LA HIBERNACIÓN

Mamá Osa se prepara para un día más de supervivencia. Llama a sus oseznos; tiene que enseñarles a cazar y a pescar y los lleva a las madrigueras y a la orilla del río dónde abundan los salmones. Luego sus crías serán adultas y tendrán que buscar su propia comida y valerse por sí mismos.
Los cachorros todavía son muy torpes; no tienen la destreza y la habilidad de su madre, no obstante, algunas veces logran atrapar alguna presa con sus garras fuertes y afiladas.              Hay que alimentarse bien, les dice  la mamá Osa, porque luego llegará el invierno y no habrá nada más para comer!
Ha llegado el invierno. Las montañas y los valles se visten de novia. La nieve cubre todo con su manto blanco. No hay una señal de un ser viviente  y dentro de la cueva mamá Osa se acuesta con sus crías y el sueño les nubla los ojos. Los cachorros están saciados y cansados y se duermen casi en seguida.
Ya han pasado tres meses y ha llegado la primavera. Los oseznos han crecido. Mamá Osa está más delgada; necesitan urgentemente alimentarse y salen.
Todo ahora en el valle tiene los colores de la vida. Los campos están verdes y los árboles y las plantas dejan ver sus primeras flores y frutos. Y mamá Osa lleva a sus cachorros a la orilla del tan conocido río y a las mismas madrigueras, donde buscan su comida para recuperar la grasa que han perdido al hibernar tanto tiempo.
Esta parábola es un ejemplo de algunos cristianos que se contentan en alimentarse de la palabra de Dios sólo por un período de tiempo. Han recibido a Jesús en sus corazones y por un escaso tiempo se gozan en su luz, sin embargo, poco a poco se vuelven necios y perezosos. Tienen sus Biblias abiertas en el salón de sus casas o en la mesita de noche solamente como un adorno. En ningún momento sacan un tiempo para orar, para adorar, y para estar un momento a solas con Dios y oír su voz. El domingo significa para ellos un día de “despertar para comer”, pero durante todo el resto de la semana se meten en “sus cuevas” e hibernan. Viven sus vidas como si no hubiesen comprendido la magnitud y la grandeza del sacrificio que Jesús hizo por ellos en la cruz del Calvario, entregando Su vida para que ellos tuvieran vida; perdonando así sus pecados y regalando a ellos la vida eterna. No quieren ningún compromiso con el Señor, con su obra, ni con los hermanos. No ponen a Jesús en el lugar que le corresponde y por esto son tan fáciles de ser desviados. Continúan  actuando como cuando eran del mundo, teniendo como prioridades sus trabajos y sus cosas materiales, porque verdaderamente no se han convertido a Cristo. Su confesión de fe en Jesús fue sólo de palabras, de boca, no de corazón. Sus miradas todavía están puestas en el mundo y no en Jesús. No perciben que el Reino de Dios ya está se extendiendo aquí en la tierra y que tenemos que trabajar para que otros conozcan el amor de Dios y que cuando complete el número de los que han de ser salvos el Señor Jesús volverá por a su iglesia que somos todos nosotros que le hemos entregado nuestras vidas. Infelizmente para muchos la segunda venida de Jesús será como “un ladrón en la noche”, serán cogidos por sorpresa.
Con el pasar del tiempo se van enfriando de tal manera que ya no ven sentido ir a las reuniones de discipulado, a la escuela dominical, a las reuniones de oración y el congregarse con los hermanos en la fe y entonces, se vuelven al mundo, sin ningún tipo de remordimiento, pues sus corazones siempre estuvieron allí. No han podido entregarse totalmente en las manos de su Salvador, porque el sacrificio de Jesús para ellos no pasó de una bonita y ficticia historia de amor.

 Lucía Caetano

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AMAR…!

 

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

Seguramente todos ponemos en práctica lo que nos manda la Palabra, de hacer lo que Dios pone en nuestras manos. Y seguramente lo hacemos tanto si nos alegra como si no nos satisface tanto.

Pensamos que lo importante es cumplir!

Sin embargo el Espíritu a lo largo de los últimos años me ha mostrado y demostrado, que no basta con cumplir. Que aunque es bueno que así sea, el sentido de hacer está incompleto, tal y como lo practicamos.

