SIN RECHAZO

DEVOCIONAL

En el Primer Libro de Samuel, podemos leer el pasaje cuando el profeta habló al pueblo de Israel, tras el pedido que hicieron a Dios de tener un rey como otros pueblos.

Analizando esta situación, podemos concluir qué a lo largo de los tiempos, los hombres siempre hemos tenido actos de rebeldía contra el Eterno.

Y siempre ÉL se ha mostrado magnánimo, para perdonar los hechos que desafiaban lo que había establecido y también siempre había exhortado a la obediencia.

Esto es válido para el Pueblo de Israel y también para quienes nos consideramos hijos de Dios, porque también hemos sido desafiantes con el Todopoderoso y hemos recibido su perdón y el llamado a permanecer fieles.

La historia se repite y por mucho que la escuchemos seguimos cometiendo los mismos errores. Pero tenemos una advertencia: Si persistimos en la maldad, seremos destruidos.

Es tiempo de obrar con Sabiduría.

1 Samuel 12:25
Mas si perseverareis en hacer mal,
vosotros y vuestro rey pereceréis
.

Diego Acosta / Neide Ferreira

EL SOBERANO…!

DEVOCIONAL

Con frecuencia cuando se alude al titular de una monarquía en el mundo, se lo denomina soberano, en una señal de pleitesía y también como un sinónimo de rey.

Es natural que sea así, pues es la autoridad que los países aceptan como propias. Y quienes también aceptamos las autoridades, reconocemos a un rey como soberano.

Pero, quién es el Rey de reyes y Soberano sobre todos los soberanos?

Esta es la cuestión que no debo y no debemos perder de vista nunca, porque generalmente caemos en una suerte de ensoñación, cuando vemos a un rey de cerca.

Recuerda que la primera vez que estuve muy próximo a uno, me pareció algo notable, siendo como era parte del mundo y de sus realidades.

Ahora que comprendo quién es el Soberano sobre todo y sobre todos no me arrepiento de mi estado de ánimo en el pasado, porque lo interpreto como el respeto que debo a las autoridades.

Pero sabiendo siempre quién es mi Rey, el Rey de todos y el Rey de reyes.

1 Timoteo 6:15
La cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano,
Rey de reyes, y Señor de señores,

1 Timóteo 6:15
A qual, a seu tempo, mostrará o bem-aventurado e único poderoso Senhor,
Rei dos reis e Senhor dos senhores
;

Diego Acosta / Neide Ferreira

EL NIÑO SOLO

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

Observando con algún detenimiento, podemos advertir como este tiempo se ha convertido en lo que siempre nos temimos: Un auténtico festival de emociones y compras.

Y a ese clima, de regalos y sonrisas forzadas, lo llamamos fiestas!

Pareciera que nos hubiéramos olvidado de lo importante, de lo trascendente y simplemente nos quedamos con lo superfluo, con lo estrictamente prescindible.

Y a eso le llamamos fiestas!

Por estas razones nos puede llegar a sorprender cuando vemos algún mensaje callejero que menciona a la Navidad. Y nos parece sorprendente y por qué no, hasta fuera de lugar.

Pensándolo bien, Jesús no precisa de nuestro reconocimiento o de nuestra memoria!

Ni siquiera que hagamos mención de su nacimiento, porque ÉL está por encima de la pequeñez y ruindad de los hombres, a los que vino a Salvar y a concederles el perdón por sus pecados.

De aquella humildad con la que impactó a los hombres y mujeres de su tiempo, nadie se acuerda y mucho menos lo toma como una referencia para sus vidas.

De aquella decisión Soberana del Padre de enviar a su Hijo para cumplir su plan de Salvación para la humanidad, casi nadie hace Memoria, porque estamos ocupados en los pequeños menesteres festivos de este tiempo.

Así es como nos fuimos alejando del espíritu con que el Padre cumplió con sus promesas de enviar un Salvador al mundo, que es completamente ajeno a la hipocresía mundana.

Con Jesús no hay lugar para la frivolidad ni para la hipocresía, tal y como podemos ver en estos días, en los que el falso-amor inunda al mundo de esa armonía que solo parece resolverse con compras y más compras.

