ATENTOS…

Siempre estamos atentos…a muchas cosas pero nunca a lo verdaderamente importante.

Somos esclavos de las necesidades que nos hemos ido creando, de estar siempre informados, de mantener al día nuestras relaciones.

En eso consiste la forma de vivir que tenemos en estos tiempos, pero hemos perdido la perspectiva de lo que es necesario, por no decir fundamental.

Con tanto ajetreo nos olvidamos de escuchar al Espíritu, porque estamos aturdidos con tantas cosas en nuestros oídos y en nuestra mente.

El Espíritu no vendrá a nosotros para sumarse a esa confusión, buscará hablarnos en el momento idóneo, que muchas veces puede ser mientras estamos descansando.

Lo grave es que aún en esas circunstancias, tal vez seamos incapaces de percibir quién es el que nos habla, quién es el que nos visita.

Debemos reaccionar y debo reaccionar, para dejar de vivir de esta manera alocada y frívola, de saber muchas cosas, que es la mejor forma de no saber nada.

Guardemos nuestros oídos para percibir al Espíritu…para escuchar aquello importante que tiene para decirnos o advertirnos.

Hebreos 3:7

Por lo cual, como dice el Espíritu Santo:

Si oyereis hoy su voz.

Hebreus 3:7

 Portanto, como diz o Espírito Santo,

se ouvirdes hoje a sua voz.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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LAS CRÍTICAS

Un recuerdo que siempre conservaré por lo que tuvo de enseñanza, es el del primer mensaje que pronunció un joven predicador en una congregación.

A sus evidentes nervios y emoción, se agregó la notoria falta de experiencia, lo que rápidamente generó un ambiente propicio a las críticas.

Algunos hermanos fueron muy severos en sus afirmaciones, olvidando de una manera sorprendente lo que les ocurrió cuando ellos pasaron por el mismo trance.

Incluso yo mismo me olvidé de mis primeras veces y me sumé a las críticas, hasta que el Espíritu me amonestó severamente con relación a lo que estaba haciendo.

En circunstancias como estas, es cuando advertimos que pese a utilizarlas muchos, las palabras Amor y Misericordia, las ponemos muy poco en práctica.

Demostramos además, que no tenemos el menor sentido de grandeza, cuando criticamos y hasta nos burlamos de quién predica por primera vez en una iglesia.

Bueno sería transformar críticas en palabras amables de y ánimo, para alentar a continuar, a quién ha recibido la alta responsabilidad de traer la Palabra del Señor por primera vez a los suyos.

Salmo 26:3

ES – Porque tu misericordia está delante de mis ojos,

           Y ando en tu verdad.

PT –  Porque a tua benignidade está diante dos meus olhos;

             e tenho andado na tua verdade.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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COMO HABLABA…?

En estos tiempos en los que buscamos ser amables y agradables con todo el mundo, bueno sería recordar como hablaba Jesús.

En su Ministerio Terrenal, ÉL siempre fue contundente, radical, aún cuando usaba las parábolas, siempre sus expresiones fueron ROTUNDAS.

Nosotros en cambio, antes de llevar cualquier mensaje, pensamos a quienes va a molestar, quienes se pueden sentir ofendidos o si es oportuno que la congregación escuche palabras muy duras.

Nunca o casi nunca somos fieles a la Palabra que debe traer el Espíritu Santo. Nuestra fidelidad está dirigida cuidar nuestros mezquinos intereses personales.

Estos pensamientos vienen a mí, cada vez que escucho o leo un mensaje, donde resulta evidente que se trata de una palabra con un gran trasfondo humano y con nada o casi nada de inspiración del Espíritu.

Es evidente que cada uno debe hacerse responsable de sus hechos y de sus dichos. Pero también es evidente que cada congregación debe demandar con orden y misericordia, palabras fieles a Dios y no a los hombres.

Marcos 7:6

ES – Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí.

