LA BIBLIA ENSEÑA
EL DILUVIO – I
Noé recibe las últimas indicaciones antes del castigo por la maldad del hombre.
Génesis 7:1
Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación.
Jehová vuelve a destacar la condición de justo de Noé delante de sus ojos. Esto significa que el patriarca había vivido según las reglas establecidas por el propio Dios. Al referirse a la generación, lo está comparando con los hombres de su tiempo, en los que solo encontró maldad de corazón y de proceder.
Por esta razón es apartado para que pudiera sobrevivir junto a los suyos de los efectos que tendría sobre todo lo Creado el Diluvio. En este sentido es que debemos de entender…tu casa, los tuyos.
Génesis 7:2
De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra.
Una vez más Jehová exalta la base de su Creación: Macho y hembra. Tanto para las especies como para el hombre y la mujer.
Destaca la salvedad que hace con relación a los animales limpios. El excedente de seis parejas tienen un propósito claramente definido: Unos serán destinados a los sacrificios y los otros para la alimentación de Noé y su familia.
Génesis 7:3
También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra.
No hay ninguna posibilidad de alegar interpretaciones diferentes a lo establecido por el Supremo. Todos los seres Creados responden al principio de macho y hembra, varón y mujer.
Así como Jehová castigará a los hombres por su maldad y a la Tierra por esa actitud, también toma todas las previsiones para que luego del Diluvio, la vida continúe.
Génesis 7:4
Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice.
Jehová nos muestra otra manifestación de su Amor y Misericordia. A pesar de todo, concede siete días más a quienes vivían en pecado, para que pudieran arrepentirse y en ese caso ser salvos en el arca.
Pero, nadie se arrepintió!
Siempre tendremos una oportunidad, pero sabiendo que una, será la última.
Diego Acosta