Mientras tanto hay un niño que está más solo que nunca, en la humildad de su lugar de nacimiento, con el amor de su madre y el respeto de quién sería su padre terrenal.

Con humildad y temor y temblor, nos inclinamos ante la Majestad de ese niño que vino al mundo como Salvador y volverá muy pronto como Rey de reyes y  Señor de señores.

Aunque muchos puedan ignorar a ese niño que está solo en su humildad, somos también muchos los que lo honramos dando gracias por su Amor.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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EL PRÓJIMO

DEVOCIONAL

La muerte de una conocida de muchos años, permitió saber lo que ocurrió en los últimos meses de su vida, afectada como estaba por una dolorosa enfermedad.

Tan grave fue su estado que prácticamente estuvo impedida de realizar la menor de las tareas. A pesar de su agrio carácter y de sus actitudes de rechazo, un grupo de mujeres cercanas a ella tomaron una decisión.

Sin tener en cuenta sus malas actitudes, decidieron ayudarla en todo lo que precisara y se organizaron para asistirla en su casa, todos los días de la semana.

Cuando conocí lo que había pasado, recordé el sentido bíblico del prójimo. A quién ayudamos y a quién dejamos de ayudar, a pesar de poder hacerlo.

Ninguna de estas mujeres que sirvieron a la enferma ahora muerta, recibieron ningún tipo de agradecimiento y siempre palabras de reproche. Pero perseveraron, porque entendieron que era lo que debían hacer.

El único reconocimiento que tendrán será el más valioso de todos: El del Señor!

Mateo 25:34-35
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis.

Mateus 25:34-35
Então, dirá o Rei aos que estiverem à sua direita: Vinde, benditos de meu Pai, possuí por herança o Reino que vos está preparado desde a fundação do mundo.
P
orque tive fome, e destes-me de comer; tive sede, e destes-me de beber; era estrangeiro, e hospedastes-me.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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LA PREOCUPACIÓN

 

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

En su Ministerio terrenal, Jesús puso de manifiesto la necesidad que teníamos quienes seríamos sus seguidores, de ser fieles y consecuentes con sus enseñanzas.

Obligatoriamente debemos de confiar en todo lo que anunció siendo Dios hecho Hombre, en el más grande episodio de la historia de la humanidad.

De allí que es necesario que analicemos todo lo que hacemos y todo lo que decimos, no desde la pequeñez de nuestra perspectiva de hombres, sino desde la perspectiva de la Majestad del Rey.

Cada vez que nos preocupamos por una situación, nos acercamos al Hijo del Hombre, porque resulta legítimo que hagamos un ejercicio de responsabilidad  personal.

En esto es lo que reconocemos nuestra condición de seguidores de Jesús: Ser responsables de nuestros hechos y de nuestras actitudes.

Esto es absolutamente legítimo!

Pero que ocurre cuando nos afligimos?

Parecen cosas muy parecidas, pero sin embargo son muy diferentes. La preocupación es un síntoma de que asumimos la parte que nos toca de una situación determinada.

Aflicción, significa que asumiendo esa responsabilidad, nos lleva al peligroso terreno de dejar de confiar en el Dios Todopoderoso y nos acercamos a la medida humana de buscar resolver con nuestras fuerzas lo que sea.

En eso consiste la gran diferencia entre preocuparnos y afligirnos!

El hombre o la mujer preocupados, revelan madurez espiritual y plena conciencia de la verdadera dimensión de cada uno y de la total dependencia que tenemos del Eterno.

El problema que afrontamos es grande, pero mayor es el que está con nosotros para resolverlo!

En cambio, el hombre o la mujer afligidos, solo buscan soluciones al alcance de sus fuerzas, desechando el Poder que el Hijo del Hombre ha manifestado que utilizará para resolver nuestras angustias.

Si somos capaces de mirarnos y de establecer nuestra verdadera dimensión, seremos capaces de entender quiénes somos y la medida de nuestra dependencia al considerarnos hijos de Dios.

Un hombre preocupado, una mujer preocupada, revelan la confianza que tenemos en Jesús. Un hombre afligido, una mujer afligida, solo muestran la pequeñez de su capacidad y la falta de comprensión para entenderlo.

Estemos preocupados, porque es legítimo. Pero no estemos afligidos, porque nos apartamos de Dios!

