios es engaño.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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DEFENDER

Hace unos años un amigo dijo que en el mundo había dos clases de personas: Las que hablaban cuando no debían y las que callaban cuando debían hablar.

Esto que podría interpretarse como un juego de palabras, más o menos ingenioso, tiene sin embargo una gran lógica.

Hablar cuando no se debe, es bastante fácil de explicar!

Pero callarse cuando no se debe, tiene muchas más facetas para comprender el verdadero significado de esta actitud.

La Palabra de Dios en su infinita Sabiduría nos enseña acerca de esta cuestión. Y reconozco que en su día también me enseñó.

Por qué callamos cuando deberíamos hablar?

Podría decir, que en la mayoría de los casos ante cuestiones difíciles, callarse es lo más cómodo, lo menos comprometido.

Me callo porque beneficia mis intereses personales, aunque con mi actitud esté perjudicando a quienes esperan que hable.

Me callo, porque creo que es mejor hacerlo ante los poderosos y de esta manera librarme de su ira o de su enfado.

Hay otras situaciones en las que también me callo, por mera conveniencia. Pero en el fondo tengo la seguridad de que estoy obrando incorrectamente.

En la Biblia se nos manda hablar con Justicia y también se nos manda hablar para defender a quienes no pueden hacerlo.

O no saben hacerlo!

Pienso que quedarse callado, es ni más ni menos que una doble mala acción. Porque estoy mostrando mi mezquindad y cobardía y también porque dejo de cumplir lo que se me ha dado como mandato.

No nos callemos nunca frente a la injusticia, aunque nuestro hombre antiguo, nos aconseje lo contrario.

Proverbios 31:9

Abre tu boca, juzga con justicia,
Y defiende la causa del pobre y del menesteroso.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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DOS TEXTOS

Luego de bastante tiempo de pensarlo una y otra vez, se me ocurrió poner en práctica una sencilla experiencia. Leer un texto de Jesús y otro de alguien que comentara lo que el Hijo del Hombre  hubiera dicho.

La sorpresa fue menor de lo que se podía esperar, porque tal y como lo imaginaba, a partir de mi propia experiencia, los hombres siempre somos más ostentosos que el propio Jesús.

ÉL siendo Dios, siempre habló con extrema sencillez, sin caer en las frases grandilocuentes ni tampoco en los grandes adjetivos.

Muchas veces me he preguntado, por qué esto es así?

Y la respuesta es tan elemental como evidente.

La tendencia natural de los hombres es magnificar el propio conocimiento y exhibirlo delante de los demás.

Así es como buscamos ser admirados, reconocidos, exaltados por el nivel de conocimiento, por la altura de  comprensión de los Textos y también admirados por el alto sentido de la exposición los temas.

En estos pensamientos, me reconozco. En realidad, todos los hombres obramos de la misma manera, solo que algunos tienen más posibilidades que otros de exhibirse y de hacerse notar.

Cuando leo lo que Jesús nos dejó como testimonio de su Ministerio Terrenal, siempre me lleno de un profundo sentido de la vergüenza y también de arrepentimiento.

Es bueno que seamos capaces de entender que ningún gran pensador, por sabio que sea, podrá igualar en profundidad y autoridad lo que dijo el Autor de la FE.

Pero sí podemos tratar de hacer algo que ÉL hizo: Ser humildes y mansos…

No caer en la suprema vanidad de expresarnos mejor que ÉL. Es una torpe forma de manifestar nuestra humana condición.

Proverbios 16:22

Manantial de vida es el entendimiento al que lo posee;
Mas la erudición de los necios es necedad
.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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LA NIEBLA

Uno de los fenómenos más sorprendentes de la naturaleza, es para mí, la niebla o la neblina.

Es notable como la baja temperatura y un alto porcentaje de humedad, puedan producir efectos tan distintos como impactantes.

Incluso, cuando la niebla es leve, tiene el poder de distorsionar las figuras, las distancias y las perspectivas, convirtiendo en peligroso cualquier forma de movimiento.

Las más severas producen efectos fantasmagóricos, incluso sobre las personas, a las que recién vemos cuando prácticamente las tenemos delante.

Este invierno la ciudad en donde vivo, ha tenido varios días de neblina, más o menos intensas. Las imágenes que percibí, trajeron a mí, un antiguo consejo de mi padre.

Con la neblina debemos ser muy cuidadosos, pues lo que vemos no es toda la realidad y por lo tanto podemos cometer errores.

Como él vivió muchos años en una región de la Cordillera de los Andes, donde eran frecuentes las neblinas, conocía los efectos que producía.

