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DOS MILAGROS…!

Por unas horas estuve viviendo en una casa donde residen dos familias, que recibieron el maravilloso presente de hijos recién nacidos.

Viví una experiencia reconfortante, porque en medio de la situación que plantea recibir a los primeros hijos, es asombroso como la Obra de Dios se proyecta sobre la vida de las personas.

Quién le enseñó a una joven a ser madre?

Quién le enseñó a comprender las necesidades de una criatura con horas de vida?

Quién le enseñó a los padres, a los esposos, a cuidar de sus esposas y de sus hijos?

Estas y otras cuestiones vinieron a mi mente y todas tuvieron la misma respuesta: Dios en su Grandeza y Misericordia, enseña a los humanos sobre las cuestiones fundamentales para conservar la vida.

Por muchos consejos que las personas mayores puedan dar a los jóvenes padres, ninguna enseñanza es mayor que la del Creador.

Tuve el privilegio de poder apartar unos minutos para reflexionar en todo lo que estaba viendo y viviendo y comprender la inmensa magnitud que tiene el nacimiento de un niño.

Y en mi predicación surgió el tema, inspirado por el Espíritu, para poder comprender lo que significa el nacimiento del Hijo del Hombre.

Así como un niño es una bendición para su familia, el nacimiento del Niño Jesús, es la bendición para toda la humanidad.

Maravillosa revelación que tenemos para que cada hombre y cada mujer, advierta todas las grandes Verdades contenidas en la Palabra de Dios.

Un niño nace de la unión de un hombre y de una mujer!

Un niño es el testimonio del milagro de la Vida!

Salmo 36:9

Porque contigo está el manantial de la vida;
En tu Luz veremos la luz.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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UNA VIDA…

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Las noticias penosas siempre son rápidas en saberse, aún hasta para quienes, no somos partícipes directos del  drama. Pero finalmente llegan y nos afectan.

La noticia de la muerte de una joven mujer, afectó a amigos quienes al proporcionar más detalles de los hechos, coincidieron en que el principal motivo de la muerte no habría sido otro que la drogadicción.

La joven muerta por añadidura, era de una notable belleza, que se estaba marchitando por los excesos con su cuerpo.

La primera reacción fue una profunda pena, a pesar de no saber quién era y por supuesto, sin saber su nombre.

Pero luego del impacto llegó la obra del Espíritu y entonces, lo que podría ser un trágico episodio más, se convirtió en algo que me afectó.

Muy fácilmente podríamos apartarnos del caso, con el argumento de la ignorancia total sobre quién era la víctima.

Pero sin embargo el Espíritu continuó su obra y de pronto descubrí que su propósito no es otro que analicemos cuál es nuestra responsabilidad…por esa muerte.

Confieso que me sorprendí cuando llegué a este interrogante: Cuál era mi parte de responsabilidad por la muerte de una joven y bella mujer?

Quizás en el mundo, se podría contestar con una rotunda negativa. Ninguna responsabilidad y entonces podríamos seguir viviendo con la misma frivolidad con que lo hacemos todos los días.

No cabe ninguna duda que en forma directa no tenemos responsabilidad alguna, pero si lo pensamos en profundidad, advertiremos como a través de algunos de nuestros comportamientos sí nos alcanza el Juicio.

Que hago por los demás?

Me preocupo cuando los veo en situaciones penosas?

Obviamente no hago nada.

Pero podría hacer?

Esta es la verdadera cuestión y en eso nos debe orientar el Espíritu para guiarnos a no ser indiferentes y sí a ser parte del drama cotidiano de quienes nos rodean.

Y hacerlo no es otra cosa que ORAR!

Eso fue lo primero que hice cuando conocí la tragedia de la joven. Clamé por su familia, por los desencuentros, por las disputas, por las amarguras, por los reproches.

En realidad esta es una de nuestras grandes misiones. ORAR sin pausa, este día y todos los días. A toda hora, en cualquier circunstancia y en cualquier lugar.

Pensemos que habrá personas que recibirán una oración, por una primera y única vez en su vida.

Oremos.

Diego Acosta

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Receiving Gift of Salvation

Y SI FUERA…

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En los difíciles tiempos de mis luchas personales y también de mis fracasos, siempre venía a mi memoria una frase que recuerdo con especial cariño.

Un compañero de trabajo, bastante mayor que yo, me comentó un día acerca de lo corta que era la vida y de lo poco que valía vivirla.

Era desde luego un comentario muy propio de una persona próxima a la vejez y con la carga de frustración que significa no haber podido estudiar medicina y tener que ganarse el sustento en una radio a la que detestaba.

Otro de los compañeros que estaba escuchando nuestro diálogo intervino y dijo: Y si fuera…diferente de lo que Ud. cree?

