CRECIMIENTO

ANTIVIRUS

Tristemente hemos podido advertir como frecuentemente confundimos el crecimiento espiritual con los logros materiales.

Especialmente cuando se trata de las iglesias o las congregaciones donde se exhiben con grandes elogios, las obras realizadas en los lugares de culto, principalmente.

Es necesario que estemos atentos con esta clase de manifestaciones porque pueden llevar al engaño de creer, que estamos llamados a edificar o a tener grandes templos.

Cuánto más nos afanemos en las construcciones materiales, seguramente menos empeño pondremos en las cuestiones espirituales.

Sencillamente porque podemos interpretar o creer de buena fe, que cada ladrillo que ponemos en un templo, es para edificar la Gloria de Dios.

Cuando en realidad, lo que estamos edificando es la vana-gloria de un grupo de líderes y de hombres y mujeres, que creen en esta auténtica trampa espiritual.

Dios no precisa de grandes templos. Solamente cuando extendemos el Reino, es cuando verdaderamente podremos decir que estamos construyendo con fe y para su Única Gloria y Honra.

Diego Acosta

ANTE EL TRONO

DEVOCIONAL

Un apreciado y respetado pastor predicaba que debíamos presentarnos ante el Trono de la Gracia confiadamente y sin temor en el corazón.

Ciertamente esa es la actitud, recordando que cada vez que oramos en la intimidad, nos estamos presentando frente al Trono con el solo propósito de Adorar a Jesús.

Esto significa que no será ese el tiempo en el que debamos presentar nuestras peticiones, sino solamente reverenciar su Gloriosa Majestad.

Puede que en esos momentos tengamos una pesada carga en nuestra vida y entonces nos decidamos a pedir algo al Príncipe de Paz.

Recordemos entonces que no hay nada que podamos pedir, sin que ÉL ya lo sepa, sin que ÉL conozca mejor que nosotros nuestras necesidades y todo aquello que tenemos en el corazón.

Cuando oremos ante el Trono, tengamos la humildad de adorar y la absoluta confianza, que nada que nos ocurra le resulta indiferente a quién se merece toda la Honra.

Apocalipsis 7:11
Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono,
y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes;
y se postraron sobre sus rostros delante del trono,
y adoraron a Dios.

Diego Acosta / Neide Ferreira

ESTOY ASOMBRADO

 

Tu belleza es indescriptible
Difícil de entender
Tus obras son incompresibles
No hay nadie como Tú, Señor
Quién podrá entender tu Sabiduría
Quién podrá medir tu Profundidad
Majestad entronizada eres
Maravillado estoy de ti
Maravillado estoy de tí
Santo Dios de quien la Gloria es
Maravillado estoy de ti
Maravillado estoy de tí
Santo Dios de quien la Gloria es
Maravillado estoy
Maravillado estoy de ti

EL CUBO DE AGUA

DEVOCIONAL

Me preocupa y mucho cuando alguien afirma que Dios lo ha abandonado, que no le habla, que no le contesta. Por qué razón? Porque pienso que esa persona está distraída o verdaderamente no le interesa lo que el Eterno tiene para decirle.

Por el contrario, creo que el Altísimo siempre habla, siempre tiene una enseñanza, una advertencia. Otra cosa distinta es que lo que me tiene que hablar, enseñar o avertir, me guste.

Y en eso radica el fondo de la cuestión. Como sucedió cuando se anunció que iba a haber un corte del servicio de agua durante varias horas. Inmediatamente hicimos la previsiones, pero ocurrió algo muy importante.

Cuando estaba llenando un cubo de agua, el Señor me recordó la parábola de las diez vírgenes y de las cinco que fueron previsoras y tenían aceite para sus lámparas.

Dios habla?

Siempre habla, aunque en este caso fue para enseñarme que si no hubiera escuchado la advertencia, hubiera lamentado la falta de agua.

Y para recordarme que no sólo tengo que llenar cubos y sino que debo cuidar que mi vaso de aceite del Espíritu siempre debe estar lleno.

Deuteronomio 5:24
Y dijisteis:
He aquí Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza,
y hemos oído su voz de en medio del fuego;
hoy hemos visto que Jehová habla al hombre,
y éste aún vive.

Diego Acosta /( Neide Ferreira

 

EL JOVEN DIEGO

BLOG DEL TIEMPO

Conocí a Maradona en el año 1983 en Barcelona, pues se me había encomendado que opinara sobre un proyecto, que resultó tan atractivo como irrealizable.

Cuando le confirmé los datos él me agradeció con desilusión, pero tenía la mirada alegre de un joven que comenzaba a mirar la gloria. Fue un poco tiempo antes que un miserable le destrozara un tobillo.

Lo volví a ver varios años después, pero sin poderlo saludar y pude apreciar que su mirada era la de un hombre que miraba la gloria cara a cara, pero sus ojos transmitían dureza y tristeza.

Lo que me hizo reflexionar acerca de lo que nos ocurre a los humanos cuando ansiamos, deseamos o buscamos la gloria que conceden otros hombres.

Siempre tendrá la dimensión pequeña que todos tenemos, por eso precisa de la desmesura, la grandilocuencia o la exageración. Olvidando lo que la Biblia nos advierte acerca de hacernos dioses, que como todos los dioses humanos son falibles y también perecederos.

El Único Dios verdadero, el Dios de Israel, está infinitamente por encima de cualquier dios humano, por ser Eterno y Todopoderoso. Con esta certeza me recuerdo del joven Diego, con su mirada alegre, tan distinta de cuándo conoció la gloria de los hombres.

Diego Acosta