AGRADECER SIEMPRE…

AGRADECER SIEMPRE…

 

DEVOCIONAL 

Sería bueno y fundamental, podríamos decir, el enseñar a nuestros hijos, a nuestros menores, que la palabra de agradecimiento, debe estar en nuestra boca y en nuestros sentimientos…siempre.

Es la mejor manera de acercarnos al Dios Todopoderoso y a la vez retribuir aunque sea mínimamente las cosas maravillosas que hace en nuestras vidas. Aún aquellas que nos duelen o que no entendemos.

Como su propia Palabra nos revela, ÉL convierte lo malo en bueno y lo incomprensible en finalmente grato y venturoso. Que estos milagros sean conocidos por nuestros hijos, para  que ellos a su vez los enseñen a su descendencia.

Enseñar sobre las Bondades de nuestro Dios, es una de las grandes tareas que tenemos cada día, para que fructifique en otros el mismo Amor que despertó en nosotros y nos convirtió en Hijos solamente por su Gracia.

En esto pensaba luego de vivir una vez más, otra milagrosa muestra de su Amor y Cuidado, de una manera que supera todo lo comprensible y solo puede entenderse desde la perspectiva de la fe.

Seamos agradecidos al Padre, que nos envió a su Hijo Unigénito, para que nos diera la Salvación y la Bendita Esperanza de la Vida Eterna.

Colosenses 3:15
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
Diego Acosta /Neide Ferreira

REHENES LIBRES…!

REHENES LIBRES…!

MENSAJE

Después de 729 días de una cruel privación de todos sus derechos, los rehenes vivos han sido liberados, en medio de la euforia de los israelíes que están viviendo un tiempo inolvidable.

La decisiva participación del presidente de los Estados Unidos ha permitido estas horas históricas y también el reconocimiento por su gestión. 

Al iniciarse un nuevo tiempo es necesario recordar que Israel es el Pueblo de Dios y  quetodo lo que le ocurra está bajo su Soberana Voluntad.

La paz que parecía un objetivo lejano está un poco más cerca y nos corresponde orar por ella y porque sea una realidad luego de más de dos años de guerra.

Diego Acosta