EL QUE ESPERA…
DEVOCIONAL
En la vida mundana se utiliza frecuentemente un refrán que ejemplifica acabadamente una actitud ante la espera y que no es otro que quién está en esa situación…desespera. Es una forma de admitir que es una especie de coma irreversible para quienes deben afrontar un tiempo tan especial.
Este refrán se levanta como una verdad absoluta, que disipa todas las dudas y que como una condena anticipada afecta a los hombres y mujeres que esperan…por diferentes motivos y por distintas razones.
Carece de importancia lo que se espera y de quién se espera, solamente queda clara la consecuencia que padecerá el que esté viviendo esos momentos. Sin embargo ante la negatividad de semejante condena, existe una Verdad:
Y es la de esperar en Dios!
Para poder experimentar esta maravillosa alternativa, es evidente que el paso inicial es el de creer en el Todopoderoso de Israel, en su Amor y su Misericordia. Pero si creemos con absoluta honradez, podremos vivir la espera confiadamente.
Sin caer en la angustia que nos corroe ni en el afán que no nos deja vivir en paz. La espera en Dios es transformadora porque pone a prueba nuestra fe y nos lleva a tener la confianza absoluta de que todo está bajo el Arbitrio de su Soberana Voluntad y por lo tanto nuestra espera, cuando concluya, nos mostrará lo mejor para nuestras vidas.
Salmo 59:9
A causa del poder del enemigo esperaré en ti, Porque Dios es mi defensa.
Diego Acosta / Neide Ferreira