A BÍBLIA – Juízes 6:11-40

Gideão recebe do Senhor a orden de liberar Israel sob a sua Autoridade.

11 Então, o Anjo do Senhor veio e assentou-se debaixo do carvalho que está em Ofra, que pertencia a Joás, abiezrita; e Gideão, seu filho, estava malhando o trigo no lagar, para o salvar dos midianitas.

12 Então, o Anjo do Senhor lhe apareceu e lhe disse: O Senhor é contigo, varão valoroso.

13 Mas Gideão lhe respondeu: Ai, senhor meu, se o Senhor é conosco, por que tudo isto nos sobreveio? E que é feito de todas as suas maravilhas que nossos pais nos contaram, dizendo: Não nos fez o Senhor subir do Egito? Porém, agora, o Senhor nos desamparou e nos deu na mão dos midianitas.

14 Então, o Senhor olhou para ele e disse: Vai nesta tua força e livrarás a Israel da mão dos midianitas; porventura, não te enviei eu?

15 E ele lhe disse: Ai, Senhor meu, com que livrarei a Israel? Eis que a minha família é a mais pobre em Manassés, e eu, o menor na casa de meu pai.

16 E o Senhor lhe disse: Porquanto eu hei de ser contigo, tu ferirás os midianitas como se fossem um só homem.

17 E ele lhe disse: Se agora tenho achado graça aos teus olhos, dá-me um sinal de que és o que comigo falas.

18 Rogo-te que daqui te não apartes, até que eu venha a ti, e traga o meu presente, e o ponha perante ti. E disse: Eu esperarei até que voltes.

19 E entrou Gideão e preparou um cabrito e bolos asmos de um efa de farinha; a carne pôs num açafate e o caldo pôs numa panela; e trouxe-lho até debaixo do carvalho e lho apresentou.

20 Porém o Anjo de Deus lhe disse: Toma a carne e os bolos asmos, e põe-nos sobre esta penha, e verte o caldo. E assim o fez.

21 E o Anjo do Senhor tendeu a ponta do cajado que estava na sua mão e tocou a carne e os bolos asmos; então, subiu fogo da penha e consumiu a carne e os bolos asmos; e o Anjo do Senhor desapareceu de seus olhos.

22 Então, viu Gideão que era o Anjo do Senhor; e disse Gideão: Ah! Senhor Jeová, que eu vi o Anjo do Senhor face a face.

23 Porém o Senhor lhe disse: Paz seja contigo; não temas, não morrerás.

24 Então, Gideão edificou ali um altar ao Senhor e lhe chamou Senhor É Paz; e ainda até ao dia de hoje está em Ofra dos abiezritas.

25 E aconteceu, naquela mesma noite, que o Senhor lhe disse: Toma o boi de teu pai, a saber, o segundo boi de sete anos, e derriba o altar de Baal, que é de teu pai, e corta o bosque que está ao pé dele.

26 E edifica ao Senhor, teu Deus, um altar no cume deste lugar forte, num lugar conveniente; e toma o segundo boi e o oferecerás em holocausto com a lenha que cortares do bosque.

27 Então, Gideão tomou dez homens dentre os seus servos e fez como o Senhor lhe dissera; e sucedeu que, temendo ele a casa de seu pai e os homens daquela cidade, não o fez de dia, mas fê-lo de noite.

28 Levantando-se, pois, os homens daquela cidade de madrugada, eis que estava o altar de Baal derribado, e o bosque, que estava ao pé dele, cortado; e o segundo boi foi oferecido no altar de novo edificado.

29 E uns aos outros disseram: Quem fez esta coisa? E, esquadrinhando e inquirindo, disseram: Gideão, o filho de Joás, fez esta coisa.

30 Então, os homens daquela cidade disseram a Joás: Tira para fora o teu filho para que morra, pois derribou o altar de Baal e cortou o bosque que estava ao pé dele.

