La bendición sacerdotal

En el Libro de Números, se imparte la bendición
a los hijos de Israel,

Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti,
y tenga de ti misericordia;

Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel,
y yo los bendeciré.

EN ESTE DÍA

EL Poder de Dios

La confrontación de Juan con quienes venían a bautizarse en el río Jordan, alcanzó profundas implicancias espirituales.

MATEO 3:8 Luego de mencionar los frutos de arrepentimiento y también sobre la legitimidad de llamarse hijos de Abraham, Juan el Bautista planteó otra cuestión.

Habló de que Dios, podía levantar hijos del Patriarca, aún de las piedras que bordeaban el Jordán. Con lo que estaba afirmando que el Eterno con su poder podía convertir en corazones duros como de piedras, en corazones de creyentes.

Nuevamente estaba haciendo referencia al Antiguo Testamento, al que los judíos debían de conocer sobradamente. Ezequiel 11:19 Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne.

También fue una referencia a otro texto del profeta Ezequiel, que encontramos en su Libro en el capítulo 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.

Las referencias eran concretas e irrebatibles, para quienes fueron llamados generación de víboras. También debemos entender que Dios tiene Autoridad como para levantar hijos de Abraham aún de objetos inanimados, como las piedras.

Esto lo podemos sustentar en la Carta a los Gálatas, en donde Pablo hace referencia a los gentiles que creyeron en Jesús y lo menciona en el capítulo 3:29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.

Resulta evidente que Juan el Bautista se estaba anticipando a las disputas que mantendría Jesús con sus principales opositores encabezados por los fariseos, los saduceos, los escribas y los principales sacerdotes de Jerusalén.

Diego Acosta

Las doce piedras tomadas del Jordán

Jehová mandó a Josué para que un hombre
de cada una de las tribus
de Israel,
tomaran una piedra del Jordán,

que se abrió ante el paso del Arca del Pacto.
Esto se hizo en conmemoración del momento
en que el Arca cruzó el Jordán,
para llegar a la Tierra Prometida.

EN ESTE DÍA

Si mi Pueblo me escuchara

DEVOCIONAL

Siempre me ha impresionado como Jehová lamenta actitudes de su pueblo: de Israel.

Del mismo modo pienso que ÉL puede lamentar actitudes mías, pues no existen diferencias en los comportamientos humanos, al ser rebeldes y pretender caminar según los propios pensamientos.

Esta cuestión ocupa páginas y páginas de la Biblia y por mucho que la comprenda y por mucho que la estudie, siempre tengo en el corazón esa voluntad de hacer lo que me place.

Por eso Jehová pone en condicional el cumplimiento de sus promesas y también de sus decisiones a favor de Israel, contra sus enemigos.

Puedo pensar que exactamente eso es lo que hace conmigo, cuando me creo superior y obra con necedad apartándome de lo que la verdadera Sabiduría me aconseja hacer.

Siempre pienso que algún día cambiará mi actitud y también la del Eterno, para que se cumplan las promesas que están condicionadas únicamente por mi rebelde corazón.

Salmos 81:16
ES –
Les sustentaría Dios con lo mejor del trigo,
Y con miel de la peña les saciaría.

PT – E eu o sustentaria com o trigo mais fino
e o saciaria com o mel saído da rocha.

Diego Acosta / Neide Ferreira

La sobrenatural Guerra de Yom Kippur

Blog del TIEMPO

Hace 47 años, el 6 de octubre, cuando Israel recordaba el Yom Kippur o Día del Perdón, Siria y Egipto atacaron desde dos frentes iniciando la cuarta guerra desde la creación del Estado judío.

Los sirios atacaron los Altos del Golan, que estaban en poder de Israel desde la Guerra del 67 y los egipcios iniciaron las operaciones armadas cruzando el Canal de Suez tomando posiciones en el desierto de Sinaí.

Los primeros cuatro días de combates fueron favorables a las fuerzas árabes, porque Israel comenzó su contra ofensiva a partir del día 10, en tanto que Estados Unidos apoyaba a su aliado y los rusos a sirios y egipcios.

Se ha comentado que esta guerra significó el fin del criterio de la invencibilidad de los israelíes. Sin embargo hay un aspecto que debe ser destacado, por su histórica comprobación.

