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SOMOS LO QUE PENSAMOS

“Finalmente, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado”. (Filipenses 4:8)

Un pobre labrador que vivía en el campo escuchó un ruido bajo la rueda del arado; desconcertado miró y descubrió un tronco lleno de monedas de oro. Toda una fortuna para él. El hombre arrastró el tronco hasta su casa y lo enterró profundamente en su parcela.
Pasaron los días y no sabía qué debía hacer con toda esa fortuna. Imaginó todo lo que podría comprar y decidió dejarlo enterrado durante un tiempo prudencial y usarlo poco a poco. Con ese tesoro, cualquier cosa podía resolverse y por fin tenía una seguridad ante cualquier imprevisto, calamidad o dura temporada.
Pero contar con ese tesoro, no sólo le dio seguridad, también cambió el carácter de nuestro hombre, que empezó a mostrarse relajado y de ser una persona gruñona y llevar una vida apenada, pasó a ser un hombre ingenioso y agradable. Su temor e intolerancia dejaron paso a la confianza, la fe y la compasión. De hecho, empezó a ver la vida como una experiencia hermosa y feliz, sabiendo que, aunque llegaren cosas duras, sería capaz de hacerles frente.
Toda la vida de este hombre, dio un giro radical para su propio bien y el de su familia, amigos y allegados, llegando incluso a transformar el estado de la comarca, pues al volverse un hombre esforzado, positivo e influyente, su marco de acción se engrandeció sustancialmente, tanto que la abundancia y la prosperidad caracterizan ahora su vida.
Y así pasaron los años, hasta que le llegó el tiempo de morir. Antes de expirar, reunió a sus hijos y les reveló su increíble y bien guardado secreto. Después de eso, ya podía morir en paz.
Al día siguiente, muy temprano, sus hijos cavaron afanosamente en el lugar indicado, y encontraron el tronco. Pero, para sorpresa de todos, estaba totalmente vacío. Lo que nadie nunca supo, es que las monedas habían sido robadas por unos aventureros desde hacía más de 10 años.
¿Cuál es el verdadero tesoro? No fue el hecho de SER rico lo que dio seguridad y felicidad a nuestro héroe, sino más bien el PENSAMIENTO de que tal riqueza existía y que estaba a su disposición, lo que despertó una nueva actitud en él.
Esta historia nos da una perspectiva acerca del poder que tienen nuestros pensamientos.
Cuando tengamos la sensación de que somos desgraciados, rechazados, olvidados, no merecedores de algo o decididamente malvados, pensemos si no estamos otorgando un poder especial a nuestros pensamientos.
El papel de nuestros pensamientos en nuestra vida es fundamental. Por ello el apóstol Pablo nos aconseja a cuidar nuestros pensamientos. Nos sugiere que ocupemos nuestra mente reflexionando en aquellas cosas que son buenas, agradables y provechosas.
Que imaginas, deduces y elaboras en tu fuero interno?

El bien pensar, eliminando así los pensamientos egoístas, los deseos de venganza, las tramas sensuales, otorgará la posibilidad de crecer y como el hombre de la historia puedes ser una persona feliz. Cuando los malos pensamientos tomen lugar en tu mente toma la iniciativa de someterlos con obediencia a la Palabra de Dios.
En la vida todos podemos hacer uso de un filtro puesto por Dios en nuestra mente pues dice la Biblia que pensemos en todo lo verdadero, bueno, agradable, perfecto, puro, de buen nombre, de virtud, de admiración. A nuestra mente llega buena y mala información, rechacemos la mala para evitar que nos contamine.

Pr. José Gilabert

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LA FE QUE VENCE

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SÉPTIMO MILENIO

Abraham se levantó muy de mañana, ensilló su asno, tomó consigo a dos de sus siervos y a Isaac, su hijo. Después cortó leña para el holocausto, se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho. Génesis 22.3

