EL TEMPLO VIVIENTE

DEVOCIONAL

En el primer Libro de Reyes se nos reveló que Salomón tardó siete años, en construir el Templo que su padre el rey David le encomendó para que en él fuera honrado el Eterno.

Todos los materiales que se emplearon fueron los mejores y los artesanos fueron elegidos con el mayor cuidado para que también fueran los más sabios en su utilización.

Haciendo una analogía, bien podríamos hablar de nosotros mismos, que somos el Templo viviente del Espíritu Santo!

Hemos dedicado lo mejor de nosotros en este templo tan singular?

Lo estamos cuidando con el esmero que este preciado lugar se merece?

Estas son las grandes preguntas que me hago cada día, para que el templo que es mi propio cuerpo, esté lo menos mancillado posible y para que la honra hacia Dios pueda ser auténtica.

Es demasiado importante lo que debo hacer, como para distraerme o como para no dedicar todo mi empeño en la obra de preservarlo de las maldades del mundo y de mis propias maldades.

En hacerlo debo emplear el resto de mis días!

1 Reyes 6:38
Y en el undécimo año, en el mes de Bul, que es el mes octavo,
fue acabada la casa con todas sus dependencias,
y con todo lo necesario.
La edificó, pues, en siete años.

Diego Acosta / Neide Ferreira

EL MANDATO DE SALOMÓN

DEVOCIONAL

El admirable mandato que recibió Salomón de su padre, para que levantara el Templo que se consagraría a Jehová, nos lleva a algunas reflexiones.

Si grandiosa era la obra física, no menos grandiosa resultó la obra espiritual, ya que el hijo de David debía prepararse para afrontar una responsabilidad de tan alto contenido.

El rey le dijo que no desmayara, que no temiera y que se esforzara, en el cumplimiento de la gran tarea que se le encomendaba.

Si llevamos este episodio a nuestra vida personal, también tenemos la alta responsabilidad de erigir el templo para el Espíritu Santo.

Solo que en este caso el templo somos nosotros mismos y de allí la necesidad de aspirar a ser dignos de semejante honor y también a ser íntegros en la cotidiana tarea de levantar el templo espiritual.

Por estas razones no debemos desmayar ante la adversidad ni ante los tropiezos, porque del mismo modo como Salomón tenía el respaldo de Jehová, tenemos sobre nosotros el del Espíritu.

1 Crónicas 24:13
Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra
los estatutos y decretos que Jehová mandó a Moisés para Israel.
Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.

Diego Acosta / Neide Ferreira

SATANÁS TIENTA A JESÚS

Satanás sigue buscando tentar al Hijo del Hombre, en su intento de no permitir el cumplimiento del Plan de Salvación para la especie humana.

MATEO 4:5 Es altamente significativo el cambio de escenario. Jesús es llevado del desierto donde el diablo fracasó en su primer embate, hasta la Ciudad Santa. Ésta, no es otra que Jerusalén, la ciudad desde la que gobernara el rey David a Israel, hacía en ese tiempo más de mil años. Una vez más queda de manifiesto el carácter de sagrado que tiene para los judíos, despejando cualquier duda que se pueda plantear acerca de que también puede ser pretendida por los árabes.

El pináculo del Templo probablemente era un pórtico de la esquina SE de este lugar sagrado para los judíos y desde esa posición la altitud del muro hasta el río Cedrón, tenía aproximadamente 117 metros según lo atestigua el historiador Josefo.

MATEO 4:6 Satanás vuelve a desafiar a Jesús, poniendo en entredicho su condición de Hijo del Padre y lo insta a que se lance al vacío, volviendo a citar textos del Antiguo Testamento. En la primera frase, utiliza parcialmente el Salmo 91:11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.

A continuación vuelve a citar con mínimos cambios al Salmo 91:12 En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.

Se ha destacado la astucia de Satanás en su desafío a Jesús, ya que no solo lo cambia de escenario, del desierto a Jerusalén, sino que lo lleva hasta el pináculo del Templo. Y una vez más se puede apreciar el conocimiento profundo que tiene de la Palabra de Dios, ya que se permite alterar parcialmente el Texto original.

Diego Acosta

LA DECISIÓN

DEVOCIONAL

David le expuso a Jehová que había reunido importantes cantidades de dinero y también de materiales para construir el Templo.

Estaba explicando lo que estaba en su corazón de ser el hombre que levantaría el Templo que se consagraría para guardar el Arca y honrar al Eterno.

Este plan del rey no fue aprobado por Jehová y en cambio le anunció que sería su hijo quién haría la obra tan relevante para Israel, por cuánto sería un hombre de paz y no de guerra.

Profundizando en la cuestión, es para tener en cuenta cómo pueden ser de diferentes las propuestas que haga a título personal, con lo que Dios pueda disponer.

No basta con desearlo ni con haber trabajado duramente por realizarlo, si no está bajo la Voluntad del Supremo, porque ÉL conoce mi corazón y por tanto sabe de mis intenciones y de mis propósitos.

El caso del rey David y el Templo, bien puede aplicarse a mi vida desde la perspectiva de entender que ningún plan o proyecto es tan importante, como para no estar bajo la Autoridad del Padre.

