LA BUENA Y LA MALA
DEVOCIONAL
La soledad ha sido desde que el hombre ha decidido vivir junto a otros seres formando parte de una sociedad, uno de los grandes problemas personales…quizás tan viejo como la decisión de agruparse.
El gran escritor Jorge Luis Borges, escribió magistralmente sobre el tema, definiendo que había una soledad buena que era la deseada y otra mala, que era la que no deseábamos.
Dios cuando vio que Adán estaba solo, siguiendo con su Plan, creó la mujer para que fuese su compañía idónea. No nos debemos abandonar a la desesperación con la soledad, porque el Eterno, siempre está preocupado por nosotros.
Él sabe nuestras necesidades, incluso antes que nosotros mismos, pero también es verdad, que cada solitario debe tratar de saber las razones de su condición y entonces volverse a Dios clamando por una solución.
No pensemos que si nos consideramos abandonados por quienes deberían cobijarnos, no tenemos ninguna salida…El Santo de Israel prometió que estará a nuestro lado hasta el fin y esa es nuestra mejor compañía!
Isaías 35:6
Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.
Diego Acosta / Neide Ferrreira