el peligroso engano

EL PELIGROSO ENGAÑO

DEVOCIONAL 

Jesús nos advirtió a propósito del final de los tiempos, que no nos dejemos engañar. Y si ponemos por pasiva la frase, no nos engañemos a nosotros mismos.

El riesgo de caer en estas sutiles tentaciones del mundo, se produce a partir del momento en que aceptamos los halagos que nos sorprenden, que nos agradan.

Por eso siempre recuerdo la amonestación que me hizo una predicadora, cuando elogié su mensaje: Si realmente me respetas, nunca más vuelvas a halagarme.

Confieso que me causó sorpresa esta reacción que consideré desmesurada y también poco amistosa. Pero los años me enseñaron cuánta razón tenía quién aparentemente había sido excesivamente severa.

Aprendí que una de las formas más perversas del engaño, es el elogio, aunque sea merecido. Porque afecta directamente a nuestro corazón que se envanece porque lo considera como una distinción.

Si Jesús me mandó que tuviera cuidado con esta cuestión, sería un necio si no le obedeciera.

1967 la guerra milagrosa

1967, LA GUERRA MILAGROSA

BLOG del TIEMPO

A 56 años del episodio bélico conocido como la Guerra de los Seis Días, se reiteran los comentarios acerca de lo extraordinaria que resultó la victoria de Israel.

Tres estados árabes unidos para lograr la aniquilación del nuevo país, sufrieron una derrota con consecuencias que se mantienen vigentes hasta nuestros días.

Incluso hubo quienes afirmaron que la Guerra de Egipto, Jordania y Siria, contra Israel, fue algo sobrenatural, para restituir a los judíos, territorios que les eran propios.

La conquista de Jerusalén, a las tropas jornadas, marcó un punto de inflexión histórico, porque de esta manera la manera fue nuevamente proclamada capital indivisa de Israel, como lo era desde la época de David.

La magnitud de la derrota de los ejércitos árabes, es todavía más destacada, cuando se registraron los documentos de la época y algunos episodios revelados pudieron ser llamados como milagrosos.

Nada sería igual a partir de aquellos seis días, en los que el Estado judío, parecía condenado a desaparecer.

Diego Acosta