LOS DEBERES

DEVOCIONAL

Que agradable nos resulta leer en la Palabra de Dios, todas las promesas que están sobre nuestras vidas.

Y nos regocijamos una y otra vez recordando aquellos versículos que nos impulsan a acercarnos al Eterno, dando las gracias por tantas bendiciones.

Pero, y los deberes?

Nuestra actitud cambia por completo cuando en la Biblia, se nos recuerda que también tenemos obligaciones y que las bendiciones están relacionadas con el cumplimiento que tenemos de los Mandamientos establecidos por el Todopoderoso.

En nuestra vida cotidiana nos ocurre más o menos lo mismo, porque siempre estamos dispuestos a reclamar por todos nuestros derechos y también frecuentemente, nos olvidamos de aquello que nos obliga como miembros de la sociedad a la que pertenecemos.

Y en nuestra congregación repetimos lo mismo, reclamamos otra vez la defensa de nuestros derechos que tenemos por ser parte de la membresía, pero en cuánto se nos pide compromiso, reaccionamos malamente.

Es tiempo de obrar como personas mayores y responsables y abandonar actitudes que son más propias de niños.

1 Corintios 14:20
Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar,
sino sed niños en la malicia,
pero maduros en el modo de pensar.

Diego Acosta / Neide Ferreira 

La gran enseñanza de Noé

DEVOCIONAL

Hay pocos hombres en la historia, que puedan aproximarse a los extraordinarios acontecimientos que vivió Noé, el hijo Lamec y nieto de Matusalén, el hombre más viejo de la Biblia.

Pocas cosas hay más impresionantes que su obediencia y firmeza de convicciones, por cuanto a lo largo de más de 120 años perseveró en construir el arca que le había mandado que hiciera Jehová.

Y también ser protagonista de la desaparición de la vida en la tierra, tras el diluvio de 40 días y 40 noches, por la maldad de sus contemporáneos.

Ese hombre notable, se embriagó y sus hijas cometieron un acto condenable, que tuvo graves consecuencias en las vidas de muchas personas.

Esto nos hace depositarios de una enseñanza que nunca deberemos desechar. Nadie está exento de caer en el pecado, en cualquier momento y en cualquier circunstancia.

Todos los esfuerzos que hacemos en vana-gloriarnos, los deberíamos emplear en guardarnos pero de nosotros mismos, ya que somos el enemigo más cercano que tenemos.

1 Corintios 10:12
Así que, el que piensa estar firme,
mire que no caiga.

1 Coríntios 10:12
Aquele, pois, que cuida estar em pé,
olhe que não caia.

 Diego Acosta / Neide Ferreira

Con el aguijón, bástate mi Gracia

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

Pablo habla del aguijón de la carne
y de la respuesta del Señor:

Bástate mi Gracia,
por cuánto Él se glorifica en su debilidad.
Todos tenemos un aguijón
y todos tenemos la Gloria del Señor sobre nuestras vidas.
Diego Acosta – MENSAJE DOMINICAL

EL PERDÓN-3

ESTUDIO BÍBLICO

Mateo 6:12.

12Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

Jesús enseñó a sus discípulos que oraran al Padre por el perdón de sus pecados de esta manera, que de la manera que ellos perdonaban fueran también perdonados.

Colosenses 3:12-13.

12Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

El apóstol Pablo habla a la iglesia en Colosas y les dice que si alguno tiene queja con su hermano debe perdonarlo. Si hemos sido perdonados por el Señor como no perdonaremos nosotros a los demás.

Mateo 18:32-35.

32Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. 33¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? 34Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. 35Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

El Señor terminó la parábola del siervo inmisericorde enseñando que si no perdonamos a los demás, el perdón de Dios en nosotros no podrá ser efectivo.

1ª Corintios 6:7.

7Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? 8Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos.

Pr. Ramón Ubillos

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