NO SEAMOS INFANTILES

No cometamos el error de confudir
tener corazón de niños con infantilismo.
Jesús nos enseñó que debemos tener
corazón de niños para entrar al Reino de los Cielos
y Pablo nos advirtió
que no nos comportemos como niños.
Diego Acosta – MENSAJE
CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

 

UNA SONRISA

DEVOCIONAL

Tengo un vecinito que ha cumplido un año y al que conozco desde el vientre de su madre. Ha resultado una Gracia verlo crecer y llegar hasta este tiempo, cuando se ha convertido en una deliciosa criatura.

La sonrisa con la que recibe las atenciones que le prodigo, me llevan a pensar en el momento en que Jesús pidió a los discípulos que dejaran que llegaran a ÉL los niños.

Seguramente porque son los portadores de los sentimientos genuinos, sin la influencia del mundo ni tener todavía la capacidad para la maldad.

Y también por esas razones les explicó a los discípulos que debíamos ser como niños, para entrar en el Reino de los Cielos. Esto no significa ser infantiles, sino hombres y mujeres de corazón como niños.

La sonrisa de mi vecinito me recuerda cada vez que lo veo, la urgente necesidad de abandonar todo vestigio de hombre viejo, para nacer de nuevo cada día.

Lucas 18:17
De cierto os digo,
que el que no recibe el reino de Dios como un niño,
no entrará en él.

Diego Acosta / Neide Ferreira

HACER Y ENSEÑAR

HACER Y ENSEÑAR

El Príncipe de Paz formuló nuevas precisiones acerca de la vigencia de la Ley.

MATEO 5:19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos.

Jesús enseñó sobre una cuestión fundamental: Qué en el Reino de los Cielos, hay rangos que son determinados únicamente por Dios y están relacionados con nuestros comportamientos.

De allí la importancia que tiene que vivamos como enseñamos, es decir que nuestras obras no contradigan nuestras palabras.

El Hijo del Hombre mencionó el hecho de quebrantar alguno de los mandamientos pequeños y enseñarlos de la misma manera, lo que determinará que será llamado pequeño en el Reino.

Debemos entender que no habrá impunidad para quienes desobedezcan, desacrediten o menosprecien la Palabra de Dios. Esto no significa perder la Salvación, pero en el rango del Reino, seremos considerados pequeños.

Por el contrario quienes obren correctamente, serán llamados grandes en el Reino de los Cielos. Pablo en su Carta a los Romanos en 2:12 profundiza en esta cuestión: Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados.

Diego Acosta

 

SED DE JUSTICIA

SED DE JUSTICIA

El Príncipe de Paz describe en la siguiente Bienaventuranza, a quienes recibirán recompensa el Reino de los Cielos.

MATEO 5:6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Jesús asegura que las dos necesidades elementales del hombre, el comer y el beber, simbólicamente serían satisfechos en el plano espiritual.

Este versículo confronta de manera directa con los fariseos, que destacaban el valor de la autojustificación. Frente a ellos, queda expuesta la Justicia de Dios, que será brindada a quienes tengan una relación profunda con el Eterno.

Queda también descalificada la justicia practicada por la propia mano de los afectados por situaciones, que siempre debe resolver el Soberano sobre todos y sobre todas las cosas.

En el Libro de Amós, 8:11, podemos encontrar una referencia a esta cuestión, en tiempos en que Jehová permanecía en silencio ante el pueblo de Israel. He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.

Debe mencionarse para completar la idea sobre el tema, lo que nos revela el Libro de Proverbios, 21:21 El que sigue la justicia y la misericordia hallará la vida, la justicia y la honra.