Falta: Amar lo que hacemos!

Y seguramente nos podremos preguntar qué razón o qué razones habría para que además de ser fieles al Mandato, amemos la obra de nuestros talentos o capacidades?
Tan legítima es la pregunta que el propio Eterno nos responde a través del Texto, cuando habla de la bendición que significa que seamos fieles cumplidores y que en todo y por todo demos gracias.
En lo personal suelo aplicarme estos conceptos, cuando dudo o cuando cometo la torpeza de prestar mis oídos a los ataques del enemigo, que denigra y menosprecia aquello que hago sabiendo que lo hago para el Todopoderoso.
Y en esa lucha que siempre tendremos contra el enemigo, en cada día y en cada cosa, es cuándo podremos comenzar a comprender el sentido que tiene amar lo que hacemos.
Ese Amor nos diferencia del resto de los hombres, que trabajan para satisfacer sus afanes, su vanidad y su voluntad de sentirse superiores a quienes los rodean.
Amando lo que hacemos nos inmunizamos contra el desánimo, contra la queja, contra nuestra propia debilidad humana, contra el pensamiento de desear agradar y justificarnos ante los demás.
Si trabajamos para Dios y por ÉL, pongamos amor en nuestra obra, porque solamente así tendrá el verdadero significado de pasar de convertirse en algo convencional u obligatorio, en una auténtica Obra para contribuir al objetivo supremo de extender el Reino.
Ese Amor nos dará fuerzas y nos impulsará a ser buenos padres, esposos, hijos y también a ser los hombres y mujeres que el Señor precisa, para que llevemos las Buenas Nuevas, a otros que como nosotros vivíamos en la ignorancia y la oscuridad y ahora vivimos en la plenitud de la Verdad y la Luz.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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IDÓNEA

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

Hay dos clases de personas: las que creen que lo saben todo y las que pensamos que siempre habrá un tiempo para aprender.
En una larga conversación con una querida amiga, me sorprendió cuando comentando un pasaje de su vida, habló de cómo había cambiado su concepto sobre la ayuda idónea..
Recordando el pensamiento de Dios en Génesis, llegamos a analizar la situación de esta señora, esposa del pastor de una pequeña congregación y con un enorme talento para su ministerio.
Sin embargo en ese lugar donde vivían era prácticamente imposible que pudiera desarrollar aquella maravilla de capacidad que el Señor le había concedido y que tuvo una gran repercusión.
Me dijo: Durante un breve tiempo me preocupé, me ofusqué, me entristecía. Pero por la Gracia el Espíritu me advirtió acerca de un nuevo tiempo de mi vida.
Y fue así como la cuestión de ser la ayuda idónea para un hombre, en este mi esposo pastor de una iglesia, se convirtió en una nueva dimensión de servir.
Ahora no solamente servía él, sino que yo lo ayudaba a servir!
Quedó atrás otro tiempo en el que pude servir con mi talento y ahora comenzaba uno nuevo en el que acompañaba de hecho y de palabra, a quién precisaba de mi esfuerzo.
Que significa esto?
Algo tan sencillo y tan profundo, como el de comprender que difícilmente podremos estar mucho tiempo haciendo una tarea, por muy capacitados que estemos para cumplirla.
Puede ocurrir que de tanto realizarla nos habituemos, nos acomodemos a una determinada forma de obrar, perdiendo el sentido superior de la misión de servir.
El Eterno nos ha concedido talentos para que los mantengamos vivos y capaces de ser dúctiles, de aplicarlos de maneras diferentes a lo que nosotros concebimos como normal y lógico.
Mi amiga se declaraba contenta por esta experiencia que había renovado su vida, desde el servir para estar firme al lado de su esposo, haciendo realidad el propósito del Creador de que sea la mujer la ayuda idónea para el hombre.
El ser apropiado para cumplir una tarea, es un entender el contenido profundo de lo que el Todopoderoso ha establecido para cada uno de nosotros.
Entenderlo es nuestra responsabilidad y cumplirlo debe ser nuestra alegría. Además de aprender en cada circunstancia.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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EL FRAUDE