Esta reflexión me llevó a pensar en mi propia vida, cuando parece que hubiera niebla o neblina delante de mí y aprecio todo distorsionado.

Quizás, la niebla sea como la influencia del mundo en nuestros hechos, que tiende a desdibujarlos, a hacerlos más leves y por lo tanto a facilitarnos que nuestra conducta tenga límites más difusos.

Por eso es peligroso que vivamos en un ambiente de neblina, porque la falta de perspectiva, nos puede hacer equivocar el único Camino que debemos de seguir.

Frente a esta clase de dificultades, lo válido es la prudencia. No permitamos que la neblina del mundo nos haga perder de vista o distorsione, lo único verdadero.

Proverbios 8:34

Bienaventurado el hombre que me escucha,
Velando a mis puertas cada día,
Aguardando a los postes de mis puertas.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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NO ENTENDER…

confiar

Cuando no entiendo algo que ocurre, tengo la sensación de ser un poco ignorante, un poco torpe en mis pensamientos.

Principalmente cuando no entiendo algunas cosas de Dios!

Por qué ocurre esto?

Es una cuestión personal?

Esta situación de ninguna manera es algo que me afecta solamente a mí, puesto que he escuchado y he leído comentarios en la misma dirección.

Sabiendo esto es bueno interrogarse sobre los fundamentos de nuestra fe y los principios que la sustentan.

No resulta un poco osado pretender abarcar a Dios?

No resulta algo alejado de nuestras posibilidades tratar de interpretar sus decisiones?

Tal vez la respuesta afirmativa, sea el principio de llegar a una conclusión sobre la cuestión de entender lo que el Eterno hace o ha dispuesto.

Recuerdo que en una ocasión ante un hecho de dolorosa realidad de mi vida, me pregunté por qué ocurrían cosas como esas.

Y también recuerdo como lo único que recibí del Supremo fue su Consuelo!

No hubo ninguna respuesta ni nada que pudiera ser interpretado como tal. Solamente esa maravillosa e inolvidable percepción del Consuelo del Amor Superior.

Con el tiempo llegué a la conclusión que ese día en el que recibí el Consuelo, si me hubiera rebelado contra el Padre, no lo habría recibido, sencillamente porque mi corazón hubiera estado endurecido.

Creo que cuando no alcanzamos  a comprender las decisiones del Todopoderoso, lo único que nos cabe hacer es mantener nuestra confianza en ÉL, recordando que aunque nos duela, ÉL está en el control de todas las cosas.

Así como agradecemos las bendiciones, seamos sabios y aceptemos lo que nos hace gemir.

Proverbios 16:20

El entendido en la palabra hallará el bien,
Y el que confía en Jehová es bienaventurado.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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EL PRÓJIMO…

Motion blurred pedestrians on zebra crossing

Muchas veces me he preguntado, quién es el prójimo…?

Confieso que buscaba una respuesta bastante incierta, porque tenía dificultades para definir quién era esta persona a la que se alude en la Palabra de Dios.

La respuesta, como siempre provino del Espíritu: El prójimo es quién está tu lado…

Seguí pensando…Si lo conociera lo entendería, pero si no lo conozco, cómo puede ser mi prójimo?

Esta clase de dudas revelan el estado del corazón y de nuestra relación con el propio Dios. Si en nuestro interior hay dureza, difícilmente tendríamos intimidad con el Señor, porque lo más probable es que ni la buscaríamos.

Pero, si entendemos que nuestro prójimo es quién está a nuestro lado, es porque en principio entendemos lo que significa ser hijo de Dios…y no un allegado más o menos próximo.

Por crudo que resulte este razonamiento así es en la realidad. Si estamos cerca del Eterno entenderemos quién es el prójimo.

Caso contrario nos debatiremos en mil conjeturas, sin llegar a saber nunca quién es espiritualmente hablando, esta persona que está sentada a nuestro lado o que camina delante de nosotros.

Cuando lo entendamos…oremos por él. Sin saber quién es y tal vez sin saber nunca quién era! Pero oraremos por él y los bendeciremos!

Esta es la gran misión personal: Bendecir al prójimo!

Porque de esta manera estaremos derramando sobre su vida bendiciones que ni se imagina que existen. Y porque tal vez sea la única vez que alguien lo bendiga.

Demos el amor que recibimos inmerecidamente de nuestro Padre!

Desatemos las tremendas fuerzas de la oración sobre la vida de quienes nos rodean. En primer lugar de nuestro prójimo!

Proverbios 3:27

No te niegues a hacer el bien a quien es debido,

Cuando tuvieres poder para hacerlo.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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