La fe debe ser una de las cualidades que distingue al creyente. Existe, sin embargo, bastante confusión acerca de este tema. Para muchos la fe no es más que un deseo de que las cosas salgan bien. Es la esperanza de que las circunstancias se resuelvan favorablemente y que las dificultades no nos afecten demasiado. Una exhortación que escuchamos con cierta frecuencia es la de hacer las cosas con más fe, lo que delata una convicción de que la fe se refiere a manifestar mayor entusiasmo en los emprendimientos.
Este pasaje nos da una clara idea que la fe es algo enteramente diferente. Las instrucciones de Dios, que llamaban a Abraham a ofrecer en sacrificio a su único hijo, Isaac, le posicionaban en el centro de lo que podría ser una profunda crisis personal. La noche que pasaría debe haber sido una interminable agonía, mientras Abraham luchaba con las reacciones naturales a esta petición. ¿Cómo podía este gran Dios pedirle el hijo que tantos años había esperado, que Él mismo había prometido?
Sin embargo, Abraham no permitió que sus emociones fueran el factor decisivo en su comportamiento. Entendía somos llamados a la obediencia, aun cuando no entiende lo que el Señor está haciendo ni el porqué de las circunstancias en las cuales se encuentra.
Veamos la abundancia de verbos en el versículo: se levantó, preparó, tomó, cortó, salió, y fue. Sin importar la magnitud de su angustia, el padre de la fe comenzó muy de mañana con los pasos necesarios para hacer lo que se le había mandado, mostrando, de esta manera, lo que es la esencia de la fe.
La fe es una convicción profunda en la fidelidad de Dios, que conduce a la acción. Es la certeza de que, no importa cuán contradictorias y difíciles sean las circunstancias, Dios no se verá limitado en su propósito de cumplir su Palabra. En este caso, según el autor de Hebreos, Abraham creía que Dios era «poderoso para levantar a Isaac aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir» (Hebreos 11.19).
Estos son tiempos en los cuales podemos vernos constantemente rodeados de crisis, tiempos difíciles. Si esperamos que Dios actúe, nosotros debemos mostrar esa misma confianza en Su bondad, evidenciada en acciones concretas que no pierden tiempo en dudas, vacilaciones, ni argumentaciones.
La fe no es la seguridad que Dios hará lo que nosotros deseamos, sino la certeza que Dios hará lo correcto, pues su voluntad es agradable y perfecta.

José Gilabert – España

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YO CELEBRO MI VIDA EN CRISTO.

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SÉPTIMO MILENIO

Agradecida a Dios de no ser orgullosa. Yo soy feliz de ser mujer, feliz con la familia que tengo y agradecida por poder decidir sin que nadie me manipule. Segura de que la vida que vivo es la correcta y que mi final será glorioso.
No temo, no necesito atacar a otro ser humano cuando no piensa como yo.
Mi felicidad no depende de que tu pienses como yo o hagas lo que hago yo, mi felicidad es tener la mente de Cristo, y poder hacer lo que el hizo.
Respeto lo que tu escoges, pero no me obligues a hacer lo que tu haces.
Si tu quieres vivir tu libertad, no me robes la mía.
Si tu puedes opinar sobre lo que quieres que tus hijos aprendan, yo tengo el mismo derecho que tú a decidir lo que quiero que aprendan los míos.
Mi vida es muy valiosa, si te atreves a tocarla no te encontrarás conmigo, el que me defiende es más poderoso que tú, y a el le tendrás que dar cuentas, quieras o no, porque al final del camino está el que juzgará todas las cosas.
Si quieres vivir una vida mediocre, insulsa, sin sustancia, perversa, y enfangada ¡¡vívela!! pero no tienes ningún derecho sobre mi vida.
YO CELEBRO MI VIDA EN CRISTO.

Lourdes Diaz

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TOLERAR…

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Podemos tener la absoluta certeza de que estamos viviendo tiempos especialmente singulares. Podríamos decir que muy graves.

Se puede argumentar que a lo largo de la historia, siempre hubo generaciones de hombres que tenían razones para afirmar exactamente lo mismo.

Pero, entendemos que hay una diferencia. Si todo lo relacionado con Israel, es como un símbolo del reloj del tiempo de Dios, entonces comprenderemos que estamos viviendo un tiempo muy especial.

Hay dos hechos que cumplen profecías y por lo tanto, permiten marcar referencias concretas con relación al fin de los tiempos anunciado por Jesús.

Israel ha establecido parte de su territorio con la Guerra del 67 y también en ese mismo conflicto, recuperó luego de más de 1.900 años el control de la Ciudad Santa.

Esto significa que después de la destrucción del Templo en el año 70, Israel volvió a ser una Nación con una capital única e indivisible que es Jerusalén.

A partir de estos conceptos, bien podríamos afirmar que el mundo registra una constante decadencia moral, que se manifiesta ya no solo en la rebeldía a Dios, sino también en un desafío permanente.

