MUERTE EN LA CRUZ

LA OTRA HISTORIA

Recientemente se produjo el hallazgo de los restos de los restos de una persona presuntamente muerta con el rito de la cruz, en las proximidades de Venecia, reabrió la cuestión de la muerte de Jesús.

Lo valioso de este descubrimiento, es que probablemente sea más o menos contemporáneo con el momento de la historia bíblica, de la muerte del Hijo del Hombre en la cruz.

Científicos de las universidades de Ferrara y Florencia examinaron los restos y determinaron que no se podía llegar a conclusiones definitivas.

Si en cambio, lograron aproximarse a los datos más conocidos de la práctica del imperio romano, para castigar a esclavos, criminales sanguinarios, desertores, extranjeros y también a los prisioneros de guerra.

Este brutal método de castigo se aplicó durante alrededor de 700 años y fue abolido por el emperador Constantino el Grande en el año 337.

43 años más tarde se haría oficial que el cristianismo pasaba a ser la única religión del imperio romano.

La muerte en la cruz que se utilizó para cumplir con la condena a Jesús, fue el mismo método por el que fueron eliminados más de seis mil seguidores del esclavo Espartaco, en el año 71 d.C.

Se atribuye a los persas y a los fenicios, este terrible método para provocar la muerte, que cumplía con el efecto esencial de amedrentar a quienes se sublevaban contra el poder de los poderosos de su tiempo.

El estudio realizado en Italia, no aportó datos más concretos, pero lo cierto es que la referencia de la Biblia es concluyente e inapelable, acerca de la forma en que murió Jesús.

Diego Acosta

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AMARGA SORPRESA EN ROMA

500 ANIVERSARIO…A 260 DÍAS

NOTAS DE LA REFORMA / 47

20 de Febrero de 2017

Lutero era esencialmente un hombre nacido y criado en el temor a Dios y siendo sacerdote arrastraba la carga de las enseñanzas recibidas.

Por estas razones se conmovió al ver a la iglesia de Roma sumergida en un ambiente que la alejaba totalmente de lo que él esperaba.

El papa Julio II se encontraba en campaña contra el duque de Ferrara y esto llamó poderosamente la atención del joven monje agustino.

También lo afectaron las conductas de otras dignidades de la iglesia e incluso la de los propios sacerdotes que formaban la curia romana.

Se atribuye a Lutero esta frase:  Yo he visto en Roma celebrar muchas misas, y me horrorizo cuando lo recuerdo. Yo sentía grande disgusto al ver despachar la misa en un trist-tras, como si fuesen prestidigitadores. Cuando yo celebraba al mismo tiempo que ellos, antes que llegase a la lectura del Evangelio, ya habían concluido sus misas, y me decían: Despacha, despacha, hazlo brevemente. Envía pronto el hijo de nuestra Señora a casa. Y cuando tenían (según la doctrina de la Iglesia romana) el cuerpo del Señor en su mano, murmuraban: « Tú eres pan, y permanecerás pan ».

Lo concreto es según los biógrafos que Lutero realizó todo el viaje hasta Roma y durante la permanencia en la sede de la iglesia católica, bajo la impresión causada por una sola frase: «El justo por su fe vivirá.»  Esta frase trascendente sobre su vida la había leído en Habacuc 2:4.

Diego Acosta

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