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

En un culto de hace bastante tiempo ocurrió un episodio que viene a mi memoria repetidamente, no porque quiera volver al pasado, sino porque fue de una gran enseñanza.
Estábamos en el momento de orar por la ofrenda, todo era mecánico, frío y lo que siguió fue peor todavía. La mayoría de quienes participábamos del culto éramos conscientes que no teníamos dinero para dar, por lo que ese momento de pasar entre los presentes se tornó en algo penoso, por las actitudes que exhibíamos.
Fue en ese momento cuando el Espíritu me inquietó y determiné, quizás con alguna brusquedad, que se terminara esa parte del culto, porque resultaba vergonzoso no para Dios, a quién no tenemos la capacidad y la altura para ofender, sino por nosotros mismos.
Siguiendo lo que el Espíritu dispuso, cambié el mensaje que tenía para la congregación y hablé sobre el fraude. Al comienzo no alcancé a entender que significaba esa palabra que sería la clave para la predicación.
Y pausadamente fui recibiendo, junto con los hermanos, la enseñanza que el Eterno nos quería dar a propósito de lo que significa la ofrenda y como pretendemos engañar a quién nos ha dado todo, comenzando por la vida.
Por qué hubo esa frialdad, esa indiferencia en el momento de levantar la ofrenda?
Por qué la mayoría no tenía dinero para ofrecer?
O por lo que había en nuestros corazones?

El Espíritu nos reveló que había engaño en nuestro interior, básicamente porque nos escudábamos en la circunstancia de no tener medios para colocar en la ofrenda.

Pero, eso era verdad?
Así que lo único que podemos ofrecer a Dios es dinero?
Y nuestro tiempo, y nuestra misericordia, y nuestra compasión, y nuestro Amor por el prójimo no cuentan para nada?
Sencillamente se trata de que cada uno se guarda miserablemente todo lo que Dios nos ha dado y cerramos nuestro puño, ignorando que podemos dar mucho más de lo que nuestra mente puede imaginar.

Solamente con dar Amor al prójimo, ya tenemos algo que ofrecer al Señor!

Aquel culto fue inolvidable, fue inolvidable creo que para todos quienes participamos. Pero para mí fue un severo llamado de atención por intentar cometer el fraude de la pobreza, de la falta de fondos, para no abrir la mano con generosidad, como la abre cada día Dios con su Misericordia.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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ORAR

Hoy por la mañana recibí un mensaje de mi hija n°4 sobre orar. Por la tarde Dios me habló sobre una situación muy concreta: “Ora por esto’’ . Después miré Facebook, donde una amiga había escrito: “Cuando no sepas cómo ayudar a una persona, ora por ella’’ .
¿Por qué muchas veces nos es mucho más difícil orar como primera reacción ante algún problema, tristeza o aflicción?
Sufrimos, lloramos, nos indignamos y luchamos contra molinos de viento (como el Quijote) Sin embargo, tardamos en llevar y entregar la situación a Dios.
Nuestra primera reacción debería ser: “¡Señor, socorro! Pongo esto delante de ti’’ . O también: “¡Señor!, visita la vida de esta persona que aflige mi vida y mi corazón!’’ . O, incluso: “Señor, cuida de esta situación, envía a tus ángeles. Espíritu Santo, visita, cura, libera y consuela’’ . Sin embargo, no hacemos eso.
Somos egoístas y egocéntricos. Queremos ver nuestras “nimiedades’’ siendo atendidas, pero no queremos rendirnos y obedecer. Porque tendríamos que dejar las pequeñas cosas de lado.
Cuando era pequeña, oí varias veces una canción que decía:

En ferviente oración, trae tu corazón
A la presencia de Dios, para ser derramado
Aunque sólo fluirá lo que estás pidiendo
Cuando lo dejes en el altar
Cuando todo en las manos del Señor esté
Y todo tu ser Él controle
Sólo entonces verás que el Señor tiene poder
Cuando todo lo dejes en el altar
Maravillas de amor te hará el Señor
Atendiendo a la oración que acepta
Su inmenso poder vendrá a socorrerte
Cuando todo lo dejes en el altar

Cuando nuestra primera reacción sea clamar a Dios, podremos descubrir el secreto de vivir en paz.
¿Estás afligido, con problemas, con tristeza o enfermo? Sea cual sea tu problema hoy, llévalo delante del Padre. Él es el único que puede dar una solución real. Pero hazlo con sinceridad en el corazón, dejando, como dice la canción, que Él controle todo tu ser.

