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INDOLENTE

 

INDOLENTE

DEVOCIONAL

Me sorprendo como poco a poco voy aceptando cosas que están mal, como si el tiempo fuera capaz de limar las asperezas de situaciones que no debería tolerar.

Cuando pienso en esta cuestión, la atribuyo a la indolencia con la que vivo, porque en lugar de tener posiciones firmes, me debato entre mis obligaciones y las propuestas del mundo.

No cabe ninguna duda que este debate, es el peor resultado que puede haber en cuanto a las certezas que debemos de tener quienes nos llamamos hijos de Dios.

Ser indolente, me lleva a olvidarme que hay principios que son innegociables y de obligado cumplimiento y por lo tanto no pueden estar sujetos a opiniones o consideraciones interesadas.

Combatir la indolencia es una gran propuesta que me he planteado, para buscar ser digno ante el Eterno y su Majestad. No basta con declararme creyente, debo practicarlo tanto como el respirar.

Proverbios 12:27
El indolente ni aun asará lo que ha cazado;
pero haber precioso del hombre es la diligencia.

Provérbios 12:27
O preguiçoso não assará a sua caça,
mas o bem precioso do homem é ser diligente.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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NUEVA AUTO-AYUDA…?

Blog del TIEMPO

Ahora los sabiondos de siempre, están sugiriendo abandonar propuestas como la meditación o la autocrítica, para reemplazarlas por lo que se supone en una nueva modalidad de auto-ayuda.

Se trata de la autocompasión!

Más peligrosa todavía que las anteriores porque supone que en lugar de apreciar la realidad tal y como es, se proponer analizarla desde la perspectiva de la conmiseración…hacia uno mismo.

Es lo mismo que decir: Que tristeza de vida que tengo…que penurias tengo que afrontar, nadie me ayuda, nadie tiene amor por mí, todos me ignoran y yo sufriendo.

Puede una persona vivir de esta manera?

Evidentemente que sí puede, lo que ocurre es que no llegará a ningún final porque siempre estará dependiendo de los demás para que lo ayuden, en la cruel visión de que no hay nadie más importante que uno mismo.

Las modas de auto-ayuda, son muy similares a los que limpian y guardan la basura debajo de una alfombra, en lugar de tirarla y dejar verdaderamente limpio el suelo.

Si los hombres seguimos negando a Dios, nos seguimos rebelando contra su Autoridad, seguiremos siendo esclavos de mal intencionadas propuestas, que no hacen otra cosa que confundirnos y hacernos perder el tiempo.

Romper las cadenas del pasado y convertirnos en hombres y mujeres nuevos, es la oportunidad que nos ofrece el Señor. Cuando lo aceptaremos?

Diego Acosta

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LA CONFESIÓN-1

ESTUDIO BÍBLICO

1ª Juan 1:8-9.

8Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

La Palabra nos habla que para recibir el perdón de los pecados hay dos pasos importantes a dar, primero reconocerlos y segundo confesarlos.

Mateo 3:5-6.

5Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, 6y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.

Ante la predicación de Juan el Bautista muchos fueron movidos por Dios a prepararse para la venida del Mesías, ellos confesaban sus pecados antes de bautizarse.

Hechos 19:17-18.

17Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús. 18Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.

En Éfeso, al ver la diferencia de tener al Señor o no en las vidas, muchos tomaron una actitud correcta delante de Dios y empezaron a confesar sus pecados.

Daniel 9:20-21.

20Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios; 21aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde.

Pr. Ramón Ubillos

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Jesus y Mateo Papyrus azul celeste

JESÚS Y MATEO-8

MATEO 1

La Genealogía de Jesucristo, tiene otra cuestión que es objeto de estudio.

1:12  Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel.

