INTERCEDAMOS

Difícilmente las personas que viven de acuerdo a las normas del mundo puedan entender la grandiosa significación que tiene el orar por los demás, por sus necesidades o por sus vidas.

Precisamente esa ignorancia del valor de la intercesión puede ser una de las causantes de las actitudes de indiferencia o desinterés por lo que le ocurre al prójimo.

El individualismo más feroz impera en la sociedad de nuestros tiempos, alejando a las personas unas de otras, primando sobre todo y sobre todos lo personal, lo estrictamente personal.

La oración por el prójimo, por el que nos es conocido o forma parte de nuestra familia o por los hombres y mujeres que habitan una ciudad un país, tiene efectos extraordinarios en el mundo espiritual.

Por tanto una de nuestras mayores demostraciones de amor y misericordia es orar por todas las personas de nuestra relación más cercana y por aquellas que no conocemos y que tal vez no conoceremos nunca.

En el mundo espiritual esto tiene un valor notable porque estamos provocando que el Amor se derrame sobre vidas que precisan que se las recuerde para alejarlas del mal y para acercarlas al Bien.

Intercedamos sin cesar por todas las situaciones, dando gracias por las buenas y clamando por aquellas que superan las capacidades humanas. Oremos porque el Señor siempre escucha a los suyos!.

Hebreos 7:25
Diego Acosta García

APRENDER

Debemos estar dispuestos aprender todos los días? Muchas veces hemos escuchado esta pregunta y también nos la hemos hecho porque pareciera que tiene que haber un momento en que ya sabremos todo.

La infinita Sabiduría que contiene la Palabra de Dios torna imposible suponer que podremos algún día llegar al final de nuestro aprendizaje, porque la renovación de las ideas es permanente.

En el mundo puede ocurrir que una persona pueda decir que en una determinada materia lo sabe todo, pero también se engañará porque nadie puede saberlo todo de todo.

Tendríamos que adoptar la actitud que tienen los niños que aunque no son conscientes de que están aprendiendo, comprenden que deben ir al colegio o al instituto a aprender.

Esta actitud revela una gran dosis de humildad por eso preguntan constantemente, porque no tienen los prejuicios ni les avergüenza, admitir que no saben.

En esa misma posición deberíamos colocarnos nosotros, con una actitud de humildad frente a los que saben más y tratar de profundizar nuestros conocimientos.

Mucho más porque estamos hablando de cosas superiores, de otro orden, como son las cosas de Dios. Es además una gran responsabilidad porque sabiendo podremos enseñar a otros, es decir podremos tener discípulos.

La vida espiritual es un proceso, que podríamos decir se acaba junto con nuestra vida física, del mismo modo deberíamos entender que conocer la Palabra de Dios, forma parte de ese proceso.

Salmos 119:73
Diego Acosta García

REFLEXIONAR

En una clase de estudios bíblicos luego de la primera parte que había sido intensa en nuevos conocimientos, la maestra planteó algo que nos dejó sorprendidos a todos.

Explicó que no bastaba con lo que ella había enseñado, sino que éramos nosotros los que debíamos reflexionar sobre todo lo que habíamos escuchado.

El motivo era muy sencillo: Solamente analizando los conceptos que habíamos aprendido, podríamos hacer un análisis para luego poder explicarlos a otras personas.

Ese principio básico del discipulado que había aplicado Jesús con quienes serían luego los Apóstoles, nos desconcertó al principio, pero luego nos resultó sumamente atractivo.

Debíamos ahondar en Jesús desde la perspectiva del conocimiento y también de la reflexión acerca de cómo había sido su ministerio y cuantas cosas había dejado como legado de mandatos y enseñanzas.

No se trataba solamente de mencionar lo que había dicho sino de reflexionar sobre lo que significaba el nuevo mandamiento del amor y su proyección entre los hombres.

En ese tiempo descubrimos la verdadera magnitud de Jesús, que siendo Dios convertido en Hombre podía agregar este mandamiento fundamental para la relación entre los humanos.

Comprendimos que reflexionar sobre las cosas de Dios era una forma de ampliar las estacas del entendimiento y guiados por el Espíritu poder recibir nuevas revelaciones sobre su Grandeza. Reflexionar es maraviloso!

Proverbios 20:25
Diego Acosta García

DOS MUNDOS

Vivimos con la posibilidad permanente de ser parte de una lucha que se libra no al alcance de nuestra vista, pero que es absolutamente real y tangible.

Estamos hablando de la lucha que debemos mantener como hijos de Dios para vivir en el mundo que nos rodea, para superar todas las dificultades y trampas que se nos plantean a diario.