En este proceso también son protagonistas los que por comisión o por omisión, manifiestan su tolerancia frente a hechos que son totalmente opuestos a la Majestad del Eterno.

Tolerar parece haberse convertido en uno de los símbolos del modernismo, de lo progresista y también de una forma de expresar el amor hacia el prójimo.

Con estos falsos argumentos se tolera cada vez más, el pecado que es una ofensa al Espíritu, se admiten conductas que Dios prohíbe y se ataca a quienes no transigimos con semejantes comportamientos.

Alemania fue el último país en admitir el matrimonio entre personas del mismo sexo y su canciller Angela Merkel tuvo que votar en contra para ser fiel a sus convicciones espirituales.

Ella dejó un notable ejemplo de coherencia entre gobernar y la fidelidad hacia su fe cristiana. Todo un símbolo de este tiempo.

No nos confundamos: Dios odia el pecado y ama al pecador. Pero eso no significa la tolerancia hacia cualquier conducta que se oponga a sus mandamientos.

Cada día hay menos margen para definirse!

Estamos con Dios o en contra de ÉL siendo tolerantes!

Diego Acosta

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EL CAMBIO…! A MUDANÇA…!

CONGREGACIÓN

         SÉPTIMO MILENIO

Anhelar el cambio, supone un punto de partida importante para lograr buenos resultados!

El cambio se debe relacionar con lo que Pablo escribió en su Carta a los Romanos, exhortando a renovar nuestro entendimiento, para así lograr la transformación que nos diferencie del mundo.

Tan trascendente es esta formulación del Apóstol, que tiene uno de los versículos con una promesa explícita: La de comprobar la voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Por tanto la renovación supone un cambio esencial en nuestro modo de vida, partiendo de que somos hombres y mujeres nuevos en Cristo.

Renovarse no supone cambiar nuestra apariencia o las apariencias, de la iglesia por ejemplo. Supone algo mucho más profundo, más significativo.

Difícilmente podríamos hablar de renovación en cualquier ámbito u orden de la vida, si no comenzamos por cambiar nosotros mismos.

Sucede lo mismo que con el avivamiento: Nunca habrá avivamiento en nuestra congregación, si no comenzamos por nuestro propio avivamiento.

Es decir: Tomando lo personal como inicio, sí podremos buscar cambiar aquello que debe ser cambiado, con la plena certeza que estaremos obrando como el Señor manda.

Pablo nos enseña el Camino: Renovar nuestra mente!

Esto no significa otra cosa que controlar nuestros pensamientos, conocimientos e incluso vivencias, para alejarlas de las seducciones del mundo y ponerlas al servicio del Reino.

El objetivo tiene una gran dimensión, pero por eso mismo es un desafío que debemos asumir con la certeza que no estaremos solos en el intento.

Será el Espíritu el que nos Guíe y el que nos muestre como debemos obrar en los días futuros para comenzar a renovar nuestra mente.

Pero como lo llevamos a la práctica?

Dedicando el mejor tiempo del que dispongamos para estudiar la Palabra, para recibir nseñanzas y revelaciones del Espíritu, que nos ayudarán a entender cada día ese instrumento maravilloso que es la Biblia.

Este esfuerzo que se nos puede convertir en un objetivo inalcanzable, según nuestra mentalidad de hombres pequeños, tiene una maravillosa recompensa: Veremos en nuestra vida la Voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.

No dejemos nada para mañana. Comencemos hoy mismo a buscar el cumplimiento de la promesa del Eterno

Diego Acosta

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INCOMPRENSIBLE…? INCOMPREENSÍVEL…?

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SÉPTIMO MILENIO

La Biblia nos enseña que Dios confunde la mente de los hombres, para que no nos vanagloriemos de nuestra propia sabiduría.

Esta Verdad tiene su plena vigencia cuando recordamos uno de los momentos culminantes del Ministerio Terrenal de Jesús.

Uno de sus discípulos acuerda entregar a su Maestro a cambio de 30 denarios, una cantidad relativamente modesta, que revela la codicia y a la vez la miserable condición de su corazón.

En el Evangelio de Mateo, se nos revela el momento de cómo Judas se llega hasta el Hijo del Hombre y lo saluda  y lo besa.

En aquellos tiempos llamar Mestre a un hombre significaba reconocerle su Autoridad y el beso ejemplificaba la consideración que se tenía por ÉL.

