SALUD: CONSEJOS DE OCHO SIGLOS

BLOG del TIEMPO

En estos tiempos complejos, es posible apelar a normas que tienen ya ocho siglos y que están relacionadas con la observancia de las disposiciones y mejorar la conducta hacia todos los pobladores del planeta.

Es decir, el comportamiento social que tanto se reclama en estos tiempos de peste. Además hay formulaciones que deben ser un llamado de atención para la sociedad de nuestra época.

Las observaciones sobre salud fueron formuladas por el rabino Moses Ben Maimon, conocido como Maimónides, o «Rambam» (un acrónimo hebreo de su nombre), nacido en la Córdoba española en 1138 y que murió en Egipto en 1204 y que por su aportación al pensamiento judío hay quienes lo llaman el segundo Moisés.

Su gran obra relacionada con la legislación judía es el Mishneh Torah, fue escrita en hebreo y desarrollada a lo largo de 14 libros y su Guía de los Perplejos, está considerada una obra fundamental para el judaísmo. Es uno de los más relevantes filósofos rabínicos de la historia.

En el campo de la medicina hizo aportaciones notables y una de ellas destaca que conceptualmente se trata de observar los mandamientos y mejorar los caminos, la moral y la conducta hacia sus niveles más altos, para todos los seres del mundo.

Si aplicáramos estas enseñanzas, podríamos estar atentos a las normas dictadas por las autoridades para cuidar nuestro cuerpo y el de quienes nos rodean, en la sociedad y en los tiempos que vivimos.

Diego Acosta

FUENTES:
Biblioteca Nacional de Medicina – Ramban Maimonides Medical Journal  / Estados Unidos

EL MÉTODO DEL DIABLO

DEVOCIONAL

Podríamos decir que todos los años el enemigo de nuestra fe utiliza una forma casi perfecta para destruir nuestros mejores propósitos y para hacernos un daño que cada vez duele más.

El diablo conocedor de nuestras debilidades, alienta nuestra mente para imaginar planes y actividades, que en la mayoría de los casos están fuera de toda forma de realidad.

De esta forma consigue sus propósitos de acabar con las buenas intenciones e incluso de apartarnos de Dios.

Con la simpleza de lograr que finalmente le adjudicamos al Creador, los errores que cometemos, dejando que el desaliento termine la obra del enemigo.

Para romper la estrategia del diablo, debo ser sensato, abandonar la desmesura de mis proyectos y comprender en cada tiempo, mis posibilidades reales de concretarlos.

Teniendo siempre presente, que nada podremos hacer en contra de la Voluntad del Eterno, que siempre tiene los mejores propósitos para mi vida. NO debo permitir que mi mente controle aquello que solamente está en manos del Señor.

Salmo 143:10
ES –
Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;
tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud
.
PT – Ensina-me a fazer a tua vontade, pois és o meu Deus;
guie-me o teu bom Espírito por terra plana.

 Diego Acosta / Neide Ferreira

NO TENTAR A DIOS

PARTE 3

Citaré a Lutero extensamente aquí porque me parece que su consejo es particularmente oportuno en nuestra situación: Otros pecan a la diestra. Son demasiado imprudentes e imprudentes, tentando a Dios y despreciando todo lo que pueda contrarrestar la muerte y la plaga. Desdeñan el uso de medicinas; no evitan los lugares y las personas infectadas por la peste, sino que se burlan de ella con despreocupación y desean demostrar su independencia. Dicen que es el castigo de Dios; si quiere protegerlos, puede hacerlo sin medicamentos ni nuestro cuidado. Eso no es confiar en Dios sino tentarlo…

No, mis queridos amigos, eso no es bueno. Use medicamentos; tomar pociones que puedan ayudarlo; fumigar la casa, el patio y la calle; evita a las personas y los lugares donde tu vecino no necesita tu presencia o se ha recuperado, y actúa como un hombre que quiere ayudar a apagar la ciudad en llamas. ¿Qué más es la epidemia sino un fuego que en lugar de consumir madera y paja devora la vida y el cuerpo? Deberías pensar de esta manera: “Muy bien, por decreto de Dios el enemigo nos ha enviado veneno y despojos mortales. Por tanto, le pediré a Dios con misericordia que nos proteja. Luego fumigaré, ayudaré a purificar el aire, administraré medicamentos y los tomaré. Evitaré a las personas y lugares donde mi presencia no sea necesaria para no contaminarme y así tal vez infectar y contaminar a otros, y así causar su muerte como resultado de mi negligencia. Si Dios quisiera llevarme, seguramente me encontrará, y he hecho lo que él esperaba de mí, por lo que no soy responsable ni de mi propia muerte ni de la muerte de otros. Sin embargo, si mi vecino me necesita, no evitaré un lugar o persona, sino que iré libremente, como se indicó anteriormente. Mira, esta es una fe tan temerosa de Dios porque no es ni descarada ni temeraria y no tienta a Dios ”. A medida que nuestra nación, nuestra comunidad y nuestra iglesia continúan enfrentándose al desafío de la pandemia de COVID-19, escuchamos un tamborileo persistente de todos lados de que estamos en «aguas inexploradas». De alguna manera, eso puede ser cierto. Pero las reflexiones de Lutero sobre la plaga son un buen recordatorio de que los cristianos hemos estado lidiando con enfermedades mortales durante siglos, y tenemos un cuerpo de sabiduría acumulada a la que recurrir mientras navegamos por estas aguas turbulentas. Así que sigamos tomando nuestras pociones, fumigando nuestras casas (o al menos usando desinfectante de manos) y evitando los lugares donde no nos necesitan (distanciamiento social) con un sentido de urgencia, como las personas que quieren Ayude a apagar una ciudad en llamas. Esto no es solo un buen consejo médico, es una necesidad espiritual.

Fuente: Escritos seleccionados de Lutero. Tomo 2: Renovación de la Devoción y Teología. Editora Insel de Frankfurt del Meno. Páginas 22-250. Autor David Fink

ESTE ES EL TIEMPO DE DIOS

En el nuevo año seguimos sufriendo la peste
con confusión e incertidumbre,
y con el despertar de la Iglesia de Jesús
sin la burbuja y predicando el Evangelio.
El Prójimo está más cercano al igual que el Reino de Dios!
Diego Acosta – MENSAJE