Una propuesta nos lleva a pensar que frente al drama personal o al drama colectivo la solución es la frivolidad. Aceptando esta propuesta añadiremos frustración
porque el Único Consuelo al drama es el Amor de Dios. Diego Acosta – PERSONAL
En estos tiempos vertiginosos que vivimos, podemos escuchar o leer frases todos los días, que son tan efímeras como los pensamientos que las provocan.
Cualquiera se atreve a hablar de cualquier cosa, muchas veces sin tener la menor idea de lo que se afirma o desmiente, pero con mucha habilidad para que las palabras suenen contundentes y atrevidas.
Por esta lógica, escuchamos que se opina sobre la vida, coches, Dios, moda, aborto, jubilaciones, ocio, libros, comidas, filosofía, compras, música o planes de ahorro.
Las afirmaciones mas inverosímiles son formuladas, tal vez sabiendo que lograran un impacto pasajero y que luego como a todas las palabras vanas, se las llevará el viento.
Razones más que suficientes para refirmar los conceptos de vida fundamentales, que sean una guía para nuestros hijos y no habladurías inconsistentes, erradas y la mayoría de las veces sin sentido.
Ser temerario al hablar, desnuda la frivolidad en la que vive el mundo y en la que no debemos caer. Debemos hablar únicamente la Verdad y si no, sabiamente callar.
Si tuviéramos que resumir lo que piensa una sociedad a través de las cosas que le resultan atractivas, incuestionablemente llegaríamos a la conclusión que la frivolidad.
Nada que sea pensar o en todo caso confrontar con la realidad, es atrayente porque nos lleva a pensar a nuestra propia vida y pareciera que eso le importa a muy poca gente.
Seduce mucho más la atención la vulgaridad de algunas disputas familiares entre supuestos famosos, que la obra valiosa y anónima de los hombres y mujeres que ayudan al Prójimo.
Un ejemplo concreto es el de las personas que aún a riesgo de sus vidas ayudan a quienes padecen el drama de la invasión de Rusia a Ucrania.
Si juzgamos por la repercusión que tiene esta obra en la opinión pública, podríamos decir que carece de todo valor, aunque sea lo único verdaderamente importante.
Tal vez podamos afirmar que detrás de un frívolo, se esconde el drama personal de no saber cual es el propósito de la propia vida.
Qué difícil es aceptar la idea del mundo de que la vida continúa…a pesar, por ejemplo, de los horrores de la invasión de Rusia a Ucrania.
Es difícil pero no nos debemos engañar, porque es nuestra actitud, cuando el dolor ajeno nos deja indiferentes y solo pensamos en las seducciones que el mundo nos propone.
Pero deberíamos comprender que el horror y la angustia que viven millones de personas, tienen que ver con nuestras vidas porque al final, todo tendrá su repercusión.
Esta frivolidad es la que nos permite ignorar todo lo malo que ocurre a nuestro alrededor, sin advertir que hay muchos hombres y mujeres, que tienen comportamientos diferentes.
Que lloran con los que lloran y sufren con los que sufren y por esas razones son impulsadas a ayudar a quienes lo necesitan, sin pensar en sus propios problemas o circunstancias.
Jesús nos mandó a ayudar al Prójimo y debemos entender que esa es la más elevada forma de poner en práctica el Mandamiento del Amor. Pensemos que algún día, los necesitados podríamos ser nosotros mismos.
La frivolidad de los valores mundanos se enfrenta con la certeza de que todo tiene un Propósito, en la Obra del Señor. Damos gracias a Dios por ello. LA CREACIÓN
Hay frases que de tanto ser repetidas se convierten en una especie de norma que debe ser cumplida.
Pasarlo bien, es una de ellas y sorprende que sea así, porque si la analizamos no quiere decir nada, pero representa mucho por el uso continuo que le damos.
Pasarlo bien, en cambio puede ser una buena síntesis de las cosas que el mundo impone para que las aceptemos como buenas, aunque sean de dudosa aplicación.
Pasarlo bien…significa vale todo?
Pasarlo bien…es transgredir?
Pasarlo bien…es pura frivolidad?
Hay respuestas variadas, pero todas confluyen en la forma de vida que el mundo pretende imponer y que lamentablemente muchos toman como válidas.
Debemos pensar seriamente en lo que se nos propone o se nos ofrece como plan de vida, porque caso contrario estaremos ignorando todo lo bueno que Dios tiene para cada uno de nosotros.
Alguien dijo que necesitamos diversidad de categorías, miles de sexos y géneros. Semejante disparate puede afectar a quienes están distraídos, sin capacidad de escudriñar, viviendo frívolamente. Es hora de estar alertas! Diego Acosta – PODCAST
Con demasiada frecuencia criticamos a nuestros jóvenes, sin pensar que las generaciones
que tenemos más años que ellos, seguramente no somos un buen modelo en cuanto a la frivolidad en que vivimos
y al mundo que les dejamos. Diego Acosta – Blog del TIEMPO