PT E ele, respondendo, disse-lhes: Bem profetizou Isaías acerca de vós, hipócritas, como está escrito: Este povo honra-me com os lábios, mas o seu coração está longe de mim.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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EL MEJOR TIEMPO

Cuando nos aprestamos a leer la Palabra de Dios, debemos prepararnos, profundamente para un gran momento de nuestra vida.

No es solo prepararnos para una lectura sino también para adentrarnos en las revelaciones que el Espíritu pueda darnos.

Pero, debemos apreciar que son dos situaciones distintas. Una cosa es leer, con detenimiento, sin prisas. La otra es dejar pasar nuestra vista sobre Capítulos y versículos, buscando lograr de leer el máximo posible de páginas.

Como es comprensible, el Espíritu difícilmente podrá enseñarnos lo que tiene para nosotros, si solo pasamos  nuestra vista, con rapidez sobre las páginas como si estuviéramos compitiendo contra nosotros mismos.

Cuando leemos debemos elegir el mejor momento del día, aquel en el que estaremos más tranquilos, más serenos, para no tener ninguna clase de prisa ni caer en la tentación de hacerlo rápido para acortar los tiempos.

Estas cuestiones fueron momento, una gran revelación para mí, pues un día el Espíritu me mostró mi gran torpeza, mi auténtica necedad a la hora de leer el Texto Sagrado.

Un buen ejemplo de lo que estamos comentando, es el momento en el que Jesús habla de la semilla de mostaza y de lo pequeña que es.

Creo que todos nos quedamos en la primera parte del versículo, al que damos por sabido y por entendido, sin detenernos ni un solo instante en lo que podríamos llamar la segunda parte de lo que dijo el Hijo del Hombre.

Hablando de la calidad de nuestra fe la comparó con una semilla de mostaza y mencionó que podríamos cambiar a un monte de lugar.

Y pareciera que ese es el fin de la historia. Pero Jesús formuló una promesa: Si nuestra fe fuera mayor, podríamos hacer cosas mayores que esa.

Sería bueno que leyéramos el pasaje, en el Evangelio de Mateo, para comprender acabadamente la necesidad que tenemos de profundizar en el Texto y permitir que el Espíritu nos hable.

Con el paso de los años, he podido valorar la importancia de esta enseñanza. Cuando le dediquemos el mejor tiempo a la lectura de la Biblia, entonces nuestra vida comenzará a cambiar.

Mientras tanto caminaremos como si no tuviéramos una brújula y estaremos perdidos y sin rumbo.

Diego Acosta 

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COMPRENDER…?

Puede el hombre en su sabiduría llegar a comprender la Grandeza de Dios?

NO.

Los hombres a los que les reconocemos la categoría de sabios, pueden estar en un nivel de conocimientos muy superior al del resto de los humanos.

Sin embargo por grande y notable que sea su saber, nunca podrá estar a la altura de lo que verdaderamente es el Eterno.

La profundidad  de esta idea es portentosa, que cuando fui consciente de ella, finalmente comprendí lo pequeño que soy y lo torpe que es mi condición.

No solo mi vanidad es absolutamente injustificada, sino que todo aquello que pensé que tenía algún valor, no es más que pura palabrería.

Me quedó claro que la mente humana, que mi mente, es demasiado poca cosa, como para atreverme siquiera a interpretar lo que los supuestamente sabios, tratan de mostrarnos como frutos de sus elevados razonamientos.

Humildemente he recogido las velas de mi orgullo y me he limitado a percibir la suave brisa del Espíritu, que es el que me puede liberar del abismo en el que me encuentro.

Eclesiastés 8:17

Y he visto todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra que debajo del sol se hace; por mucho que trabaje el hombre buscándola, no la hallará; aunque diga el sabio que la conoce, no por eso podrá alcanzarla.

Eclesiastes 8:17

Então, vi toda a obra de Deus, que o homem não pode alcançar a obra que se faz debaixo do sol; por mais que trabalhe o homem para a buscar, não a achará; e, ainda que diga o sábio que a virá a conhecer, nem por isso a poderá alcançar.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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SUPERFICIAL

La profundidad de nuestra lectura de la Biblia queda demostrada en nuestras obras.