Jesús oró por nosotros no para que nos quitara del mundo, sino para que nos guardara de allí la importancia que tiene que seamos plenamente conscientes de esta lucha.

Estamos en el mundo para influir, para ser Luz y para ser Sal y por tanto no nos debemos dejar seducir por las argucias del mundo ni por sus atractivos que muchas veces tienen una forma de exhibirse prodigiosa.

Estamos hablando de todas  las atractivas tentaciones que se nos presentan bajo los falsos argumentos que nos inducen a pensar que son para que los hombres vivamos mejor.

Para atraernos a un mundo tan maravillosamente grato en la superficie y tan profundamente cruel en cuanto superamos las pompas de jabón que lo rodean.

No debemos de temer de ser parte de la lucha de lo espiritual contra lo material, porque sabemos que finalmente el Bien prevalecerá sobre el mal y que el triunfo final será de nuestro Señor.

Juan 17:15
Diego Acosta García

AFERRARNOS

Conversando con un hermano que está viviendo una difícil situación personal, comentaba que en tiempos como estos lo único que se debe hacer es no rendirse.

En ese contexto hablaba de su actitud personal ante la adversidad, es decir no entregarse ni al desánimo ni a la apatía, que se podrían justificar plenamente vistas las circunstancias.

Por qué no debemos rendirnos? Esta era la cuestión que se planteaba y afirmaba que él comprendió más que nunca que en la hora de la vicisitud es cuando más nos debemos acercar a Dios.

Esa era la clave para afrontar cualquier situación en la que pensamos que hemos llegado al límite de nuestras fuerzas y cuando comenzamos a dudar acerca de los propósitos del Señor para nuestras vidas.

En cada situación, en cada momento de lucha por difícil y hasta penoso que resulte, siempre encontraremos las razones del Eterno para guiarnos hacia nuevos caminos.

Es en esos momentos cuando no comprendemos lo que está ocurriendo, ni con nuestra vida ni con nuestro llamado ministerial, es cuando debemos apelar sin ninguna clase de reservar a nuestro Creador.

Cuando actuamos de esta manera advertimos que por grande que sea la dificultad, mayor es nuestro Dios y mayor es su Poder frente a cualquier tipo de acechanza.

No nos soltemos de la mano del Señor en ninguna circunstancia, porque aferrados de su mano podremos avanzar aún cuando pensemos que estamos yendo hacia atrás. No lo olvidemos!.

Salmos 9:10
Diego Acosta García

INESTABLES

Hay quienes son extremadamente sensibles a los cambios que se verifican a su alrededor y pasan de un estado de ánimo a otro con la misma facilidad con que se pasan las hojas de un libro.

Resulta evidente que esto no es bueno ni para quienes viven de esta manera ni tampoco para quienes viven a su lado, porque esos continuos cambios crean incertidumbre.

Esta cuestión que parece intrascendente adquiere especial significación cuando se trata de que los cambios afecten no solo a los estados de ánimos sino también a las creencias personales.

En este caso la temática adquiere un valor de otro tipo porque afecta directamente a la naturaleza misma de quienes nos llamamos hijos de Dios y a los fundamentos de esa condición.

Sabemos que el Señor es Inmutable, que no hay vaivenes de ningún tipo y por lo tanto esa condición lo convierte en una sólida Roca en la cual apoyarnos en los momentos de incertidumbre.

De allí que nuestros vaivenes de ánimo puedan ser entendidos, pero no los vaivenes de nuestras creencias porque demuestran que nuestras convicciones no están debidamente afirmadas.

Debemos pensar en estos estados que nos convierten en inestables delante de los hombres, que deberían ver en nosotros a personas seguras y con dominio propio. Si el Señor es nuestra Roca, vivamos afirmados en ella!.  

Deuteronomio 32:4
Diego Acosta García

LO PEQUEÑO


Hace bastante tiempo en una reunión de hombres de la una Iglesia, uno de los asistentes dio una gran lección a todos quienes participábamos, poniendo su propio caso como ejemplo.

Esta persona a punto de jubilarse en su trabajo dijo que él siempre había sido un hombre humilde, que con mucho esfuerzo había conseguido que sus hijos estudiaran y que en el final de su vida laboral se declaraba muy contento.

Esto resultó chocante para la mayoría de los que estábamos en la reunión, sobre todo porque conocíamos que este hombre tenía modestas funciones laborales.

Pero este inolvidable y querido hermano dijo algo más: Soy consciente que en la Iglesia también tengo funciones que muy pocos quieren hacer, pero yo las hago porque es mi manera de servir al Señor, con humildad.

El tono de la reunión cambió radicalmente porque todos nos sentimos afectados por las palabras de este hermano que estaba dando una magistral clase de estudio bíblico sobre la humildad.

