DIOS DE VIDA

BLOG del TIEMPO

La que fuera histórica dirigente de Israel, la señora Golda Meir dijo: Un día podremos perdonaros por matar a nuestros hijos, pero nunca os perdonaremos que nos obliguéis a matar a los vuestros.

Unas palabras que tras años de confrontaciones entre Israel y los palestinos, marcan la diferencia de actitud frente a la Vida, según lo estableció el Dios Todopoderoso.

El primer ministro israelí también habló sobre el tema, dejando claro que Israel llora a sus muertos, pero no se alegra de los muertos ajenos.

Todo lo contrarios con lo que ocurre con los musulmanes, que festejaron como es notorio el atentado de las Torres Gemelas en Estados Unidos o las muertes de israelíes en confrontaciones armadaso en atentados terroristas.

Resulta importante reflexionar sobre estas cuestiones, porque definen la rotunda postura a favor de la vida que tiene Israel que es la determinó como Mandato el Eterno.

Dios es un Dios de Vida y no de muerte y nadie puede matar en su nombre.

Diego Acosta

Fuente: NoticiasdeIsrael

EN TÍ CONFIARÉ

DEVOCIONAL

El rey David siempre declaró su plena confianza en Jehová, en los grandes momentos y también en los se sentía impotente ante la magntidud de la adversidad que debía afrontar.

Esa confianza lo guió para escribir una imprescindible enseñanza que debemos de tener en todos los tiempos de nuestra vida.

En esto pensaba cuando afronté una prueba que era muy importante y que se resolvió favorablemente, porque todas las dudas se disiparon.

Todo aquello que había pensado también quedó en el pasado porque la confianza en Dios fue superior a cualquier problema que pudiera tener.

Como sería de distinta mi vida si siempre confiara de esta manera en el Todopoderoso de Israel!

En las grandes dudas o dificultades o aún en los menores problemas, siempre debemos apelar al Eterno confiadamente, porque nunca habrá un mal que sea superior a su infinito Poder.

2 Samuel 22:3
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio;
Salvador mío; de violencia me libraste.

Diego Acosta / Neide Ferreira