Judas era plenamente consciente de lo que estaba haciendo.

Jesús, aún sabiéndolo todo por ser Dios le preguntó: A qué vienes?

Y lo llamó: Amigo…!, Mateo 26:50.

Llamaríamos amigo a alguien que sabemos tiene el propósito de traicionarnos? Y más aún: Lo llamaríamos amigo luego de haber consumado su traición, como hizo Judas con su beso?

Seguramente no!

Y por qué lo hizo Jesús?

Porque aún cuando era absolutamente conocedor de la intención de quién era su discípulo, le dio todavía una oportunidad.

Para qué?

Para que se arrepintiera, para no cambiar la profecía de que sería entregado a cambio de dinero. La traición ya estaba consumada cuando le llamó Amigo.

Jesús hasta el último momento tuvo Misericordia por el hombre que se estaba condenando a sí mismo, tanto, que  Judas se ahorcó.

Esto nos demuestra que muchas veces aún teniendo la oportunidad del arrepentimiento y el perdón, lo desechamos por nuestra soberbia y altivez.

En cambio Pedro, que también traicionó a quién vendrá como Rey, lloró amargamente cuando lo hubo negado tres veces.

Y así como Judas desechó ese llamado final sintetizado en la palabra amigo, Pedro se arrepintió con su llanto, buscando el perdón.

Puede que a los hombres nos resulte incomprensible llamar amigo a alguien que nos traicione, pero esto nos lleva a pensar que nunca debemos desechar a nadie. Por grande que haya sido su maldad.

Esa Misericordia que brindamos, puede que un día nosotros mismos la necesitemos.

Diego Acosta

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LO IMPORTANTE…

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LO IMPORTANTE ES LO QUE DIOS OPINA DE TI.

Cuando hablan bien de nosotros, o dicen de nosotros cosas que nos dejan en buen lugar nos sentimos contentos y queremos que todos sepan lo que se dice. Pero cuando alguien dice algo que no es agradable e incluso dicen de ti algo que es mentira, la reacción es instantánea: defendernos y desmentir. ¿Qué aprendemos de Jesús?
No presentar defensa.

Dios todo lo sabe de ti, él defiende tu causa, ¿ Que ganas con desmentir una mentira? Los que te conocen saben que no es verdad. Y los que no te conocen aunque lo desmientas creerán lo que quieran creer. Sigue caminando con Jesús, vivirás lo mismo que Él vivió, que no es fácil, pero el resultado es: VICTORIOSO.

(Marcos 15:1-5) «Muy de mañana, habiendo tenido consejo los principales sacerdotes con los ancianos, con los escribas y con todo el concilio, llevaron a Jesús atado, y le entregaron a Pilato. Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo él, le dijo: Tú lo dices. Y los principales sacerdotes le acusaban mucho. Otra vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada respondes? Mira de cuántas cosas te acusan. Mas Jesús ni aán con eso respondió; de modo que Pilato se maravillaba.»

Lourdes Diaz

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EL PELIGRO DE LA CEGUERA ESPIRITUAL

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La ceguera espiritual en los cristianos es peligrosa, porque hablan, viven y se comportan como religiosos, por tanto, ni sus palabras, ni sus hechos, ni su comportamiento bendicen a nadie, solo afectan a los sentimentales porque su vida es sentimentalismo puro, redireccionan la palabra de Dios para alentar y consentir comportamientos y actitudes que no tienen respaldo en la palabra de Dios, pero que emociona y no remueve las conciencias de los que viven como quieren.
Digo la ceguera espiritual, refiriéndome a los que no están llenos del Espíritu Santo, porque llenos del Espíritu de Dios, discernimos los espíritus, hablamos para bendecir sin adaptar la palabra de Dios a las corrientes de este mundo, oramos y suceden cosas.
Llenos del Espíritu podemos soportar la persecución, tener la gracia para llevar la enfermedad, permanecer gozosos y firmes en medio de la prueba y además ser herramientas vivas en las manos de Dios.
Llenos del Espíritu no seremos admirados, ni aceptados por los que no son del Camino, mucho menos por los que viven ahogados en delitos y pecados, es más en ocasiones hasta seremos incómodos para los de la familia de la fe.
Llenos del Espíritu Santo cuándo hablemos pueden suceder dos cosas:1 que los ciegos vean, los enfermos se sanen, los cautivos sean liberados y las vidas sean transformadas. 2 que nos repudien, nos persigan y nos maten.
Llenos del Espíritu Santo no tenemos comunión con lo mundano, aunque vivamos rodeados de lo mundano, porque el Reino de Dios y su justicia es lo que está establecido en nuestras vida.
Por tanto es tiempo de analizarnos como hijos de Dios ¿ Tenemos su Espíritu? O ¿Solo tenemos su palabra? Cuando decimos que la fe sin obras es muerta, estamos diciendo que por mucho que uno diga que cree en Dios si no le obedece, es un muerto más.
« Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.» Gálatas 2:20

Lourdes Diaz

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DE QUIÉN QUIERES SER ESCLAVO?

