LA DEPRESIÓN -2-

Publicamos la segunda de cuatro entregas.

Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón;
y hallaréis descanso para vuestras almas.
Mateo 11:29

 

A quienes afecta la depresión?

A las personas jóvenes o a las mayores?

Por lo que estadísticamente se demuestra, es tan posible padecer un estado depresivo, siendo joven o siendo más o menos mayor o directamente mayor.

En los jóvenes, la depresión se inicia a partir de situaciones que son propias de la edad: la frustración laboral, la pérdida de una relación o lo que podemos llamar el desamor.

En la situación opuesta, con relación a la edad, quizás el factor determinante de la depresión, sea el sentirse inútil, postergado o directamente sin alicientes para vivir.

En otras palabras, pareciera que si tratamos de encontrar un hilo conductor entre los depresivos, lo podríamos definir como la falta de objetivos. Placenteros, podríamos agregar.

Y entonces, como es posible salir de la depresión?

Tal vez la primera cosa que debamos hacer, es replantear nuestra línea de pensamientos.

Si lo hacemos, podemos llegar a una rápida conclusión: que nos formulamos preguntas correctas, pero con respuestas equivocadas.

Si por ejemplo, nos preguntáramos, que hago ahora sin dinero ni posibilidad de conseguirlo?

La respuesta habitual, sería que estamos ante una gravísima situación y que no tenemos salida y que precisamos ayuda a modo de préstamo, urgentemente.

Esta respuesta es la correcta?

Que pasaría, si en lugar de decir lo que hemos afirmado, lo cambiamos y comenzamos a preguntarnos por el valor que le damos al dinero?

Y para que utilizamos el dinero?

El dinero es un instrumento en nuestras manos o somos un instrumento en sus manos?

Esta sería una cuestión muy importante para determinar.

Pensemos entonces, cuál es el verdadero valor que le damos al dinero.

Si no tenemos objetivos para nuestra vida, pensemos por qué hemos llegado hasta esta situación?

Por qué las circunstancias nos fueron llevando a un determinado momento de nuestra vida, o porque vivimos de ensoñación en ensoñación y no somos capaces de asumir la realidad?

Este puede ser un buen punto de partida.

Diego Acosta

www.septimomilenio.com

LA DEPRESIÓN -1-

Iniciamos la publicación del primero de cuatro comentarios,
sobre esta cuestión tan importante en los tiempos que vivimos.

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados,
y yo os haré descansar.
Mateo 11:28

Si nos guiamos por lo que el Diccionario nos dice como definición,  la depresión es: tristeza o pérdida de interés por las cosas.

Si solamente fuera eso, un optimista podría afirmar, que bastaría con que busquemos alegrarnos y recuperar el interés por algunas cuestiones que nos rodean. Con eso bastaría para el fin de la cuestión.

Si fuera solamente eso, habríamos resuelto, uno de los problemas más serios y más extendidos, que padecen miles de personas, en esto que llamamos sociedad global.

Tanta sencillez, no alcanza, por tanto a enfocar el verdadero problema de la depresión y lo que es más importante, a buscar soluciones eficaces para remediarla.

Harold Wilson, que fuera primer ministro inglés, era muy dado a los refranes, y en una oportunidad dijo: A los perros se les tolera un mordisco, pero la cosa cambia si se pasan la vida mordiendo.

Esta ingeniosa frase, tiene bastante que ver con la depresión.

Una cosa es estar triste un día y otra muy distinta, es estar triste todos los días. Lo mismo ocurre, con la falta de interés, porque resulta bastante normal, que durante un cierto tiempo, nuestra atención decaiga, por diferentes razones. Una de ellas, muy elemental, puede ser que solamente estemos fatigados. Otro asunto bien distinto, es que la falta de interés, se convierta en un hábito cotidiano.

Pero todo cambia, cuando las dos cuestiones, tristeza y desinterés,  se juntan y nos afectan, día tras día, llevándonos a un estado del que es muy difícil salir.

Podríamos decir, por el contrario, que la depresión, tiene la singularidad, que es muy fácil caer en ella, pero muy problemático, abandonarla.

Los profesionales médicos, cuando la detectan, tratan que los pacientes modifiquen sus hábitos de vida y con algunas pastillas, nos piden que volvamos en unas semanas, para ver como evolucionamos.

Y en este momento, es que es válida la frase de H. Wilson. El perro, puede morder una vez, pero lo que no le aceptaremos, es que se pase la vida mordiendo.

Y es lo que nos puede ocurrir con la depresión.

Unos días, está bien, se puede tolerar, pero todos los días, es algo que nos perturba y francamente, nos lleva a un estado de enfermedad, que crece constantemente.

Y nos podríamos preguntar: que es lo primero, la tristeza o la falta de interés?

Lo más probable, es que las respuestas se repartan, para algunas personas el comienzo fue la tristeza, y para otros, la pérdida progresiva del interés por las cosas.

Diego Acosta

www.septimomilenio.com