PLAGA DE MOSCAS

ESCUDRIÑAR

A diferencia de las tres plagas anteriores, ya no es Aarón el que ejecutará las órdenes de Jehová, sino que ahora será el propio Moisés el que tendrá a su cargo el anuncio y la ejecución del cumplimiento de lo dispuesto por el Eterno.

Moisés fue temprano y habló con Faraón que acababa de salir del río y le anunció que si no deja salir a los suyos, habría una nueva plaga sobre Egipto.

Pero en este caso, Jehová le anunció que habrá una diferencia entre su pueblo que habita en Gosén y sus súbitos.  Éxodo 8:23 Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal. Jehová cumplió su anuncio y hubo una molestísima plaga sobre todo Egipto.

Faraón llamó a Moisés y Aarón y les ofreció que los israelíes se marcharan a ofrecer sacrificios a Dios en la tierra. Pero los enviados de Jehová rechazaron y propusieron salir al desierto durante tres días.

Ellos no podían aceptar ofrecer sacrificios al Eterno en medio de la corrupción de Egipto, ni entre los ladrillos que fabricaban ni entre las ollas de carne que cocinaban.

Faraón finalmente aceptó que así se hiciera y pidió que oraran por él y que la plaga de las moscas terminara. Moisés oró a Jehová y el Todopoderoso retiró todas las moscas, pero Faraón no cumplió su promesa de liberar al Pueblo de Dios. Su corazón estaba endurecido por la soberbia y la codicia por las riquezas que le proporcionaban los cautivos.

Diego Acosta

PLAGA DE SANGRE

ESCUDRIÑAR

En el Libro de Éxodo se nos revela como Moisés y Aarón por mandato de Jehová, pidieron a Faraón que liberara al pueblo israelita. Fue un reclamo y no una amenaza.

Cuando la respuesta fue negativa, la situación cambió. Los que debían ser liberados fueron sometidos a un régimen más riguroso que el que estaban soportando.

Moisés y su hermano Aarón fueron ante Faraón en el momento en el que estaba en el río y le dijeron, según consta en Éxodo 7:17:19 Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre. 18 Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río. 19 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra.

Este anticipo tenía el propósito de dejar establecido que lo que ocurrió luego, no fue debido ni a una casualidad ni a cualquier otra circunstancia. El Eterno siempre avisa para dar una oportunidad de cambio de actitud.

Pero los hechiceros hicieron lo mismo y el corazón de Faraón se endureció e ignoró los reclamos recibidos y también el hecho que los enviados de Jehová hubieran convertido las aguas de Egipto en sangre.

El pecado de la soberbia de Faraón fue el responsable de la situación que se enfrentaron los egipcios durante siete días.  Los pozos y las aguas subterráneas aliviaron las penurias del pueblo.

Dos cuestiones deben ser remarcadas: Las aguas no adquirieron el color de la sangre sino que se convirtieron realmente en sangre. Además el Faraón no advirtió el detalle que sus hechiceros repitieron el milagro dispuesto por Jehová, pero no fueron capaces de restaurar el principio fundamental: convertir la sangre en las aguas de las que se servían los egipcios.

Diego Acostasiete días,

EL MANDATO DE SALOMÓN

DEVOCIONAL

El admirable mandato que recibió Salomón de su padre, para que levantara el Templo que se consagraría a Jehová, nos lleva a algunas reflexiones.

Si grandiosa era la obra física, no menos grandiosa resultó la obra espiritual, ya que el hijo de David debía prepararse para afrontar una responsabilidad de tan alto contenido.

El rey le dijo que no desmayara, que no temiera y que se esforzara, en el cumplimiento de la gran tarea que se le encomendaba.

Si llevamos este episodio a nuestra vida personal, también tenemos la alta responsabilidad de erigir el templo para el Espíritu Santo.

Solo que en este caso el templo somos nosotros mismos y de allí la necesidad de aspirar a ser dignos de semejante honor y también a ser íntegros en la cotidiana tarea de levantar el templo espiritual.

Por estas razones no debemos desmayar ante la adversidad ni ante los tropiezos, porque del mismo modo como Salomón tenía el respaldo de Jehová, tenemos sobre nosotros el del Espíritu.

1 Crónicas 24:13
Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra
los estatutos y decretos que Jehová mandó a Moisés para Israel.
Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.

Diego Acosta / Neide Ferreira

LOS TRANSGRESORES

DEVOCIONAL

Recuerdo una campaña política que estuvo basada en la afirmación que hacía el principal candidato, de que era un transgresor.

En cierta forma esta manera de expresarse resultó muy atractiva para miles de personas, que veían en este dirigente político, tal vez un reflejo de lo que les gustaría hacer y no hacían.

Muchos años más tarde cuando acepté al Señor, comprendí el grave error que cometimos todos. Uno por ser transgresor y los otros, por compartir sus dichos y no rechazarlos.

Esta peligrosa forma de obrar revela hasta qué punto no somos capaces de advertir los graves riesgos que tiene, no saber discernir lo malo de lo bueno.

Un transgresor no es otra cosa que un hombre o una mujer, que no acepta el orden de Dios y por tanto convierte en rebeldía la mayoría de sus hechos.

Los herederos del Reino seremos los obedientes al Eterno, no los transgresores.

Éxodo 39:42-43
En conformidad a todas las cosas que Jehová había mandado a Moisés,
así hicieron los hijos de Israel toda la obra.

Y vio Moisés toda la obra,
y he aquí que la habían hecho como Jehová había mandado;
y los bendijo.

Diego Acosta / Neide Ferreira