Filipenses 4: 6-7: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos»

Elié Ferreira

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DESORDEN

DEVOCIONAL

A veces los sencillos ejemplos son más ilustrativos que densos pensamientos.

Leí que una persona comparaba la llegada de Jesús, con una visita inesperada, cuando nuestra casa estaba desordenada, sin limpieza y además sin tener ganas de arreglar nada.

Seguramente ante esa visita trataríamos de disculparnos de todas las maneras y con los más variados argumentos. Esperando que el recién venido entendiera el fastidio y la vergüenza.

Pero con Jesús, como haríamos?

Servirían nuestras disculpas y nuestras razones?

Así de simple es la situación de nuestra vida. Cada día debemos estar preparados para la venida de Jesús!

Cada día!

Porque vendrá cuando no lo esperemos y tengamos todo en desorden, sin nada bueno que mostrar y con palabras vanas para justificar, lo injustificable.

Pensando en esto, he comenzado a arreglar mi casa, a limpiarla, a pagar mis cuentas y también a mostrar mis obras de fe. Sé que no habrá excusas y que a ÉL no lo puedo engañar.

1 Tesalonicenses 5:2
Porque vosotros sabéis perfectamente que
el día del Señor
vendrá así como ladrón en la noche.

1 Tessalonicenses 5:2
Porque vós mesmos sabeis muito bem que
o Dia do Senhor
virá como o ladrão de noite
.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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PEDIR

 

 

DEVOCIONAL

Hay quienes aseguran que nos pasamos la vida pidiendo!

Y es verdad, solo que es preciso saber qué es lo que pedimos!

Podemos pedir lo superfluo, aquello que satisface nuestra vanidad o nuestro torpe deseo de complacer lo que el mundo nos recuerda para… sentirnos bien.

Cuando pienso en la acción de pedir al Creador, me imagino otra cosa. Que debo pedir lo que es imprescindible, esencial, aquello que ÉL mismo enseñó en la Oración fundamental.

EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA!

Esto sí que debo pedir, pues tiene relación directa con mi necesidad más elemental y porque revela que en mi corazón hay una auténtica dependencia con el Señor.

Tener en cuenta esto, nos llevará verdaderamente a establecer que en nuestra relación con el Eterno prevalece la dependencia más total y absoluta, para que ÉL sea nuestro Proveedor.

Desde hoy, pediré el PAN NUESTRO DE CADA DÍA!

Lucas 11:3
ES –
El pan nuestro de cada día,
dánoslo hoy.

PT –  Dá-nos cada dia
o nosso pão cotidiano

Diego Acosta / Neide Ferreira

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JOSÉ

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

José es un personaje del que siempre aprendo mucho.
Sus hermanos se burlaban de él y lo menospreciaban, intentaron matarle y acabaron vendiéndole, sufrió todo tipo de pruebas pero de todas ellas salió victorioso porque con él estaba el Dios Todo Poderoso, Yahvé de los ejércitos. Y avanzó por la vida con los ojos puestos en aquél que lo había creado para un propósito.
Levántate y sigue avanzando, Dios tiene un propósito grande con tu vida y aunque tus hermanos te menosprecien, aunque te vendan, a pesar de que te preparen trampas y parezca que todo a tu alrededor está patas arriba, tu eres un hijo una hija de Dios, y su brazo poderoso te sostiene y te va a levantar.
Toma lo bueno desecha lo malo, aprende de los errores, perdona, perdónate, llora, lleva tu queja delante del Señor y recuerda todo lo que el pagó por tu vida, no te rescató para que vivas derrotado, te rescató para que vivas haciendo su voluntad y eso, aunque algunas veces duele es motivo de gozo. La luz de Jesús que brilla en ti nadie la ruede apagar, aunque te encierren bajo siete llaves, Cristo te alumbra y tú serás luz. Esfuérzate, se valiente, levántate y pelea.
Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será confundido: Serán avergonzados los que se rebelan sin causa. Salmo 25:3

Lourdes Diaz

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