JESÚS Y LA VIDA
El Hijo del Hombre nos advirtió que:
todo el que procuresalvar su vida,
la perderá
y todo el que la pierda,
la ganará.
PAN DE VIDA
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El Hijo del Hombre nos advirtió que:
todo el que procuresalvar su vida,
la perderá
y todo el que la pierda,
la ganará.
PAN DE VIDA
El 24 de Diciembre
conmemoramos el nacimiento de Jesús,
de Dios hecho hombre nacido de Mujer,
nuestro Salvador,
el que representa las buenas nuevas para los hombres.
Diego Acosta – MENSAJE
Iniciamos el mes de diciembrre
que marca el final del año en que vivimos.
La tragedia de una invasión y guerra en Europa,
marca el punto más alto de la tensión mundial.
Mientras tanto, ayudemos al Prójimo
como nos mandó Jesús.
Diego Acosta – BLOG del TIEMPO
DEVOCIONAL
La frase que muchos creyentes utilizamos con frecuencia de que…ha partido con el Señor, la debo repetir con pena por una ausencia, pero con la seguridad de que es muy cierta.
Hemos perdido a una querida anciana que ha dejado el legado más valioso que se puede ofrecer: El de su sonrisa a pesar de los pesares y el de sus oraciones, impresionantes por la fe que traslucían.
Su serena expresión, aún cuando sufría un gran dolor físico, nos dejó la enseñanza de que la entereza no proviene de nuestro temperamento, sino que es parte del consuelo del Dios Soberano.
Frente a su humildad, nos produce profunda tristeza tanto ególatra vanidoso, que no solo busca el reconocimiento tras su muerte, sino que lo busca en vida.
La querida hermana que perdimos, es un maravilloso ejemplo, porque su vida fue un testimonio de fe y generosidad, que fue inspirada por la Palabra de Dios.
Mateo 11:29
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón;
y hallaréis descanso para vuestras almas;
Diego Acosta / Neide Ferreira
No cometamos el error de confudir
tener corazón de niños con infantilismo.
Jesús nos enseñó que debemos tener
corazón de niños para entrar al Reino de los Cielos
y Pablo nos advirtió
que no nos comportemos como niños.
Diego Acosta – MENSAJE
CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO
Jesús nos enseñó que si conociéramos la Verdad,
la Verdad nos hará libres.
Una enseñanza fundamental
para vivir en la Tierra
y para amar y cuidar al Prójimo.
PAN DE VIDA
La Des-esperanza es lo opuesto a la Esperanza,
es la forma en la que vive el mundo,
rechazando a Dios, negándolo
o rebelándose contra ÉL.
Hay una nueva forma de vida con Jesús y el Padre.
Diego Acosta – MENSAJE
CONGREGACIÓN
SÉPTIMOMILENIO
Jesús dijo que difícilmente entrará un rico
en el Reino de los Cielos.
Es más fácil pasar un camello
por el ojo de una aguja,
que entrar un rico en el reino de Dios.