Durante los combates se produjeron varios hechos que fueron sobrenaturales, aunque resulte sorprendente o fuera de lugar esta afirmación.

Si las fuerzas de Israel perdieron su condición de imbatibles, no es menos cierto que el Dios de Israel guardó a su pueblo y especialmente a sus combatientes.

Existen documentos irrefutables que prueban esta afirmación. Aún en la guerra, el Eterno cuida de los suyos.

Diego Acosta

Otro ataque a Jesús

 

Blog del TIEMPO

Utilizando la Sabiduría de Eclesiastés, una vez más recordamos la frase: NO hay nada nuevo bajo el sol.

Es una antigua práctica la de utilizar a un gran personaje, para lograr réditos personales. Y si ese personaje es Jesús, las cuentas parecen ser de resultados más que satisfactorios.

La autora de un best sellers, ha escrito un libro donde una vez más se utiliza a Jesús, en el centro de una trama en la que vive casado con una mujer.

Apelando a las medias verdades y/o a la ignorancia de sus lectores, menciona por ejemplo que el origen del libro se puede encontrar en los años en los que no se sabe nada del Hijo del Hombre.

Se refiere al tiempo que transcurre entre los 12 años y los 30, en los que inició su Ministerio Terrenal. Falso, los mismos judíos, hablaron de Jesús, como el hijo del carpintero que vivía en Nazaret.

Lo recordamos: Mateo 13:55  ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?

La alusión a José y a su oficio que ejercía en Nazaret, es más que obvia. Por eso hablábamos de las medias verdades, que no son otra cosa que una mentira.

Sí se sabe que hizo Jesús entre los 12 y los 30 años. Vivió en Nazaret con su familia.

La blasfemia que podría ser argumentada para hacer una referencia a este libro, puede ser aplicada. Pero somos partícipes de que no ofende quién quiere, sino quién puede.

Se puede agraviar, ofender a Jesús?

NO, pero sí es evidente que se lo puede utilizar con fines inconfesables, pero muy reedituables como puede ser un libro que probablemente se convierta en un gran negocio para su autora.

La Santidad de Jesús,está fuera del alcance de los humanos y más si solo son mercaderes con apariencia de escritores.

Diego Acosta

Juan el Bautista sigue cuestionando – JESÚS Y MATEO XXVII

El enfrentamiento entre Juan el Bautista y los fariseos y saduceos, tuvo una implicancia especialmente llamativa, para las creencias de la época.

MATEO 3:7, en la segunda parte del versículo, tras llamarlos generación de víboras, les formula una pregunta: Quién os enseñó a huir de la ira venidera.

Esta cuestión representó otro duro ataque de Juan, porque aludía a dos referencias del Antiguo Testamento. Una de ellas era Ezequiel 7:9 Y mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia;
según tus caminos pondré sobre ti, y en medio de ti estarán tus abominaciones;
y sabréis que yo Jehová soy el que castiga.

La otra referencia es la de Sofonías 1:8
Y en el día del sacrificio de Jehová
castigaré a los príncipes, y a los hijos del rey,
y a todos los que visten vestido extranjero.

Esta manifiesta alusión a la ira prometida en el Día del Señor, debió haber afectado gravemente a sus destinatarios, por cuánto ellos creían que la Ira no estaba reservada a los judíos sino a quienes no pertenecían a su pueblo.

Esto puede ayudar a entender la gravedad que tenía para los fariseos y saduceos y también los escribas, el anuncio de que pronto vendría el Mesías y lo que podía significar para el poder que detentaban en la sociedad de su tiempo.

MATEO 3:8 Trás estas severas recriminaciones, Juan les pidió que hicieran frutos dignos de arrepentimiento. Debemos comprender que el arrepentimiento y la fe están indivisiblemente unidos y no son otra cosa  que una manifestación de la conversión.

El arrepentimiento significa volver la espalda al pecado y la fe, volver a Dios. Por tanto los frutos dignos de arrepentimiento pueden interpretarse como una identificación con las obras que produce la fe, luego del arrepentimiento de los pecados.

La  profundidad del tema, explica también la magnitud de la separación de las posturas entre Juan y los representantes del liderazgo judío de la época.

Diego Acosta