En los días finales de 2020 es necesario pensar en que estos difíciles tiempos que vivimos son una ayuda para prepararnos para tiempos más difíciles todavía. Confiemos en el Señor y en sus promesas! Diego Acosta – MENSAJE CONGREGACIÓN SÉPTIMO MILENIO
Juan el Bautista representó para los judíos que llegaban hasta la ribera del Jordán, un auténtico cuestionador de muchas de sus actitudes.
MATEO 3:9 Siguiendo con el tema de la fe, abordó la condición de hijos de Abraham, que muchos esgrimían para sentirse espiritualmente seguros. Era una forma de conferir a la descendencia genética la suficiente importancia como para sentirse herederos del Patriarca.
Tener a Abraham por padre, no significaba una herencia carnal, sino algo que estaba profundamente relacionado con su fe, como Pablo escribió en Romanos 4:16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.
Jesús en el Evangelio de Juan planteó esta cuestión en profundidad al dejar establecido como obrarían quienes se llaman hijos de Abraham, Juan 8:39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.
Considerarse hijos de del hombre escogido por Dios en Ur, no era una cuestión de linaje, como podría suponerse, sino obrar como él con fe y con obediencia en todas las circunstancias.
Lo que Jesús estaba poniendo de manifiesto, era que los judíos incrédulos obraban precisamente en forma contraria a como lo hizo Abraham, principalmente la obediencia a todo lo que el Eterno le mandó que hiciera.
Así puede entenderse la dura manifestación del hijo de Elizabeth, de que Dios podría levantar hijos de Abraham, aún de las piedras que bordeaban el Jordán.
Pidamos perdón por tener miedo a las señales del fin de las que habló Jesús o del Libro de Apocalipsis que inspiró el propio Hijo del Hombre. Rompamos con las ataduras del miedo y vivamos con temor y temblor delante de Dios. Diego Acosta – Blog del TIEMPO
En este día hay quienes sin pensar, simplemente por inercia siguiendo las normas y modas del mundo, se aprestan a celebrar una fiesta.
Como es posible que se celebre una fiesta con muertos, espíritus malignos, con consagraciones a seres infernales?
Incluso se ignora de manera perversa, lo que la tradición celta imponía como forma de no verse afectados por los espíritus del mal: La ofrenda de niños para que las familias no padecieran las maldiciones.
Por qué no se comenta que en este el sacrificio ritual de niños, era casi normal?
Incluso lo que se presenta como una simpática costumbre, la del truco o trato, no es otra cosa que la forma de evitar que un espíritu malévolo, maldijera a una casa y a todos sus habitantes, trayendo toda clase de desgracias sobre ellos.
Las calabazas iluminadas tenían el propósito de no encontrarse con este maligno, que se conocía como Jack.
En definitiva, estamos en libertad de celebrar Halloween, pero asumiendo sus consecuencias. La rebeldía contra lo dispuesto por Dios tiene su costo.
Dios es un Dios de vida y no de muerte.
Recordamos: Jesús declara en Juan 8:12
Yo soy la luz del mundo;
el que me sigue, no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida.
Leyendo mensajes, reparé en uno de ellos, que más o menos venía a decir que se había llevado una gran sorpresa en su condición de nuevo seguidor de Jesús.
Y esa sorpresa no era otra, que el sufrimiento que afrontó desde que se convirtió…cuando pensaba que todo iba a ser mejor y viviría alegremente.
Confieso que me sorprendió el argumento, porque me pareció evidente que esta persona no había sido preparada para ser un nuevo hombre.
Nunca se puede enseñar que en la nueva vida, todo será alegría y que los problemas serán cosas del pasado. Por el contrario, al nacer de nuevo tenemos la capacidad de confrontar todo lo que hacemos con la Palabra del Hijo del Hombre.
Muchas veces crecer significa sufrir, porque duele desprenderse del pasado. Y ahí se originan los primeros conflictos, porque lo que antes era bueno, pasaba a ser malo, porque vivíamos sin normas y pasábamos a tenerlas.
Debemos saber que lo bueno sí vendrá, y como resultado del Plan que el Señor tenga para nosotros!
Juan 3:6-7 Lo que es nacido de la carne, carne es;
y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije:
Os es necesario nacer de nuevo.
João 3:6-7 O que é nascido da carne é carne,
e o que é nascido do Espírito é espírito. Não te maravilhes de te ter dito:
Necessário vos é nascer de novo.
La población en cuyo entorno se verificaron
importantes episodios relacionados con el Ministerio Terrenal de Jesús, habría sido hallada en la región del Golan interior. Las dudas surgen por la distancia hasta el Mar de Galilea que se justificaría por su decrecimiento por la falta de agua. Diego Acosta – ARQUEOLOGÍA BÍBLICA