CONGREGACIÓN

SÉPTIMO MILENIO

Si dices que no eres esclavo del pecado, pero no eres esclavo de Cristo, permíteme decirte que « eres esclavo del pecado».
Ro.- 1:1 dice: Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el Evangelio de Dios,
Escuché decir a alguien: Estoy bien en ésta iglesia porque hago lo que quiero y no me dicen nada.
Tristemente vemos que hay quien prefiere tener los bancos ocupados a confrontar a los que quieren hacer lo que les da la gana. No te inquietes si tu congregación es de las que está medio llena, Jesús caminó con pocos dispuestos a servirle incondicionalmente, Jn 6:66.- Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con él.
Ya lo dijo Pablo, seguir a Cristo no es fácil, es un camino de renuncia, para que se enseñoree Cristo no puede enseñorearse el pecado.

Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
Porque según el hombre interior, me deleito en la Ley de Dios;
pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Ro 7: 19-25.

Lourdes Diaz

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VACIO DE MÍ – LLENO DE TI – Filipenses 2:7

CONGREGACIÓN

SÉPTIMO MILENIO

Cuando oímos la frase “Renunciar a sí mismo por amor a los demás”, se nos riza hasta los pelos de las cejas. ¿Cómo voy a abandonarme a mí por los demás? YO tengo que amarme a MÍ mismo primero para entonces poder amar a los otros. ¡¡¡ERROR!!!

¿Dónde está en la Biblia que tienes que amar a ti mismo primero? Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo, y no amarte a ti mismo como a tu prójimo.

Charlando con mi hermana mayor, me ha comentado que van a abrir una mezquita en un templo evangélico en Alemania. Eso es más que chocante. ¡Es de llorar!

¿Adónde estoy viviendo que no estoy ocupando mi lugar en la iglesia? Y no me refiero a la iglesia edificio-hecho-de-ladrillo, digo la iglesia templo del Espíritu Santo, es decir, yo mismo.

¿Cómo puedo vivir fuera de aquello para lo cual he sido creado?

¿Quién está ocupando “ese tabernáculo” por el que Jesús murió en la cruz?

¿Qué música suena dentro de él/en su alma?

¿Qué palabras se oyen saliendo por su puerta/boca?

¿Qué luz sale por sus ventanas/ojos?

¿Qué brillo refleja sus paredes/cuerpo?

¿Quién está vigilando su puerta/corazón?

¿Quién se encarga de su dirección/mente?

¿Qué alimento se está preparando en su cocina/interior?

Amados, NOSOTROS SOMOS LA IGLESIA y tenemos que vivir como tal. Contagiar y atraer a los que se acercan.

Pero no “atraemos ni involucramos” a nadie porque, ¿qué ven cuando nos miran?

Resentimiento, dolor, insatisfacción, frustración, envidia, tristeza, miedo… – la lista puede ser enorme – una iglesia sucia, apagada, sin vida.

Jesús dijo: He venido a traer vida y vida en abundancia. He venido para sanar, curar, libertar, rescatar lo que se había perdido.

¡SALGA DE SU ZONA DE CONFORT!

¡OYE LA VOZ DEL ESPÍRITU SANTO!

Deje tus deseos de un lado, quiera a Dios, ame a Dios, desee a Dios, respire a Dios – viva en la Trinidad – Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

Hoy es el día de limpiar ese tabernáculo y dejar que el “Propietario” le cuide.

Sea usted la Iglesia que contagia, que atrae, que alimenta, que comparte vida y esperanza, sea LLENO DEL ESPÍRITU SANTO, busque sin interés propio ese amor, esa vida. Ame a Dios porque Él es Dios, y no por lo que Él pueda dar u ofrecer.

¡Viva y comparta vida en abundancia!

Elié Ferreira

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