El mayor de nosotros se quedó mirándolo sin saber muy bien que decir y allí  acabó la conversación.

Pero me quedé con la idea: Y si fuera…

Siempre me he creído una persona con una cierta dosis de intuición, pero luego del milagro de la Salvación, creo que lo que llamaba de esa manera no era otra cosa que el Espíritu Santo obrando en mí.

Aquella frase fue como una señal inesperada en tiempos de afanes y de pequeñas victorias y grandes desilusiones. Es que había algo más que todo eso?

Por esta razón fue que el día en que fui por primera vez a una iglesia evangélica, todo ocurrió serenamente. Me sentí en mí lugar…y la frase comenzó a cobrar sentido.

Y si fuera…Jesús el Salvador?

Y si fuera…Dios el principio de una nueva vida?

Y si fuera…la fuerza poderosa del Amor la que acabara

con el pasado?

Juan 5:21

 Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida,

así también el Hijo a los que quiere da vida.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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EL PRÓJIMO…

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Muchas veces me he preguntado, quién es el prójimo…?

Confieso que buscaba una respuesta bastante incierta, porque tenía dificultades para definir quién era esta persona a la que se alude en la Palabra de Dios.

La respuesta, como siempre provino del Espíritu: El prójimo es quién está tu lado…

Seguí pensando…Si lo conociera lo entendería, pero si no lo conozco, cómo puede ser mi prójimo?

Esta clase de dudas revelan el estado del corazón y de nuestra relación con el propio Dios. Si en nuestro interior hay dureza, difícilmente tendríamos intimidad con el Señor, porque lo más probable es que ni la buscaríamos.

Pero, si entendemos que nuestro prójimo es quién está a nuestro lado, es porque en principio entendemos lo que significa ser hijo de Dios…y no un allegado más o menos próximo.

Por crudo que resulte este razonamiento así es en la realidad. Si estamos cerca del Eterno entenderemos quién es el prójimo.

Caso contrario nos debatiremos en mil conjeturas, sin llegar a saber nunca quién es espiritualmente hablando, esta persona que está sentada a nuestro lado o que camina delante de nosotros.

Cuando lo entendamos…oremos por él. Sin saber quién es y tal vez sin saber nunca quién era! Pero oraremos por él y los bendeciremos!

Esta es la gran misión personal: Bendecir al prójimo!

Porque de esta manera estaremos derramando sobre su vida bendiciones que ni se imagina que existen. Y porque tal vez sea la única vez que alguien lo bendiga.

Demos el amor que recibimos inmerecidamente de nuestro Padre!

Desatemos las tremendas fuerzas de la oración sobre la vida de quienes nos rodean. En primer lugar de nuestro prójimo!

Proverbios 3:27

No te niegues a hacer el bien a quien es debido,

Cuando tuvieres poder para hacerlo.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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SANAR IDEAS

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Una de las revelaciones más sorprendentes que he recibido a lo largo de mi vida, está relacionada con…sanar ideas.

Que significa este pensamiento?

Me lo he preguntado y finalmente el Espíritu ha completado su obra con la respuesta!

Sanar ideas no es otra cosa que la obra profunda del Espíritu en todo aquello que ha formado parte de los conceptos, de los fundamentos de vida, anteriores a nuestra aceptación del Señor.

Siendo como somos hombres y mujeres nacidos de nuevo, sin embargo muchos de nosotros conservamos convicciones o preconceptos adquiridos a través del conocimiento o de las experiencias personales.

Y todo eso que aprendimos, toda esa carga de supuesta sabiduría que adquirimos, también precisa ser sanada.

Cuál es la razón para ello?

Sencillamente porque se oponen a nuestra creencia verdadera, se oponen a la auténtica concepción del Soberano.

Con un ejemplo puede aclararse mejor este mensaje. Hay muchas personas, que afirman no saber si Dios existe y otras que se niegan a aceptarlo.

Sin embargo tanto unas como otras, son capaces de aceptar que existe un Ser Superior…!

Pero quién es ese Ser Superior?

Indiscutiblemente es el Eterno, pero por las razones que sea, hay quienes se niegan a reconocerlo.

Estas son las ideas que deben ser sanadas, pues perturban el correcto relacionamiento con Dios y con la  de Salvación de Jesús.

Seamos sabios y aprovechemos estas enseñanzas que el Soberano en su Misericordia nos entrega, para mejorar nuestra condición de creyentes y para elevarla sobre las pequeñeces y errores de los tiempos pasados.

Y fundamentalmente para acercarnos a nuestro Creador!

Efesios 4:22

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo

hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,

 y renovaos en el espíritu de vuestra mente.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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TODA CLASE DE EXCELENTES FRUTOS…

 

CONGREGACIÓN SÉPelie1TIMO MILENIO

Toda clase de excelentes frutos, nuevos y viejos, reservé a mi amado. (Cantar de los Cantares 7:13).

