SEGUIR SUS PASOS

DEVOCIONAL

Más de una vez me he preguntado acerca de que es lo que ven en mí, las personas con las que me cruzo en cualquier circunstancia cotidiana.

Y más importante aún: Podrían llegar a apreciar aunque sea fugazmente algo que me pueda relacionar con Jesús?

Y todas las veces me contesto que tristemente, mis ejemplos de la vida diaria no llevarían a nadie a pensar en el Hijo del Hombre y mucho menos a creer que me considere hijo de Dios.

Por qué?

Seguramente porque mis palabras son mucho más elocuentes que mis hechos y como las palabras se pierden en el bullicio que nos rodea, lo único que quedan son las insignificantes actitudes.

Y aquí es donde comienza mi aflicción! Que pobres resultan las evidencias de ser seguidor de Jesús. Son tan escasas que nadie las podrá ver. Es tiempo de cambiar mi vida y mi relación con el Prójimo.

1 Pedro 2:21
Pues para esto fuisteis llamados;
porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo,
para que sigáis sus pisadas.

Diego Acosta / Neide Ferreira

LA INDIFERENCIA

ANTIVIRUS

La cruel confirmación de que un fotógrafo suizo murió en París congelado, sin que nadie lo ayudara, mueve a la reflexión acerca de cómo nos comportamos.

En las proximidades de la céntrica Plaza de la República de la capital francesa el fotógrafo se supone que se resbaló y cayó y estuvo tirado más de ocho nueve horas sin que nadie lo ayudara.

Recién de madrugada, un indigente llamó a los servicios asistenciales, pero ya era demasiado tarde para auxiliarlo. Murió por congelamiento…

Haciendo un sencillo ejercicio de posibilidades, esto que ocurrió podría habernos pasado a cualquiera de nosotros, en esa ciudad o en otras.

Estamos tan inmunizados contra los más elementales sentimientos de solidaridad?

Y profundizando en la cuestión, no pensamos en el Prójimo?

Es indudable que no nos podemos permitir que esta tremenda influencia del mundo nos afecte. El Mandato de Jesús de preocuparnos por el Prójimo es irrevocable.

Diego Acosta

 

AMOR ETERNO

Los hombres olvidamos muy fácilmente
el privilegio que tenemos de clamar a Dios
en la necesidad, en la angustia, en la desesperanza.
Seamos agradecidos y brindemos al Prójimo
el mismo Amor que recibimos.
Diego Acosta – MENSAJE

VERTE BIEN

ANTIVIRUS

Las definiciones sobre la envidia, son múltiples y todas coinciden en que ese sentimiento es tan corrosivo tanto para quién lo siente como para quién lo recibe.

Una breve frase puede incorporarse a la lista de definiciones o de aproximaciones, para tratar de explicar que es la envidia y como obra en la vida de las personas.

Frase: Muchos quieren verte bien, pero no mejor que ellos!

Quienes tienen en su corazón la envidia, pueden llegar hasta ser generosos en sus deseos, pero siempre con el límite que les pone ese doloroso sentimiento.

Razón de más para tratar de ayudar a quienes padecen este tormento diario, de no vivir con alegría con lo propio, sino buscando que desear de los demás.

Se puede ayudar a un envidioso?

Difícil, pero para intentarlo solamente debemos recurrir a las enseñanzas de Jesús con relación al Prójimo. Debemos amar al envidioso para sanar su corazón.

 

LA ARMONÍA

 

EL ABUELO SALOMÓN

Hay palabras que se han incorporado a nuestro idioma, para expresar las tensiones que vivimos los hombres, cuando abandonamos la idea de la armonía.

Pero que es la armonía?

Quienes tengan conocimientos de música podrán comentar que la armonía no es otra cosa que la forma en que se pueden utilizar sonidos y pausas diferentes, para incluso acompañar versos.

Pero si aplicamos el concepto a las relaciones entre las personas veremos que las posibilidades son mayores y paradójicamente las dificultades son también más grandes.

Son mayores porque aseguran una forma de convivencia que hace la vida más grata y porque el debido respeto, torna más agradable aquello que debemos de hacer cada día.

Esto es maravilloso si se logra en el seno de la familia, porque entonces fructifican nuestras mejores cualidades, nuestros más altos sentimientos como padres y como hijos.

Pero si no se consigue la armonía, reina la discordia y difícilmente se podrán conseguir buenos momentos, porque tendremos más que proyectos de conjunto, razones para estar en desacuerdo.

Buscar la armonía, es anhelar una forma superior de vivir, pensando en nuestra existencia y en la del Prójimo.

Diego Acosta

RETENER EL BIEN

 

DEVOCIONAL

Que doloroso resulta comprobar que un día pudimos hacer el bien y no lo hicimos. Como lamentaremos esta situación, que afectó al Prójimo.

Cada vez que pienso en esta cuestión, mi corazón se estremece de pesar, porque por una injusta decisión hubo alguien que no pudo recibir lo que estaba en mi mano darle.

Por qué se obra de esta manera tan equivocada?

Hablando por mí podría decir que hay algo de maldad en el proceder, porque he cerrado mi puño cuando debí abrir mi mano con generosidad.

Sería como aquel que retiene algo que le agrada pero que no le pertenece y entonces trata de tenerlo en su poder todo el tiempo posible.

Pero luego llega la hora del arrepentimiento, de la tristeza porque hemos privado al Prójimo algo que era legítimamente suyo porque eso era lo que Dios había dispuesto que tuviera.

Me humillo ante el Eterno y pido perdón por mi necedad y por la falta de grandeza en la hora de la bondad.

1 Timoteo 6:18
Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras,
dadivosos, generosos.

Diego Acosta / Neide Ferreira

 

LEVANTAR LA VOZ

EL ABUELO SALOMÓN

La humildad y la mansedumbre son virtudes qué si son verdaderas, juntas pueden lograr grandes cosas, principalmente frente a los soberbios y también frente a los prepotentes.

Pero hay circunstancias en las que sí debemos obrar de otra manera y es cuando debemos levantar la voz por los que no tienen voz y por tanto no pueden ser escuchados.

También cuando debemos luchar por los derechos de los desposeídos que no tienen ninguna posibilidad de hacerlo por sí mismos.

Y también cuando debamos defender los derechos de los pobres y los necesitados, de los huérfanos y las viudas, de los más débiles entre los hombres.

Entonces sí deberemos levantar nuestra voz, porque tendremos en nuestro corazón la fuerza que solo pueden conceder la mansedumbre y la humildad.

Levantemos nuestra voz, nunca para defender nuestras causas y siempre para ayudar al Prójimo.