BUEN NOMBRE Y HONOR
DEVOCIONAL
Recuerdo que cuando era niño había una frase que parecía sintetizar no sólo una forma de vida sino también un objetivo fundamental para tener como una especie de bandera.
Esa frase era: Defensa del buen nombre y honor…y por esas palabras se contaba que incluso en un pasado más o menos reciente se habían registrado duelos e incluso hasta muerte en ellos.
Luego del maravilloso encuentro con el Señor, este recuerdo parece imposible que sea parte de mi memoria infantil, pero eso era lo que se decía y lo que se buscaba practicar.
Había gente sensata que afirmaba que no todos los que defendían el argumento, tenían buen nombre y mucho menos honor. Y seguramente eso se aproximaba más a la realidad.
Tengo la certeza que tanto una cosa como la otra carecen de todo sentido, si provienen de otros hombres y que lo único que es deseable es el reconocimiento del Dios Todopoderoso.
Todo lo demás es un refugio mundano, para ocultar las miserias o para justificarlas, tratando que los demás miembros de la sociedad, no se enteren o no se percaten de esa penosa forma de vivir.
La honra es la que el Señor nos concede!
Jueces 9:9 Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles?
Diego Acosta / Neide Ferreira