no os turbeis

NO OS TURBÉIS

Jesús nos anunció que oiríamos de guerras y
de rumores de guerras,
como está ocurriendo con la invasión rusa a Ucrania
uno de los países con más creyentes de Europa.
No nos turbemos y oremos por Misericordia y Justicia.
Diego Acosta – MENSAJE

miedo al cambio

MIEDO AL CAMBIO

DEVOCIONAL

A lo largo de la vida se van presentando situaciones que nos afectan, algunas para nuestro regocijo y otras para perturbación de ánimo. Y algunas más concretas que otras.

El día que por las razones que sea debemos cambiarnos de casa, es un ejemplo claro. Algunas veces nos alegramos y en otras lo lamentamos. Pero en los dos casos nos alteramos.

Es como se hubiera algo en nuestro interior que se resiste a cambiar lo que nos resulta conocido y tenemos miedo a lo nuevo, a lo que nos resulta diferente.

Lo mismo ocurre con otras cuestiones materiales, como suele suceder con el trabajo y también si lo trasladamos a lo más serio y profundo que es nuestra relación con Dios.

Tal vez esto justifique cuánto nos cuesta abandonar al hombre viejo o a la mujer vieja, transformándonos por la obra del Espíritu Santo y ser hombres y mujeres nuevos, nacidos de nuevo.

Seamos sabios y aprendamos la gran lección que nos dio Jesús, porque si nos resistimos a este cambio o nos produce miedo, es porque verdaderamente a pesar de lo que digamos, la Obra del Espíritu no se ha perfeccionado en nosotros.

Juan 14:26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Diego Acosta / Neide Ferreira

hacia el final

HACIA EL FINAL

En las horas de incertidumbre de rumores de guerra
tenemos el arma más poderosa de todos los hombres:
La Oración.
Podemos clamar al Dios Todopoderoso
por ayuda y consuelo en los tiempos difíciles.
Diego Acosta – MENSAJE
CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

 

seguir sus pasos

SEGUIR SUS PASOS

DEVOCIONAL

Más de una vez me he preguntado acerca de que es lo que ven en mí, las personas con las que me cruzo en cualquier circunstancia cotidiana.

Y más importante aún: Podrían llegar a apreciar aunque sea fugazmente algo que me pueda relacionar con Jesús?

Y todas las veces me contesto que tristemente, mis ejemplos de la vida diaria no llevarían a nadie a pensar en el Hijo del Hombre y mucho menos a creer que me considere hijo de Dios.

Por qué?

Seguramente porque mis palabras son mucho más elocuentes que mis hechos y como las palabras se pierden en el bullicio que nos rodea, lo único que quedan son las insignificantes actitudes.

Y aquí es donde comienza mi aflicción! Que pobres resultan las evidencias de ser seguidor de Jesús. Son tan escasas que nadie las podrá ver. Es tiempo de cambiar mi vida y mi relación con el Prójimo.

1 Pedro 2:21
Pues para esto fuisteis llamados;
porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo,
para que sigáis sus pisadas.

Diego Acosta / Neide Ferreira

los tibios

LOS TIBIOS

El mundo influye a favor de los híbridos,
y en las congregaciones
hay una tendencia hacia la tibieza,

que es contraria a lo enseñado por Jesús
y que como en el caso de la iglesia de Laodicea,
pueden ser vomitados de la boca del Señor.
Diego Acosta – MENSAJE
CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

la indiferencia

LA INDIFERENCIA

ANTIVIRUS

La cruel confirmación de que un fotógrafo suizo murió en París congelado, sin que nadie lo ayudara, mueve a la reflexión acerca de cómo nos comportamos.

En las proximidades de la céntrica Plaza de la República de la capital francesa el fotógrafo se supone que se resbaló y cayó y estuvo tirado más de ocho nueve horas sin que nadie lo ayudara.

Recién de madrugada, un indigente llamó a los servicios asistenciales, pero ya era demasiado tarde para auxiliarlo. Murió por congelamiento…

Haciendo un sencillo ejercicio de posibilidades, esto que ocurrió podría habernos pasado a cualquiera de nosotros, en esa ciudad o en otras.

Estamos tan inmunizados contra los más elementales sentimientos de solidaridad?

Y profundizando en la cuestión, no pensamos en el Prójimo?

Es indudable que no nos podemos permitir que esta tremenda influencia del mundo nos afecte. El Mandato de Jesús de preocuparnos por el Prójimo es irrevocable.

Diego Acosta