En ese mismo día nos preguntamos: Que es la humildad? Somos verdaderamente humildes o buscamos parecer humildes?

La respuesta es tan sencilla y compleja, que podemos caer en la tentación de adecuarla a nuestras circunstancias personales. Pero  la humildad será siempre no buscar más protagonismo que el que el Señor nos mande.

Salmos 10:17
Diego Acosta García

NUESTRO TIEMPO

Cada uno de nosotros seguramente tiene una idea de lo que significa el tiempo, pero rara vez lo relacionamos con nuestra propia existencia, con los años que viviremos.

Será porque desde que comenzamos a tomar conciencia de lo que significa vivir, casi inmediatamente también nos encontramos con la realidad que algún día llegará nuestro final.

Para muchos esta es una cuestión de la que es mejor ni hablar, porque nos remitimos al momento del fin y cuando llegue llegará, teniendo una especie de olvido calculado.

Pero, es esta una manera de enfrentarnos con la realidad de la vida y de su final? Por qué no pensamos realmente en lo que significa el proceso que se inicia cuando nacemos?

Seguramente porque para las personas del mundo, el desconocimiento de todo lo relacionado con la muerte es altamente preocupante, angustiante e incluso aterrador.

Sin embargo para los que hemos tenido el privilegio inmerecido de conocer al Señor, la perspectiva del tiempo se modifica radicalmente, porque sabemos que cuando se termina el tiempo físico comenzará otro, maravilloso.

Por esta razón es que resulta imperioso que llevemos el mensaje de Esperanza a quienes todavía no conocen al Señor, para que comprendan el verdadero valor del tiempo.

Esta misión  nos debe servir para recordar que somos también mayordomos de nuestro tiempo, por el que un día tendremos que rendir cuentas ante el Señor. Vivamos sin miedo y buscando servir cada día más!.

Deuteronomio 32:7
Diego Acosta García

EL MOLDE

Tal vez sin advertirlo tratamos de unificar los criterios con relación a las personas y también a sus modos de obrar, como si tratáramos de establecer un molde que fuera común a todos.

Este sistema de pensar y de obrar desde luego que tiene su buena intención, pero también tiene sus riesgos porque obrando sobre personas que no fuimos creadas iguales, en ningún caso.

El ser parecido a otro, no significa que seamos iguales porque el Creador nos hizo diferentes a todos, con lo que el principio de crear un molde no tiene un buen sustento.

Si no fuimos creados iguales, por qué pretendemos establecer un molde para todos? Creemos que es un intento de lograr que tengamos comportamientos que puedan parecerse a la unidad que se nos reclama.

Pero si analizamos tanto el molde como la unidad, advertiremos que espiritualmente también son incompatibles. La tan necesaria unidad se conseguirá por los objetivos comunes, en la mayoría de los casos.

Buscar la unidad a través de un molde que ajuste las maneras y las actitudes de los demás, difícilmente conseguirá otra cosa que poner en práctica intentos que en la vida de los países resultaron un gran fracaso.

Respetemos lo que el Eterno ha creado, sabiendo que no somos iguales y que las diferencias contribuyen a que desarrollemos no solo la paciencia y la tolerancia, sino también el Amor y la Misericordia.

Efesios 2:10
Diego Acosta García

ABATIMIENTO?

Un hermano comentaba que se había apoderado de su ánimo un gran abatimiento al ver todas las cosas que ocurren en el mundo y que no podemos controlar.

Estaba seguro que además nada se podía hacer por lo que ocurría y se preguntaba cuál era el papel que teníamos los creyentes frente a todas esas cuestiones tan tremendas.

Eso era abatimiento… un sin saber de cómo enfrentar a una realidad que efectivamente, puede tener efectos paralizantes sobre nuestras vidas si permitimos que nos dominen las circunstancias.

De eso precisamente nos habla la Palabra, cuando nos advierte que debemos volar como águilas y no dar saltitos como aves de corral, porque hemos sido llamados a volar alto y no a estar en la tierra.

Es probable que este tipo de situaciones nos ocurran cuando no somos capaces de advertir que estamos participando de una lucha entre el Bien y el mal.

Que formamos parte del Ejército del Bien y que nuestro General es el triunfador final en esta batalla, que es verdad que nos puede intimidar, pero por eso es necesario recordar en todo momento quién es el Señor y cuál es su Poder.

No se trata de vivir alocadamente y menos de dar batallas por nuestra cuenta, pero sí es necesario advertir que de nuestra entereza se servirá el Eterno. No miremos las circunstancias, miremos hacia lo Alto.

Salmos 136:23
Diego Acosta García