31 Porém Joás disse a todos os que se puseram contra ele: Contendereis vós por Baal? Livrá-lo-eis vós? Qualquer que por ele contender ainda esta manhã será morto; se é deus, por si mesmo contenda; pois derribaram o seu altar.

32 Pelo que, naquele dia, lhe chamaram Jerubaal, dizendo: Baal contenda contra ele, pois derribou o seu altar.

33 E todos os midianitas, e amalequitas, e os filhos do Oriente se ajuntaram num corpo, e passaram, e puseram o seu campo no vale de Jezreel.

34 Então, o Espírito do Senhor revestiu a Gideão, o qual tocou a buzina, e os abiezritas se ajuntaram após ele.

35 E enviou mensageiros por toda a tribo de Manassés, que também se convocou após ele; também enviou mensageiros a Aser, e a Zebulom, e a Naftali, e saíram-lhe ao encontro.

36 E disse Gideão a Deus: Se hás de livrar Israel por minha mão, como tens dito,

37 eis que eu porei um velo de lã na eira; se o orvalho estiver somente no velo, e secura sobre toda a terra, então, conhecerei que hás de livrar Israel por minha mão, como tens dito.

38 E assim sucedeu; porque, ao outro dia, se levantou de madrugada, e apertou o velo, e do orvalho do velo espremeu uma taça cheia de água.

39 E disse Gideão a Deus: Não se acenda contra mim a tua ira, se ainda falar só esta vez; rogo-te que só esta vez faça a prova com o velo; rogo-te que só no velo haja secura, e em toda a terra haja o orvalho.

40 E Deus assim o fez naquela noite, pois só no velo havia secura, e sobre toda a terra havia orvalho.

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LA BIBLIA – Jueces 6:11-40

Gedeón recibe de Jehová el mandato de liberar a Israel bajo su Autoridad.

11 Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.

12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.

13 Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.

14 Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?

15 Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.

16 Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.

17 Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo.

18 Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas.

19 Y entrando Gedeón, preparó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo presentó debajo de aquella encina.

20 Entonces el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así.

21 Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista.

22 Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara.

23 Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás.

24 Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom; el cual permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas.

25 Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él;

26 y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado.

27 Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche.

28 Por la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, he aquí que el altar de Baal estaba derribado, y cortada la imagen de Asera que estaba junto a él, y el segundo toro había sido ofrecido en holocausto sobre el altar edificado.

29 Y se dijeron unos a otros: ¿Quién ha hecho esto? Y buscando e inquiriendo, les dijeron: Gedeón hijo de Joás lo ha hecho. Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás:

30 Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado la imagen de Asera que estaba junto a él.

31 Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar.

32 Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto derribó su altar.

33 Pero todos los madianitas y amalecitas y los del oriente se juntaron a una, y pasando acamparon en el valle de Jezreel.

34 Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.

35 Y envió mensajeros por todo Manasés, y ellos también se juntaron con él; asimismo envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, los cuales salieron a encontrarles.

36 Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho,

37 he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho.

38 Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua.

39 Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra.

40 Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío.

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QUÉ GLORIA…?

Como la historia se repite una y otra vez, según enseña Eclesiastés, también la cuestión de la gloria, es un tema que a lo largo del tiempo sigue vigente.

Cuando los judíos rechazaron a Jesús, tenían sus motivos para hacerlo, aunque estuvieran equivocados en sus apreciaciones.

Ellos pretendían que el Mesías que esperaban cumpliera con las expectativas que se habían imaginado, en torno a su condición.

Es decir: Ellos creían que el Hijo de Dios que descendería a la Tierra, tendría algunas características que eran muy diferentes de las que Jesús mostró en su Ministerio.

No vino como un rey libertador, sino como un humilde y manso siervo, a enseñar sobre el Reino y su Justicia y sobre el mandamiento del Amor.

Por estas razones Jesús los amonestó!

Y lo hizo en torno a una cuestión que en aquellos tiempos y hoy mismo, tiene importancia para muchos hombres.