Muy poco es lo que demostramos con nuestros hechos, porque muy poco es lo que tratamos de buscar como enseñanza y como revelación en la Palabra de Dios.

Es evidente que nos quedamos en la superficie y que no tratamos de ahondar en ningún tema ni esperamos que el Espíritu nos revele un mensaje, en algún versículo.

Esto me lo aplico en toda su extensión a mis contactos diarios con el Texto Sagrado, porque mucho es lo que leo y poco es lo que recojo.

Me planteo constantemente cambiar esta actitud, porque tengo la certeza de que cuánto más profundice en la Palabra, más me acercaré al Señor.

Es necesario dejar de hacer pompas de jabón con los versículos y tratar de encontrar en ellos la Guía, que solo el Espíritu puede darnos.

Cada día en el que cambiemos de actitud, también cambiará nuestra vida y nos haremos merecedores de llamarnos hijos de Dios.

Deuteronomio 17:19

Y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra.

Deuteronômio 17:19

 E o terá consigo e nele lerá todos os dias da sua vida, para que aprenda a temer ao Senhor, seu Deus, para guardar todas as palavras desta lei e estes estatutos, para fazê-los.

Diego Acosta / Neide Ferreira

TOLERAR…

CONGREGACIÓN

SÉPTIMOMILENIO

Podemos tener la absoluta certeza de que estamos viviendo tiempos especialmente singulares. Podríamos decir que muy graves.

Se puede argumentar que a lo largo de la historia, siempre hubo generaciones de hombres que tenían razones para afirmar exactamente lo mismo.

Pero, entendemos que hay una diferencia. Si todo lo relacionado con Israel, es como un símbolo del reloj del tiempo de Dios, entonces comprenderemos que estamos viviendo un tiempo muy especial.

Hay dos hechos que cumplen profecías y por lo tanto, permiten marcar referencias concretas con relación al fin de los tiempos anunciado por Jesús.

Israel ha establecido parte de su territorio con la Guerra del 67 y también en ese mismo conflicto, recuperó luego de más de 1.900 años el control de la Ciudad Santa.

Esto significa que después de la destrucción del Templo en el año 70, Israel volvió a ser una Nación con una capital única e indivisible que es Jerusalén.

A partir de estos conceptos, bien podríamos afirmar que el mundo registra una constante decadencia moral, que se manifiesta ya no solo en la rebeldía a Dios, sino también en un desafío permanente.

En este proceso también son protagonistas los que por comisión o por omisión, manifiestan su tolerancia frente a hechos que son totalmente opuestos a la Majestad del Eterno.

Tolerar parece haberse convertido en uno de los símbolos del modernismo, de lo progresista y también de una forma de expresar el amor hacia el prójimo.

Con estos falsos argumentos se tolera cada vez más, el pecado que es una ofensa al Espíritu, se admiten conductas que Dios prohíbe y se ataca a quienes no transigimos con semejantes comportamientos.

Alemania fue el último país en admitir el matrimonio entre personas del mismo sexo y su canciller Angela Merkel tuvo que votar en contra para ser fiel a sus convicciones espirituales.

Ella dejó un notable ejemplo de coherencia entre gobernar y la fidelidad hacia su fe cristiana. Todo un símbolo de este tiempo.

No nos confundamos: Dios odia el pecado y ama al pecador. Pero eso no significa la tolerancia hacia cualquier conducta que se oponga a sus mandamientos.

Cada día hay menos margen para definirse!

Estamos con Dios o en contra de ÉL siendo tolerantes!

Diego Acosta

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EL CAMBIO…! A MUDANÇA…!

CONGREGACIÓN

         SÉPTIMO MILENIO

Anhelar el cambio, supone un punto de partida importante para lograr buenos resultados!

El cambio se debe relacionar con lo que Pablo escribió en su Carta a los Romanos, exhortando a renovar nuestro entendimiento, para así lograr la transformación que nos diferencie del mundo.

