CONTAGIO
DEVOCIONAL
En los tiempos difíciles, la responsabilidad de quienes nos llamamos hijos de Dios se aumenta en la misma proporción que los problemas.
Si nuestra misión es ser Luz para quienes nos rodean, no podemos caer en la tentación de contribuir a que los comentarios o las versiones preocupantes se extiendan.
Debemos de recordar permanentemente que nuestra confianza está puesta en el Señor y que por lo tanto, quienes no lo tienen en su corazón viven con angustia y con miedos que aumentan de forma desproporcionada.
Estas reflexiones surgieron, cuando una hermana me preguntó al borde del llanto, si las cosas que veía y escuchaba la iban a afectar a ella y a su familia y que eso lo aterraba.
Con Amor y con firmeza la respondí, que si ella se declaraba creyente no tenía derecho a tener esas dudas, porque debería saber que todo está bajo el control del Eterno. Incluso su vida y la de su familia. Y por añadidura, de la mía y la de mis amados.
El enemigo disfruta con el contagio de las malas nuevas. Pero sabemos que será derrotado.
Job 11:18
Tendrás confianza,
porque hay esperanza;
mirarás alrededor, y dormirás seguro.
Jó 11:18
E terás confiança,
porque haverá esperança;
olharás em volta e repousarás seguro.
Diego Acosta / Neide Ferreira