A veces abro la Biblia y quedo impactada por lo que leo y me quedo pensando, (predicando para mí misma) sobre lo leído.

Hoy no ha sido diferente: Frutos viejos y nuevos!

Debemos dejar de lado los frutos viejos? O los debemos aprovechar porque son más dulces que el azúcar? No sirven para nada más los frutos viejos?

Sirven para jalea, compotas, colocar en una ensalada para dar un toque de dulzura, usar para plantar un nuevo fruto. Eso para plantar un fruto nuevo.

Y cuando comer los frutos nuevos? Si nos anticipamos estarán verdes y ácidos y si los recolectamos antes pueden estar aguados y no tener ningún sabor. Todo tiene su tiempo determinado, habló Salomón, el Sabio.

Cuando pienso en un mango que comí hace unos días, me acuerdo del dulce sabor que tenía y no que lo tuve que lavar, quitar la cáscara, cortar…los frutos viejos son para recordar y traer a la memoria (Lamentaciones 3:21). Lo agradable del fruto es pensar que otro mango podrá estar en mi boca como ese que comí y así tener ánimo para plantar, recoger y comer el fruto nuevo.

Los frutos nuevos nos aportan frescura, vitaminas, cierta necesaria acidez y alegría de un tiempo nuevo.

Lo que Dios tiene para nosotros es una pregunta que nos hacemos siempre y para lo que buscamos respuesta constantemente en varias partes (devocionales matinales, versículos del día, una palabra encontrada en las redes sociales).

Miqueas 6:8 nos habla de lo que Dios requiere de nosotros: “Que practiques la justicia, que ames con benevolencia y camines humildes con Dios”.

Cuando plantamos la simiente del Espíritu Santo, recogeremos el fruto fresco que trae la vida.

Tendremos siempre frutos nuevos, disfrutando del buen sabor de los frutos que recogeremos y comeremos, alegrándonos de poder plantar y cosechar, sabiendo que cuidar la tierra es muy importante para tener buenos frutos.

Deje que el Espíritu Santo labre y limpie la tierra de su corazón – lugar de donde procede la vida – plante la simiente de la Palabra de Dios, riegue con el Agua viva y los frutos nacerán abundantes y buenos.

Elié Ferreira

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TODA SORTE DE EXCELENTES FRUTOS…

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CONGREGAÇÃO SÉTIMO MILÊNIO

TODA SORTE DE EXCELENTES FRUTOS…

Toda sorte de excelentes frutos, novos e velhos; eu vos reservei, ó meu amado. (Cântico dos Cânticos 7.13)

Às vezes abro a Bíblia e me impacto com o que leio e fico pensando (pregando para mim mesma) sobre o lido.

Hoje não foi diferente: Frutos velhos e frutos novos!

Devemos dispensar os frutos velhos? Ou devemos aproveitar que são mais doces e “sugar” esse açúcar? Não servem para mais nada os frutos velhos? Servem para geleia, compotas, colocar na salada para dar um dulçor, usar para plantar um fruto novo.isso: usar para plantar um fruto novo

E quando comer os frutos novos? Se nos antecipamos estarão verdes e ácidos, ou se colhermos antes podem estar aguados e não ter nenhum sabor. Tudo tem seu tempo determinado, já falou Salomão – o Sábio.

Quando penso em uma manga que comi há uns dias lembro-me do sabor doce que tinha e não de que tive que lavar, tirar a casca, cortar…frutos velhos são para lembrar e trazer à memória (Lamentações 3:21) o agradável do fruto e pensar que a outra manga vai estar tão boa como essa e assim ter ânimo para plantar, colher e comer esse fruto novo.

Frutos novos nos aportam frescor, vitaminas, certa acidez necessária – alegria de um tempo novo.

O que Deus tem para nós é uma pergunta que fazemos sempre, e para a qual buscamos resposta constantemente em várias partes (devocionais matinais, versículos do dia, uma palavra postada nas redes sociais, etc.)

Miqueias 6:8 – nos fala o que Deus requer de nós: “que pratiques a justiça, ames a benevolência e andes humildemente com Deus”

Quando plantarmos a semente do Espirito Santo colheremos o fruto fresco que trás vida!

Teremos sempre frutos novos, desfrutando do bom sabor dos frutos que já colhemos e comemos, alegrando-nos de poder plantar e colher, sabendo que cuidar da terra é muito importante para ter bons frutos.

Deixe que o Espirito Santo lavre e limpe a terra do teu coração – lugar de onde procede a vida – plante a semente da palavra de Deus, regue com a Água viva e os frutos nascerão e serão abundantes e bons!

Elié Ferreira

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