Tan trascendente es esta formulación del Apóstol, que tiene uno de los versículos con una promesa explícita: La de comprobar la voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Por tanto la renovación supone un cambio esencial en nuestro modo de vida, partiendo de que somos hombres y mujeres nuevos en Cristo.

Renovarse no supone cambiar nuestra apariencia o las apariencias, de la iglesia por ejemplo. Supone algo mucho más profundo, más significativo.

Difícilmente podríamos hablar de renovación en cualquier ámbito u orden de la vida, si no comenzamos por cambiar nosotros mismos.

Sucede lo mismo que con el avivamiento: Nunca habrá avivamiento en nuestra congregación, si no comenzamos por nuestro propio avivamiento.

Es decir: Tomando lo personal como inicio, sí podremos buscar cambiar aquello que debe ser cambiado, con la plena certeza que estaremos obrando como el Señor manda.

Pablo nos enseña el Camino: Renovar nuestra mente!

Esto no significa otra cosa que controlar nuestros pensamientos, conocimientos e incluso vivencias, para alejarlas de las seducciones del mundo y ponerlas al servicio del Reino.

El objetivo tiene una gran dimensión, pero por eso mismo es un desafío que debemos asumir con la certeza que no estaremos solos en el intento.

Será el Espíritu el que nos Guíe y el que nos muestre como debemos obrar en los días futuros para comenzar a renovar nuestra mente.

Pero como lo llevamos a la práctica?

Dedicando el mejor tiempo del que dispongamos para estudiar la Palabra, para recibir nseñanzas y revelaciones del Espíritu, que nos ayudarán a entender cada día ese instrumento maravilloso que es la Biblia.

Este esfuerzo que se nos puede convertir en un objetivo inalcanzable, según nuestra mentalidad de hombres pequeños, tiene una maravillosa recompensa: Veremos en nuestra vida la Voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.

No dejemos nada para mañana. Comencemos hoy mismo a buscar el cumplimiento de la promesa del Eterno

Diego Acosta

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EL PELIGRO DE LA CEGUERA ESPIRITUAL

CONGREGACIÓN

SÉPTIMO MILENIO

La ceguera espiritual en los cristianos es peligrosa, porque hablan, viven y se comportan como religiosos, por tanto, ni sus palabras, ni sus hechos, ni su comportamiento bendicen a nadie, solo afectan a los sentimentales porque su vida es sentimentalismo puro, redireccionan la palabra de Dios para alentar y consentir comportamientos y actitudes que no tienen respaldo en la palabra de Dios, pero que emociona y no remueve las conciencias de los que viven como quieren.
Digo la ceguera espiritual, refiriéndome a los que no están llenos del Espíritu Santo, porque llenos del Espíritu de Dios, discernimos los espíritus, hablamos para bendecir sin adaptar la palabra de Dios a las corrientes de este mundo, oramos y suceden cosas.
Llenos del Espíritu podemos soportar la persecución, tener la gracia para llevar la enfermedad, permanecer gozosos y firmes en medio de la prueba y además ser herramientas vivas en las manos de Dios.
Llenos del Espíritu no seremos admirados, ni aceptados por los que no son del Camino, mucho menos por los que viven ahogados en delitos y pecados, es más en ocasiones hasta seremos incómodos para los de la familia de la fe.
Llenos del Espíritu Santo cuándo hablemos pueden suceder dos cosas:1 que los ciegos vean, los enfermos se sanen, los cautivos sean liberados y las vidas sean transformadas. 2 que nos repudien, nos persigan y nos maten.
Llenos del Espíritu Santo no tenemos comunión con lo mundano, aunque vivamos rodeados de lo mundano, porque el Reino de Dios y su justicia es lo que está establecido en nuestras vida.
Por tanto es tiempo de analizarnos como hijos de Dios ¿ Tenemos su Espíritu? O ¿Solo tenemos su palabra? Cuando decimos que la fe sin obras es muerta, estamos diciendo que por mucho que uno diga que cree en Dios si no le obedece, es un muerto más.
« Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.» Gálatas 2:20

Lourdes Diaz

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