Se trata de la gloria personal, para el cumplimiento de todo lo que demanda la vanidad y el afán de distinguirse sobre el resto.

El Hijo del Hombre les advierte, que ellos ya tienen todo eso, pues se concedían y nos concedemos la gloria los unos a los otros.

Pero en esa actitud, se olvidaron y nos olvidamos de buscar la única Gloria verdadera, que es la que proviene del Eterno.

La gloria humana es efímera como nuestra propia condición de mortales. La Gloria del Supremo es Eterna, como corresponde a su propia condición.

Pensemos en esto. No dejemos que los afanes humanos nos desvíen de lo único Verdadero!

ES – Juan 5:44 – ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?

PT – João 5:44 – Como podeis vós crer, recebendo honra uns dos outros e não buscando a honra que vem só de Deus?

Diego Acosta / Neide Ferreira

ES SEGURA LA VACUNA ANTI POLIO

HACIENDO MEMORIA – DCCCIXX

12 de Abril de 1955

La vacuna desarrollada por el benefactor Jonas Salk, médico de origen ruso- judío fue autorizada para ser administrada a los niños.

De esta manera se dio un paso gigantesco en el control de una enfermedad que provocó graves secuelas en los menos que la contrajeron.

El doctor Salk, bien puede ser considerado como uno de los grandes benefactores de la humanidad. Es famoso además por una respuesta que es toda una declaración de intenciones. Se le preguntó quién tenía la patente de la vacuna y el respondió: Se puede patentar el sol?

Diego Acosta

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A BÍBLIA – Êxodo 18

O sogro de Moisés aconselha o Patriarca a procurar ajuda para os assuntos menores.

1 Ora, Jetro, sacerdote de Midiã, sogro de Moisés, ouviu todas as coisas que Deus tinha feito a Moisés e a Israel seu povo; como o Senhor tinha tirado a Israel do Egito.

E Jetro, sogro de Moisés, tomou a Zípora, a mulher de Moisés, depois que ele lha enviara,

com seus dois filhos, dos quais um se chamava Gérson, porque disse: Eu fui peregrino em terra estranha;

e o outro se chamava Eliézer, porque disse: O Deus de meu pai foi minha ajuda e me livrou da espada de Faraó.

Vindo, pois, Jetro, o sogro de Moisés, com seus filhos e com sua mulher a Moisés no deserto, ao monte de Deus, onde se tinha acampado,

disse a Moisés: Eu, teu sogro Jetro, venho a ti, com tua mulher e seus dois filhos com ela.

Então, saiu Moisés ao encontro de seu sogro, e inclinou-se, e beijou-o, e perguntaram um ao outro como estavam, e entraram na tenda.

E Moisés contou a seu sogro todas as coisas que o Senhor tinha feito a Faraó e aos egípcios por amor de Israel, e todo o trabalho que passaram no caminho, e como o Senhor os livrara.

E alegrou-se Jetro de todo o bem que o Senhor tinha feito a Israel, livrando-o da mão dos egípcios.

10 E Jetro disse: Bendito seja o Senhor, que vos livrou das mãos dos egípcios e da mão de Faraó; que livrou a este povo de debaixo da mão dos egípcios.

11 Agora sei que o Senhor é maior que todos os deuses; porque na coisa em que se ensoberbeceram, os sobrepujou.

12 Então, tomou Jetro, o sogro de Moisés, holocausto e sacrifícios para Deus; e veio Arão, e todos os anciãos de Israel, para comerem pão com o sogro de Moisés diante de Deus.

13 E aconteceu que, ao outro dia, Moisés assentou-se para julgar o povo; e o povo estava em pé diante de Moisés desde a manhã até à tarde.

14 Vendo, pois, o sogro de Moisés tudo o que ele fazia ao povo, disse: Que é isto que tu fazes ao povo? Por que te assentas só, e todo o povo está em pé diante de ti, desde a manhã até à tarde?