PAN DE VIDA
TEXTO EN ESPAÑOL
¡Gracia y Paz, una vez más, os sean multiplicadas por el pleno conocimiento del Señor Jesús! Nuestro tema de hoy es la Alegría. Empiezo preguntando: ¿Debe el salvo en Cristo ser una persona feliz o una persona triste? ¿Es Dios un Ser feliz o triste? ¿Era Jesús, como Hombre, feliz o triste? El gozo de los salvos es distinto al de los impíos. Nuestro gozo viene del Espíritu Santo, no de las bromas televisivas, ni de la prosperidad material, ni de la salud o de los chistes de los hombres. Considerando que una persona con rostro alegre expresa el gozo de la salvación, y tal gozo atrae a las personas y es testimonio de vida, ¿por qué vivimos tristes, ceñudos y con la cara seria? Pensemos en el gozo de Dios. Por ejemplo, en la parábola del hijo pródigo, cuando el hijo volvió a casa, ¡qué alegría hubo en esa casa! Qué alegría en el cielo, dice la Biblia, cuando un pecador se arrepiente. Cuando nació Jesús, los ángeles saludaron a los pastores diciendo: «¡He aquí, os traigo buenas nuevas de gran alegría!». Apocalipsis 19:7 habla de regocijo en el cielo por las bodas del Cordero. Naturalmente será una alegría tremenda, la de esa fiesta. ¿Por qué debemos estar alegres? ¡Porque hemos sido convertidos en hijos de Dios! Esta es la bendición principal. Transformados por el nuevo nacimiento, por supuesto. Gritemos con alegría: «Somos hijos de Dios, no solo siervos». Hijos del Gran Dios Altísimo. Somos hijos de Aquel que es más grande que el sol, la luna y los vientos, sean suaves o los grandes tifones. Ya sean tornados o tormentas. Somos hijos del Creador de océanos y mares, ríos y montañas. De los más bellos bosques y flores. Él más grande que el oro, más grande que la plata y las piedras preciosas, porque fueron creadas por Él. Mayor que el poder de las bombas nucleares y las guerras. Mayor que cualquier poder social y económico del mundo. En resumen: somos, además de hijos, coherederos con Cristo de todas las cosas en el cielo. Por qué, entonces, no proclamar a todo pulmón: somos poderosos por Dios, y el futuro es de Cristo y nuestro también. Sí, lo somos no por mérito propio, es cierto, sino por la inconmensurable gracia divina. Vivimos en un mundo gris y triste, contaminado, amenazante. Un mundo de disputas y guerras, de millones de abandonados y fugitivos de sus propios países, de podredumbre moral y social. Pero nosotros somos, como Iglesia de Cristo, hijos adoptivos y eternos del Gran Dios. Así que estemos alegres y mostremos alegría. Porque ella es nuestra fuerza y la puerta que se abre a este mundo desabrido y triste. Y es también una forma de predicar el Evangelio. Jesús fue ciertamente una persona alegre, cuando fue hombre, con semblante alegre. Por lo tanto, incluso los niños y los adultos, que temen a los desabridos, se sienten atraídos por Él. ¿Quieres ganar almas para Cristo? Además de predicar la Palabra, gózate también en las aflicciones y tribulaciones. El Evangelio significa “Noticia de gran alegría”. Dios está gozoso, porque Él creó el gozo, y ciertamente tiene un humor agudo y santo. Es fácil saber si la persona está constantemente triste o feliz. Basta con mirar ciertas arrugas en la cara. Muchas en la frente y entre los ojos, significan tristeza. En los costados de los ojos, es alegría. Claro que hay que saber cuál es la fuente de la alegría. Por supuesto, hay momentos de tristeza y lágrimas en la vida, pero también momentos de alegría. Hay una carta en el Nuevo Testamento que es la más gozosa de todas: la carta a los Filipenses. Pablo cita la palabra “alegría”, regocijarse y alegrarse 12 veces. En los Salmos, el tema de la alegría es tratado 66 veces en todos ellos. Isaías 61 dice que Jesús vino a traer el aceite de alegría en lugar de tristeza. Tenemos que acostumbrarnos a ser y estar alegres, porque en el cielo habrá gozo constante y gozo eterno. Proclamemos, pues, para que los demás oigan: Somos hijos del Gran Dios en Cristo, por eso nos alegramos. Del Pastor Autilino para la Gloria de Dios. Amén.
DEVOCIONAL
Tengo un vecinito que ha cumplido un año y al que conozco desde el vientre de su madre. Ha resultado una Gracia verlo crecer y llegar hasta este tiempo, cuando se ha convertido en una deliciosa criatura.
La sonrisa con la que recibe las atenciones que le prodigo, me llevan a pensar en el momento en que Jesús pidió a los discípulos que dejaran que llegaran a ÉL los niños.
Seguramente porque son los portadores de los sentimientos genuinos, sin la influencia del mundo ni tener todavía la capacidad para la maldad.
Y también por esas razones les explicó a los discípulos que debíamos ser como niños, para entrar en el Reino de los Cielos. Esto no significa ser infantiles, sino hombres y mujeres de corazón como niños.
La sonrisa de mi vecinito me recuerda cada vez que lo veo, la urgente necesidad de abandonar todo vestigio de hombre viejo, para nacer de nuevo cada día.
Lucas 18:17
De cierto os digo,
que el que no recibe el reino de Dios como un niño,
no entrará en él.
Diego Acosta / Neide Ferreira