Flamme

LLAMITA…

flamme

Como iluminaría nuestro camino la magnitud de nuestra fe?

Alcanzaría para ver a lo lejos o apenas haría visible nuestros pasos más inmediatos?

Estas preguntas deberían ser las más habituales que nos podamos hacer quienes nos llamamos hijos de Dios. Pero no ocurre así.

La primera vez que escuché este aparente juego de palabras o de imaginación, sonreí pensando con la idea de que se trataba de algo tan sencillo como elemental.

Con el paso del tiempo fui comprendiendo que se trataba de cuestiones fundamentales. No tenían nada de sencillo ni eran pequeños juegos.

El alcance de nuestra fe, siempre será una cuestión en continua revisión. Hoy será mayor, pero mañana puede menguar y pasado mañana ser todavía menor.

Todo depende, según mi propia experiencia de la forma en que se desarrollen los acontecimientos que nos afectan en forma directa.

Si son favorables estaremos pletóricos de fe, pero si lo que deseamos no se concreta,  disminuirá continuamente.

Entonces comprenderemos por qué nuestros caminos a veces los vemos oscuros y muy pocas veces muy claros, luminosos.

Las tinieblas que nos impiden ver por donde caminamos son la exacta medida de la fe con la que vivimos. Las tribulaciones muchas veces pueden llegar hasta acabar con la débil llamita que se agita en nuestro interior.

Puedo afirmar que desde hace un tiempo, muy poco lamentablemente, he comenzado a ver más claros mis caminos.

La llama de mi fe está superando las tinieblas que producen los fracasos, las decisiones erradas, las motivaciones equivocadas, los sueños irrealizables.

La confianza en el Señor es el mejor alimento para la llama de nuestra fe!

Isaías 12:2

He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

niñas

AYUDAR O EXPLOTAR A LOS NIÑOS REFUGIADOS

ninas

Blog… del TIEMPO!

Esta dramática alternativa se presenta obstinada, muy a pesar de quienes tratan de ignorar la realidad y prefieren vivir la cara amable de la vida.

En Turquía donde hay miles de refugiados sirios el argumento de la ayuda es cambiado, al de la explotación. Probablemente esto sea desmentido con la falsedad de la explicación tergiversada.

Pero por mucho que se intente disimular esta realidad, es la dura comprobación que en cualquier tiempo siempre habrá quienes sacan ventaja de las situaciones más difíciles y con las personas más vulnerables: Los niños!

Algunas fábricas turcas emplean la mano de obra más barata y dócil que se pueda lograr: La de niños que son en muchos casos la única fuente de ingresos para la familia.

Dominar los accesos de un niño es muy fácil, mucho más cuando sus padres necesitan los ingresos de quienes son menores de edad y sin ninguna perspectiva de futuro.

No hay estudios para la mayoría de los niños refugiados, pero si trabajos brutales para sus edades y pagos que revelan como es de codicioso el corazón del hombre.

En estos casos la Declaración de los Derechos de los Niños, es una abstracción total, que existe quién lo puede negar, pero que no se cumple. Quién lo puede negar.

Conocer la realidad nos hará menos cómplices. Desde la perspectiva personal no podemos hacer nada. Pero no nos engañemos.

Hay algo muy importante que podemos hacer, quizás lo más importante: Orar clamando al Señor por Justicia por la explotación de los niños en Turquía. Y en todo el mundo!

Diego Acosta

Foto y fuente: Dario El País – España

www.septimomilenio.com

luna

GRACIAS POR LA GRAN LUNA…!

luna

Blog…del TIEMPO!

Desde distintas latitudes se exhiben fotografías de nuestro satélite la Luna. La que mostramos fue lograda en Berlín.

El primero que registró el paso del hombre fuera de nuestro planeta.

Los datos técnicos nos recuerdan que desde 1948 no se ha visto una Luna de estas dimensiones, un 14 por ciento más grande y un 30 por ciento más luminosa, por la sencilla razón de su proximidad con la Tierra.

La próxima gran luna se podrá ver en 2034.

Datos y palabras e incluso poemas y grandes cuadros!

Pero, desde nuestra perspectiva nos olvidamos de lo fundamental: Dar gracias al Creador por permitirnos ver una demostración de su Poder y Grandiosidad.

Gracias Señor!

Diego Acosta

www.septimomilenio.com