15 Então, disse Moisés a seu sogro: É porque este povo vem a mim para consultar a Deus.

16 Quando tem algum negócio, vem a mim, para que eu julgue entre um e outro e lhes declare os estatutos de Deus e as suas leis.

17 O sogro de Moisés, porém, lhe disse: Não é bom o que fazes.

18 Totalmente desfalecerás, assim tu como este povo que está contigo; porque este negócio é mui difícil para ti; tu só não o podes fazer.

19 Ouve agora a minha voz; eu te aconselharei, e Deus será contigo. Sê tu pelo povo diante de Deus e leva tu as coisas a Deus;

20 e declara-lhes os estatutos e as leis e faze-lhes saber o caminho em que devem andar e a obra que devem fazer.

21 E tu, dentre todo o povo, procura homens capazes, tementes a Deus, homens de verdade, que aborreçam a avareza; e põe-nos sobre eles por maiorais de mil, maiorais de cem, maiorais de cinquenta e maiorais de dez;

22 para que julguem este povo em todo o tempo, e seja que todo negócio grave tragam a ti, mas todo negócio pequeno eles o julguem; assim, a ti mesmo te aliviarás da carga, e eles a levarão contigo.

23 Se isto fizeres, e Deus to mandar, poderás, então, subsistir; assim também todo este povo em paz virá ao seu lugar.

24 E Moisés deu ouvidos à voz de seu sogro e fez tudo quanto tinha dito;

25 e escolheu Moisés homens capazes, de todo o Israel, e os pôs por cabeças sobre o povo: maiorais de mil e maiorais de cem, maiorais de cinquenta e maiorais de dez.

26 E eles julgaram o povo em todo tempo; o negócio árduo traziam a Moisés, e todo negócio pequeno julgavam eles.

27 Então, despediu Moisés o seu sogro, o qual se foi à sua terra.

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LA BIBLIA – Éxodo 18

El suegro de Moisés enseña al Patriarca acerca de buscar ayuda para los asuntos menores.

1 Oyó Jetro sacerdote de Madián, suegro de Moisés, todas las cosas que Dios había hecho con Moisés, y con Israel su pueblo, y cómo Jehová había sacado a Israel de Egipto.

Y tomó Jetro suegro de Moisés a Séfora la mujer de Moisés, después que él la envió,

y a sus dos hijos; el uno se llamaba Gersón, porque dijo: Forastero[a] he sido en tierra ajena;

y el otro se llamaba Eliezer,[b] porque dijo: El Dios de mi padre me ayudó, y me libró de la espada de Faraón.

Y Jetro el suegro de Moisés, con los hijos y la mujer de éste, vino a Moisés en el desierto, donde estaba acampado junto al monte de Dios;

y dijo a Moisés: Yo tu suegro Jetro vengo a ti, con tu mujer, y sus dos hijos con ella.

Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y vinieron a la tienda.

Y Moisés contó a su suegro todas las cosas que Jehová había hecho a Faraón y a los egipcios por amor de Israel, y todo el trabajo que habían pasado en el camino, y cómo los había librado Jehová.

Y se alegró Jetro de todo el bien que Jehová había hecho a Israel, al haberlo librado de mano de los egipcios.

10 Y Jetro dijo: Bendito sea Jehová, que os libró de mano de los egipcios, y de la mano de Faraón, y que libró al pueblo de la mano de los egipcios.

11 Ahora conozco que Jehová es más grande que todos los dioses; porque en lo que se ensoberbecieron prevaleció contra ellos.

12 Y tomó Jetro, suegro de Moisés, holocaustos y sacrificios para Dios; y vino Aarón y todos los ancianos de Israel para comer con el suegro de Moisés delante de Dios.

13 Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.

14 Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?

15 Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios.

16 Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.

17 Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces.

18 Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.

19 Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios.

20 Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer.

21 Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez.

22 Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo.

23 Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar.

24 Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo.

25 Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez.

26 Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño.

27 Y despidió Moisés a su suegro, y éste se fue a su tierra.

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