Diego Acosta

INCOMPRENSIBLE…? INCOMPREENSÍVEL…?

CONGREGACIÓN

SÉPTIMO MILENIO

La Biblia nos enseña que Dios confunde la mente de los hombres, para que no nos vanagloriemos de nuestra propia sabiduría.

Esta Verdad tiene su plena vigencia cuando recordamos uno de los momentos culminantes del Ministerio Terrenal de Jesús.

Uno de sus discípulos acuerda entregar a su Maestro a cambio de 30 denarios, una cantidad relativamente modesta, que revela la codicia y a la vez la miserable condición de su corazón.

En el Evangelio de Mateo, se nos revela el momento de cómo Judas se llega hasta el Hijo del Hombre y lo saluda  y lo besa.

En aquellos tiempos llamar Mestre a un hombre significaba reconocerle su Autoridad y el beso ejemplificaba la consideración que se tenía por ÉL.

Judas era plenamente consciente de lo que estaba haciendo.

Jesús, aún sabiéndolo todo por ser Dios le preguntó: A qué vienes?

Y lo llamó: Amigo…!, Mateo 26:50.

Llamaríamos amigo a alguien que sabemos tiene el propósito de traicionarnos? Y más aún: Lo llamaríamos amigo luego de haber consumado su traición, como hizo Judas con su beso?

Seguramente no!

Y por qué lo hizo Jesús?

Porque aún cuando era absolutamente conocedor de la intención de quién era su discípulo, le dio todavía una oportunidad.

Para qué?

Para que se arrepintiera, para no cambiar la profecía de que sería entregado a cambio de dinero. La traición ya estaba consumada cuando le llamó Amigo.

Jesús hasta el último momento tuvo Misericordia por el hombre que se estaba condenando a sí mismo, tanto, que  Judas se ahorcó.

Esto nos demuestra que muchas veces aún teniendo la oportunidad del arrepentimiento y el perdón, lo desechamos por nuestra soberbia y altivez.

En cambio Pedro, que también traicionó a quién vendrá como Rey, lloró amargamente cuando lo hubo negado tres veces.

Y así como Judas desechó ese llamado final sintetizado en la palabra amigo, Pedro se arrepintió con su llanto, buscando el perdón.

Puede que a los hombres nos resulte incomprensible llamar amigo a alguien que nos traicione, pero esto nos lleva a pensar que nunca debemos desechar a nadie. Por grande que haya sido su maldad.

Esa Misericordia que brindamos, puede que un día nosotros mismos la necesitemos.

Diego Acosta

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SERÁS PROSPERADO…!

En tiempos de doctrinas anti bíblicas relacionadas con la prosperidad, pareciera que debiéramos limitarnos en mencionar las bendiciones que existen sobre el tema.

Lo que evidentemente es diferente, es que lo hacemos sin convertirnos en mercaderes de la Palabra, ni en temerarios que se atreven a tergiversarla.

David, cuando llamó a su hijo para que edificara la Casa de Jehová, usó unas palabras preciosas: Entonces serás prosperado…!

Pero el Rey agregó el condicionante imprescindible para  ese anuncio: Salomón debía cumplir con los estatutos y decretos que Moisés recibió para el Pueblo de Israel.

Como aplicamos esta enseñanza en nuestra vida?

Como debo entender estas palabras de David para que me sean de edificación?

En su infinita Misericordia el Supremo, siempre nos Guía hacia el entendimiento de las cuestiones más profundas, para que nada quede oculto.

El Espíritu revela que la gran promesa que había sobre la vida de Salomón, estaba condicionada para todo el tiempo que cumpliera con sus obligaciones delante del Eterno.

Esto significa que mientras yo sea fiel, las promesas del Todopoderoso se mantendrán sobre mi vida. El día en que deje de serlo, la Mano Poderosa se puede apartar de mí.

Tremenda realidad que debo asumir para darle sentido a mi vida diaria, porque es así como debemos obrar. Un día y otro día, siendo fieles y obedientes al Mandato recibido para poder ser aptos para cumplir el Propósito para el que fuimos Creados.

Siendo como somos hijos del mismo Padre, sus promesas son para siempre!

Y su cumplimiento, también!

1 Crónicas 22:13

Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra los estatutos y decretos que Jehová mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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