LA PÉRDIDA Y EL CONSUELO
DEVOCIONAL
Ante una dolorosa pérdida, un hermano decía que estaba viviendo horas difíciles pero confortado por el Amor de Jesús.
Es otro motivo para dar gracias al Señor por haber guardado el corazón de este hermano, para que no hubiera ni rebeldía ni resentimiento.
Guardando el corazón en circunstancias difíciles y dolorosas, tenemos la certeza del Consuelo de lo Alto, que solamente puede venir de Él cuando más lo necesitamos.
Esto anima y reconforta, porque he podido comprobar una vez más como la Gloria del Eterno, se manifiesta en todo tiempo en nuestra vida.
Cuando somos capaces de soportar el dolor de una pérdida, nos acercamos más a Dios, porque en Obediencia aceptamos que su Voluntad es Perfecta, porque ha librado de crueles sufrimientos a un ser amado.
Doy gracias por todo, sabiendo que los inescrutables designios del Todopoderoso, siempre serán para nuestro bien, aunque nos cueste aceptarlo en los penosos momentos que vivimos.
Isaías 57:18-19
He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados;
produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré.
Diego Acosta / Neide Ferreira