Sorprende como en varios países se registran manifestaciones, donde las personas proclaman sus derechos individuales frente a las normas dictadas por las autoridades ante la peste que nos azota. Si reclamamos derechos, cumplamos las obligaciones buscando no caer en la necedad de la que nos habla Eclesiastés. Diego Acosta – ANTIVIRUS
La llamada clase política, prácticamente sin distinción de nacionalidades, tiene entre sus muchas reclamaciones a la sociedad, el de ser poco reconocida.
Los hombres públicos reclaman una actitud diferente por cuanto consideran que están subestimados, que sus esfuerzos son incomprendidos.
Un reciente episodio ocurrido en Italia, vuelve a actualizar el tema y de una manera lamentable. 5 diputados de la península itálica fueron sorprendidos al reclamar el subsidio dispuesto por el Gobierno para ayudar a quienes carecían de ingresos.
El subsidio tiene un importe de 600 euros. Y los diputados ganan más de 12.000 al mes con el agregado de las prebendas que ellos mismos se concedieron.
Puede entender la clase política, al menos la de Italia, las razones de su descrédito?
Los 5 diputados recibieron toda clase de críticas. Pero, lo más importante es su renuncia al acta constitucional, por la sencilla razón de que son indignos.
La Biblia nos advierte sobre lo que guardamos en nuestro corazón y este es otro caso para confirmarlo.
No es bueno permitir que la hipocresía nos gobierne, porque daremos por cierto lo que no lo es y seremos cómplices de la maldad del mundo. Jesús nos advirtió sobre la hipocresía y también que cada hipócrita ya tiene su paga. Diego Acosta – ANTIVIRUS
Constantemente los especialistas en cuestiones espaciales, nos sorprenden con sus revelaciones, que por nuestra falta de memoria, no advertimos que luego las contradicen.
En otras ocasiones nos hablan de dimensiones tan gigantescas, que las magnitudes escapan por completo a nuestra capacidad para imaginarlas, pues suponen una cantidad de ceros a la derecha que muchos no sabríamos ni expresarlas.
Es admirable la capacidad de los científicos para afirmar y desmentir supuestos descubrimientos, que luego quedan en la mayoría de los casos como interrogantes de difíciles comprobaciones.
Deberíamos aprender de los científicos, en esa capacidad de reflejar lo poco que saben sobre algunos temas y también su interés por desmentir sus afirmaciones erradas
Este ejercicio constante de afirmar-negar, si lo aplicáramos a nuestra vida cotidiana, nos haría menos esclavos de nuestras propias palabras. Y podríamos evidenciar con nuestros hechos que la Única Verdad es la del Eterno. Y el Único que sabe todas las cosas…
La sociedad global de la que formamos parte
debe aceptar su humillación por un pequeño virus que el ojo humano no puede ver sin tecnología. Debemos reconocer nuestra soberbia y también la necesidad de prepararnos para
los Nuevos Tiempos. Diego Acosta – ANTIVIRUS
El desprecio por la vida o por la vida de los demás
o la tontería están por detrás de las llamadas fiestas del corona que se realizan en Alabama, Estados Unidos. Grupos de jóvenes buscan en fiestas contagiarse
con el virus para recibir el premio del dinero de los participantes. Diego Acosta – ANTIVIRUS
La ola de atentados contra estatuas, principalmente en Estados Unidos y Gran Bretaña, merece una reflexión que está vinculada con el propósito de los agresores.
Es evidente que se trata de obrar en contra de quienes en el pasado fueron protagonistas de hechos, que en el presente pueden ser cuestionados.
Pero llevando la cuestión a lo más profundo, puede pensarse que atacando a personajes que esclavizaron a hombres, se puede borrar el daño causado?
La Memoria que hizo perdurar al Pueblo judío a lo largo de miles de años, ha guardado todo lo bueno y lo malo de lo vivido y aún ha atesorado los propios errores.
Este puede ser un punto de reflexión, para pensar que destruir una estatua es un juego infantil, que no tiene más valor que el daño causado, porque los hechos continuarán impertérritos.
Los hechos graves del pasado, solo serán repartados con obras que superen los daños y se conviertan en referencias para las generaciones futuras. Las estatuas son el testimonio de lo que se tiene que mejorar.
<<< TERRAPLANISTAS, A ESTUDIAR Hay quienes aceptan que la tierra es plana
y tiene un límite de hielo, en la enorme región de la Antártida. La seducción de lo novedoso siempre se actualiza y se ignora lo que es una evidencia: Dios creó todo lo vemos y lo que no vemos! Diego Acosta – ANTIVIRUS
En distintos países y por los mismos motivos, los hombres y mujeres que trabajan diariamente para combatir la peste del corona, están siendo reprobados.
Asombra la actitud de una sociedad que ha encontrado en estos servidores un punto de referencia, no solo profesional sino de un acendrado espíritu de sacrificio.
No es la primera vez en la historia, que los hombres que más trabajan por los suyos, sean vilipendiados, agredidos y estigmatizados. Conducta triste y temerosa de quienes solo están preocupados por su propia situación.
Tal vez este sea una forma de comprobar el tremendo grado de egoísmo del mundo en el que vivimos, donde las soluciones personales están por encima del conjunto. El tristemente célebre…sálvese quién pueda.
Creemos que no es necesaria ninguna defensa de los trabajadores de la sanidad o la de otros servidores públicos. Simplemente basta con el reconocimiento público que podemos hacer de ellos como auténticos referentes morales de una sociedad, que pretende castigarlos.
En tiempos en los que millones de personas están viviendo realidades angustiosas y futuros inciertos, la exhibición del lujo se torna casi intolerable.
No se trata de envidia, se trata de sentido común, porque las demostraciones de dinero que implica mostrar el lujo, ofenden a quienes están padeciendo incertidumbre y zozobra.
Desde mansiones a vehículos u ostentosas formas de vida, exhibir con jactancia el dinero, no hace otra cosa que aumentar lo que se pueda llamar la brecha sutil de una sociedad.
Esta situación origina pretensiones desmedidas con impuestos al lujo, que más bien se parecen un gravamen al lujo exhibicionista, pues los efectos económicos son francamente escasos.
Lo que sí queda en evidencia es que la Palabra de Dios, nos enseña que el amor al dinero es una de las mayores perdiciones del hombre y que su exhibición, forma parte de la necedad humana.
En tiempos complejos, la prudencia sería una buena recomendación para quienes viven en la angustia de tener que mostrar que lo único que parecen tener, es dinero.