1 Crónicas 22:16 
Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestros ánimos en buscar a Jehová vuestro Dios; y levantaos, y edificad el santuario de Jehová Dios, para traer el arca del pacto de Jehová, y los utensilios consagrados a Dios, a la casa edificada al nombre de Jehová.

Diego Acosta / Neide Ferreira

El Propósito para las flores – La Creación – 705

En la Biblia podemos encontrar varios pasajes
en donde se destaca

la importancia y el simbolismo de las flores.
Para adornar el Templo en los Libros de Éxodo y Números
para exaltar la vida en el Cantar de los Cantares.
Todo tiene un Propósito en la Obra del Eterno.
LA CREACIÓN

CONDICIONAL

CONSIGNA: SER PRUDENTES Y ESCUDRIÑAR

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Una alabanza muy escuchada en las congregaciones, dice: Si mi pueblo se humillare…y buscare mi rostro, sanaré su tierra.

Siempre me ha impresionado como el Eterno condiciona su actitud, a la de su pueblo para que se humillare y buscare su rostro, apartándose de sus malos caminos.

Ese condicional nos indica que Dios siempre está dispuesto a extender su Misericordia sobre las joyas de su Creación, pero también no deja de recordar que nunca tolerará ni el pecado ni las malas acciones.

Si esto fue así en los tiempos en los que el pueblo judío luego de la destrucción del Templo y del exilio en Babilonia, se disponía a iniciar una nueva etapa histórica.

Lo esencial era ser fieles al Supremo y también cumplir con rigor lo que le había demandado para poder asumir el papel que se le había asignado como Pueblo elegido.

No son parecidas las circunstancias?

No ha habido destrucción del Templo ni tampoco exilio, pero sí que los hombres debemos iniciar un nuevo tiempo a partir de la plaga que nos está azotando. Es el tiempo de humillarse, de buscar a Dios y de creer que ÉL sanará la tierra.

2 Crónicas 7:14
Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado,
y oraren, y buscaren mi rostro,
y se convirtieren de sus malos caminos;
entonces yo oiré desde los cielos,
y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

2 Crônicas 7:14
E se o meu povo, que se chama pelo meu nome,
se humilhar, e orar, e buscar a minha face,
e se converter dos seus maus caminhos,
então, eu ouvirei dos céus, e perdoarei os seus pecados,
e sararei a sua terra.

 

Diego Acosta / Neide Ferreira

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LINO

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

Las cuestiones relacionadas con la Santidad de Dios, son tan relevantes que su Palabra nos revela hasta los cuidados más detallados  que debían cumplir quienes servían en el Templo.

Uno de esos detalles era el de que las vestiduras de los sacerdotes debían ser de lino, para preservar al máximo la higiene personal de quienes servían en tan altas funciones.

Dios es un Dios de grandes y de pequeños detalles.

Tanto unos como otros, responden a que su Majestad es tan elevada con relación a los hombres, que debe enseñarles acerca de como la deben considerar y de cómo deben preservar ellos mismos su aseo personal.

Trazando una alegoría con todo lo expuesto, podríamos preguntarnos: Cómo somos de cuidadosos con el templo que simbolizamos con nuestro cuerpo?

Esta cuestión que puede parecer ajena al sentido de todo lo que se nos indica en el Antiguo Pacto, tiene no solo el valor de la simbología sino también el valor de la realidad.

Algo que en la práctica debemos de hacer efectivo en cada uno de nuestros actos, de ahí que resulte más que conveniente que consideremos que el lino tiene sus especiales virtudes.

Una de ellas es la de evitar que ante el esfuerzo, nuestro físico produzca los efectos considerados como efluvios que pueden afectar la limpieza del Templo.

Qué Templo?

El Templo que simbolizamos con nuestro cuerpo. De allí su importancia y de allí también la necesidad de que somos la Iglesia viva, la que está encarnada con nuestra propia existencia.

Por eso es que se nos enseña que es errado decir que vamos a la Iglesia, cuando en realidad deberíamos decir que vamos al culto, porque nosotros mismos somos la Iglesia viviente.

Razón más que suficiente para que cuidemos nuestro cuerpo, con el mismo esmero que el Eterno demandaba a quienes cumplían funciones en el Templo.

El lino representa de esta manera el nivel que el Supremo reclama de quienes le servimos cotidianamente, para que seamos dignos de tan alta distinción.

Somos Mayordomos de nuestro cuerpo material, porque somos el Templo viviente de la Iglesia que Jesús estableció en la Tierra. Razón de más para que usemos el lino simbólico de nuestra santidad.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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JUDAS MACABEO RECONQUISTA Y PURIFICA EL SEGUNDO TEMPLO DE JERUSALÉN

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HACIENDO MEMORIA – DCLXLIII

21 de Noviembre de 165 a.C.

El líder de la revuelta de los judíos contra los griegos seleúcidas, purifica el Templo levantado por Zorobabel en la Ciudad Santa.

El tercer hijo del sacerdote Matatías luchó con denuedo contra los griegos, reconquistando Jerusalén y poniendo nuevamente al Templo como centro espiritual del pueblo hebreo.

Los hebreos recuerdan este episodio con la fiesta de Janucá, en la que se encienden ocho luces en un candelabro de nueve. Se recuerda así el milagro de que con una exigua cantidad de aceite, la lámpara del Templo alumbró durante ocho días.

Diego Acosta

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