Las opiniones están relacionadas con Salatiel y Zorobabel, debido a que en 1 de Crónicas 3:19 se menciona a Zorobabel, como hijo de Pedaías, que fue hermano de Salatiel,  los hijos de Pedaías: Zorobabel y Simei. Y los hijos de Zorobabel: Mesulam, Hananías, y Selomit su hermana.

La explicación que los estudiosos encuentran a esta situación, está en el Libro de un profeta, Hageo 2:23 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mío, dice Jehová, y te pondré como anillo de sellar; porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos.

Los estudiosos entienden que probablemente Salatiel adoptó a su sobrino Zorobabel, hijo de su hermano Pedaías.

Esta referencia contribuye a poner de manifiesto la importancia que se concedía a las Genealogías en los tiempos del Antiguo Pacto o Antiguo Testamento.

1:16(a)Este versículo adquiere especial relevancia, por cuanto es el único en el que se omite la palabra engendró, y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.

Engendró es sustituido por de la cual, aludiendo directamente a María que había concebido por Obra del Espíritu Santo y no por su unión física con José, a Jesús llamado el Cristo.

Esta aclaración tiene dos vertientes. Una, que en un sentido estricto Jesús no era descendiente de José, pero la Genealogía establece que Jesús conserva el derecho al trono de David, como su legítimo heredero. Para una mayor claridad deben diferenciare los conceptos. Jesús no era descendiente carnal de José pero sí su legítimo heredero.

Esto corrobora que la Genealogía de Mateo, concede la legitimidad de Jesús al trono de su antepasado el Rey David, a través de José, hijo de Jacob.

Diego Acosta

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CRECER

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

MENSAJE

Así como en la vida natural estamos en continuo proceso de crecimiento, en la vida espiritual debemos hacer exactamente lo mismo.

Pablo nos advirtió que no podemos ser siempre criaturas, sino que deberíamos acompañar la profundización de nuestra relación con Dios, en la medida en que profundizamos nuestros conocimientos sobre ÉL.

Con todo lo que tienen de lógica estas cuestiones, no siempre las entendemos y por consiguiente, tampoco las aplicamos. Lo que resulta evidente es que lo que se espera de nosotros es que seamos fieles en esta parte de nuestra vida de creyentes.

Cuando fuimos niños nos ayudaron, nos cuidaron y nos dieron las primeras lecciones. Es necesario que recordemos esto para tener actitudes buenas hacia quienes están comenzando el mismo proceso que iniciamos hace años.

Esta prudencia debe aplicarse especialmente en las congregaciones, en las que se registra un ingreso continuado de personas, que aceptaron a Jesús como su Señor y Salvador.

Cuando pienso en esta cuestión, tengo un especial agradecimiento a la mujer que Dios encomendó los primeros tiempos de mi conversión, porque fue gracias a ella, que el cambio en mi vida pudo dar frutos.

Lo sorprendente de este recuerdo, es que no está relacionado con las cuestiones gratas entre maestra-discípulo, sino que está vinculada con la dureza que a veces ella empleó en la enseñanza.

Recuerdo que una vez me dijo que ya no iba a orar más por mí, afirmación que me causó una profunda impresión e incluso una también profunda desilusión. Sin embargo, su condición de vieja maestra, le permitió abordar el tema para que la relación continuara y también mi necesario crecimiento.

Ella me dijo simplemente: Te ha molestado lo que te dije, verdad? Pero sí no lo hacía así, estarías siempre buscando intermediarios en tu relación con el Señor y ÉL no quiere eso. Desea que cada uno le hable, le honre, para que pueda obrar en tu vida. Dios no quiere intermediarios!

Así fue como comencé a crecer, de forma inesperada y gracias a esta lección de sabiduría que mi maestra me dio. La vida espiritual, no se corresponde con la física.

Cuando envejecemos, nuestro cuerpo lo evidencia. Pero en nuestra relación con Jesús, siempre deberemos ser como niños, porque así nos podremos postrar ante su Majestad, con temor y temblor, pero sin ninguna clase de miedos.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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