Recuerda: BÁSTATE

Recuerda: BÁSTATE

DEVOCIONAL 

En horas de padecimiento y clamando al Señor por su ayuda, vino a mí aquella frase que recibió Pablo cuando en una situación semejante pidió alivio para su aguijón: Bástate mi Gracia…

Cuando se vive la experiencia causa un cierto estupor que a un pedido de alivio, la respuesta sea esa,,, pero en el fondo y quitando cualquier intento de desdramatizar la situación, es una respuesta maravillosa.

Esa es la gran diferencia de cuando vivíamos en los crueles vaivenes del mundo. Sufríamos y no teníamos forma de recibir ni alivio ni mucho menos consuelo. Así fue como aprendimos que en ese mundo de promesas vanas, no hay nada que nos ayude cuando verdaderamente lo precisamos. 

Por tanto apartando la queja de nuestra humana condición, demos Gracias al Todopoderoso por recibir  su Consuelo y su Aliento. Nada hay más Poderoso que el Amor de Dios y la profunda Compasión de su Hijo.

En la hora del sufrimiento, recordemos las palabras que recibió Pablo: Bástate mi Gracia y  cambiará nuestra perspectiva de la vida y pasaremos de las pequeñeces del mundo material y la Grandeza Infinita del Reino Espiritual. 

2 Corintios 12:9
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Diego Acosta / Neide Ferreira

votos y oracion

VOTOS Y ORACIÓN

LA OTRA HISTORIA

Este año tiene la singularidad de que alrededor de la mitad de la población mundial deberá participar de elecciones para consagrar nuevas autoridades.

Esta circunstancia es realmente sorprendente porque en mucho tiempo no se había planteado una situación semejante, restando en lo que falta de 2024 la convocatoria en países muy poblados.

Ante ello los cristianos debemos orar clamando por las autoridades elegidas o a elegir. Es una de nuestras grandes responsabilidades como miembros de la sociedad.

Recordamos lo que Pablo escribió en su Carta a los Romanos Capítulo 13, del 1 al 3: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.  De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.  Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella.

Diego Acosta

que es el espiritu

QUE ES EL ESPÍRITU?

EL ESPÍRITU SANTO

Integra la Santísima Trinidad, junto al Padre y al Hijo. Comparte la condición de Eterno y es fundamental en la vida de los seres humanos.

En el Nuevo Testamento, la palabra griega pneuma identifica al Espíritu y lo ubica en una relación especial con el alma. Pero es por el Espíritu, que los hombres nos podemos relacionar con Dios.

Pablo en su Carta a los Romanos en el capítulo 8 versículos 14-16 nos enseña: Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. 15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

El Espíritu tiene el Poder de iluminar nuestra alma y también de vivificarla divinamente. Por tanto el Espíritu debe prevalecer en todos nuestros hechos como seres humanos.

Pablo en su Carta a los Efesios en 4:29 nos enseña: ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

El Espíritu es el Consolador prometido por Jesús antes de su partida para sentarse junto al Padre en el Trono de la Gloria. De allí la importancia que tiene el glorioso cumplimiento de esta promesa en Pentecostés.

El propio Jesús nos dejó una severa advertencia sobre el Espíritu, en Mateo 12:32: A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

Hasta aquí hemos cumplido un pequeña parte del propósito, de que no perezcamos por falta de Conocimiento.

Diego Acosta