Compadecerse de quién está sufriendo es una forma superior del Amor, como lo demostró Jesús que se preocupó por las ovejas que estaban sin pastor, que sanó enfermos y que alimentó a miles. El Prójimo y la Compasión son inseparables. Diego Acosta – MENSAJE
Los tiempos difíciles siembran el desconcierto y el desánimo en el ánimo de muchas personas. Incluyendo naturalmente a muchos de quienes nos llamamos hijos de Dios.
Siempre me he preguntado: por qué ocurre esto?
Y la respuesta es única: Simplemente porque dejamos de tener confianza en el Dios Todopoderoso, el que sabe todas las cosas y el que tiene Autoridad sobre todo y sobre todos.
Y cuando dejamos de confiar abrimos una peligrosa brecha que el Diablo aprovecha para hacernos caer en las dudas y nos lleva a que escuchemos el bullicio del mundo.
Cuando me interrogo a mí mismo sobre estas cuestiones, me viene a la memoria de que debemos llorar con el que llora. Porque entonces y solo entonces dejaremos de preocuparnos por nuestros propios afanes.
Y entonces podremos comprender la profundidad de la Compasión de Jesús, cuando miraba a los sufrientes. Y podremos comprender que tener compasión es el primer paso hacia la Misericordia, que es la forma superior del Amor que proclamó el Hijo del Hombre.
Romanos 12:15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.
Jesús preguntó a los ciegos que querían que les hiciera respetando su libre albedrío y teniendo en su corazón la compasión que lo lleva a sus Milagros. Diego Acosta – MENSAJE
La brutal agresión a Ucrania actualiza el pensamiento de Jesús para ayudar al Prójimo y la Palabra de Dios a los que no obran con misericordia ni a los que no tienen compasión. Diego Acosta – MENSAJE
CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO
El Mesías al advertir el cansancio de sus discípulos dispuso ir a la otra orilla del Mar de Galilea, pero allí se encontró con la multitud a la que vio como ovejas sin pastor y pronunció su primer discurso. MENSAJE Fernando Moreno Pastor Iglesias: Esperanza de Vida Valencia, en Picassent (Valencia) Iglesia Evangelica Bautista La Vall de Uxó, en Vall de Uxó (Castellón).
Un maestro de la Biblia, reflexionaba acerca de las razones por las que Jesús, cuando hacía un milagro pedía que no se lo comentara públicamente.
Y la razón fundamental, era que si se hablaba del milagro, las personas no repararían en quién lo había hecho. Eso fue válido hace más de 1900 años y lo sigue siendo en nuestros días.
El diablo utiliza muchas estratagemas para apartarnos de lo Verdadero y si nos enfocamos en el milagro, nos olvidaremos de quién lo ha realizado y sobre todo de Su Amor, Misericordia y Compasión.
Cada día debo luchar contra mi mente carnal, que me lleva a prestar atención a lo superfluo y no a lo importante, por eso el enemigo de la fe, se aprovecha de mis torpezas y debilidades.
Los milagros son maravillosos, pero más importantes que ellos, es quién los ha realizado. Jesús debe ser el verdadero centro de mi atención!
Marcos 8:25-26
ES – Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase;
y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos.
Y lo envió a su casa, diciendo:
No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.
PT – Depois, tornou a pôr-lhe as mãos nos olhos, e ele, olhando firmemente,
ficou restabelecido e já via ao longe e distintamente a todos. E mandou-o para sua casa, dizendo: Não entres na aldeia.
No alcanzo a comprender por qué razones utilizamos tan poco la palabra compasión, tratándose como se trata, de un término especialmente usado por Jesús, en su Ministerio Terrenal.
Una de las razones, será porque los hombres no somos capaces de compartir las penurias del Prójimo, como hizo el Hijo del Hombre.
Una de estas noches en la ciudad donde vivo, comenzó a estar bastante fresco, anticipando los días fríos que vendrán. Inesperadamente me encontré con varias personas, que forman el grupo de los desechados de la sociedad.
Debo confesar que por primera vez comprendí el significado de la palabra de compasión, que no es otro que el tener amor por los débiles y compartir su situación.
Dentro de la pena que tuve en el corazón, me dio alegría porque nunca sabrán que alguien tuvo compasión por cada uno de ellos y que además oró y clamó por sus vidas al Eterno.
Marcos 6:34
ES – Y salió Jesús y vio una gran multitud,
y tuvo compasión de ellos,
porque eran como ovejas que no tenían pastor;
y comenzó a enseñarles muchas cosas.
PT – E Jesus, saindo, viu uma grande multidão,
e teve compaixão deles,
porque eram como ovelhas que não têm pastor;
e começou a ensinar-lhes muitas coisas.
Leyendo un comentario vino a mi memoria la palabra compasión. Cuánto hace que no la uso…Años, muchos años.
Según nos revela el diccionario, compasión es un sentimiento de pena, de ternura y de identificación con los males de alguien. Con esta escueta información comprendo por qué hace mucho que no utilizo esta palabra.
Sin embargo está implícita en el Ministerio Terrenal del Hijo del Hombre, porque ÉL sí que miró a las personas y las vio como personas, es decir las percibió como seres que necesitaban de su compasión.
Quizás esta forma de mirar es la que me llevaría a comprender en profundidad quién es el prójimo, quién es el hombre y la mujer que precisan de mi ayuda.
Así lo percibió Jesús, quién en su infinita Grandeza, nos dio una lección de Amor y de Misericordia!
ÉL tuvo pena por la situación en la que se encontraban quienes se le acercaban y la pena es muy difícil de experimentar porque generalmente adoptamos la postura contraria: Nos sentimos superiores ante quién está en debilidad.
Por la misma razón experimentó ternura hacia esos seres que muchos despreciaban y que eran las causas de muchas de las críticas que le hicieron los fariseos.
Y también se identificó con los males que padecían. Por eso estuvo al lado de los desechados, al lado de los que formaban esa parte casi indeseable de la sociedad de su tiempo.
Jesús me enseñó quién era el prójimo!
No era un poderoso ante quién me podría sentir inferior ni era un sabio ante quién me podría sentir inculto. El prójimo es quién necesita de mí, de lo poco que soy, porque lo único que podría dar es mi solidaridad, mi compasión con el sufriente.
Como Pedro acompañado por Juan, que dio lo único que podía dar!
La compasión nos debe hacer sentir tan pobre y humilde como quién la necesita, porque así lo asumió Jesús. ÉL supo en todo momento quién precisaba de su corazón amoroso.
Confieso que he cambiado mi forma de mirar y ya no veo seres inferiores, seres indefensos, sino a hombres y mujeres que como yo, precisamos de Amor y de Misericordia.
De compasión!