Muchas veces me sorprendo pensando en mañana o en pasado mañana o en los días siguientes.
Incluso me imagino situaciones que tienen que ver con el futuro más o menos inmediato.
Y me pregunto: Está bien o está mal hacer planes?
Básicamente no debemos limitarnos nosotros mismos con relación a lo que nos gustaría hacer. Eso forma parte de lo que llamamos los anhelos del corazón.
En realidad la cuestión que habría que plantearse es otra completamente diferente: Someto mis proyectos a la Voluntad de Dios?
Estoy buscando que ÉL confirme lo que debo hacer?
O simplemente estoy esperando que el Eterno bendiga mis planes de futuro?
Si busco su aprobación antes de hacer nada, estaré en lo cierto.
Si busco que el Altísimo bendiga mis decisiones, estaré haciendo lo errado.
Estas cuestiones las deberíamos tener lo suficientemente claras, como para que no caigamos en los frecuentes fallos en lo que representa nuestra relación con el Todopoderoso.
No está en nuestras manos tomar decisiones. Pero si a pesar de eso obramos, seremos los únicos responsables de nuestros hechos.
No podremos luego tener el atrevimiento de culpar al propio Dios por lo que nos pueda ocurrir, que generalmente no será bueno.
Esta reflexión me la tengo que hacer prácticamente todos los días, cuando tengo la osadía de pensar en el futuro, sin contar con la Voluntad del Santo de Israel.
Por los muchos golpes recibidos, siempre recuerdo que es lo debo hacer antes de tener la certeza de lo que Dios quiere: NADA.
Solamente así estoy seguro de contar con su Gracia en todo momento!
Tiago 4:13-15
Eia, agora, vós que dizeis: Hoje ou amanhã, iremos a tal cidade, e lá passaremos um ano, e contrataremos, e ganharemos.
Digo-vos que não sabeis o que acontecerá amanhã. Porque que é a vossa vida? É um vapor que aparece por um pouco e depois se desvanece.
Em lugar do que devíeis dizer: Se o Senhor quiser, e se vivermos, faremos isto ou aquilo.
Santiago 4:13-15
!Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;
cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.