LA NECESIDAD-2
LA NECESIDAD DE LA SALVACIÓN/2
Hebreos 9:13-15.
13Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 15Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
El sacrificio de Jesús cumple con todas las exigencias de la ley para que el hombre, si lo acepta por la fe, pueda presentarse limpio delante de Dios.
Hebreos 9:27-28.
27Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, 28así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
Está establecido para el hombre que después de la muerte venga el juicio personal. El que espera en él como Salvador no será avergonzado sino que recibirá la salvación.
Isaías 64:5-7.
5Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en los pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos acaso ser salvos? 6Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. 7Nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para apoyarse en ti; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.
Sólo si el hombre cambia de actitud con respecto a su relación con Dios podrá un día presentarse en el juicio libre de la condenación.
Pr. Ramón Ubillos