NUEVO SIGNIFICADO

JESÚS Y MATEO

El Príncipe de Paz establece con su expresión Bienaventurados una profunda revisión de lo que significa la Justicia, porque para los pobres hay una esperanza.

Y esta afirmación se basa en la paciencia que debemos de tener para no caer en la amargura ante la adversidad, teniendo la confianza para entregar nuestras luchas y nuestros desafíos en sus manos, porque sabemos que ÉL nos juzgará rectamente.

Esta nueva posición ante la Justicia nos permitirá vivir en medio de las decisiones adversas de los hombres, pues sus ofensas o faltas de reconocimiento, no nos afectarán.

Así podemos entender qué si aceptamos perder cosas en la tierra y entre los hombres del mundo, las recibiremos luego en el Reino de Dios.

Bienaventurados son los hombres que son transformados por el Poder del Mensaje de Jesús y tienen por tanto una nueva vida con una nueva forma de vivir.

Debe recordarse que el uso de Mateo de la expresión de Reino de los Cielos, obedece a la circunstancia que los judíos no mencionan por respeto a Dios.

Diego Acosta

 

LOS TRANSGRESORES

DEVOCIONAL

Recuerdo una campaña política que estuvo basada en la afirmación que hacía el principal candidato, de que era un transgresor.

En cierta forma esta manera de expresarse resultó muy atractiva para miles de personas, que veían en este dirigente político, tal vez un reflejo de lo que les gustaría hacer y no hacían.

Muchos años más tarde cuando acepté al Señor, comprendí el grave error que cometimos todos. Uno por ser transgresor y los otros, por compartir sus dichos y no rechazarlos.

Esta peligrosa forma de obrar revela hasta qué punto no somos capaces de advertir los graves riesgos que tiene, no saber discernir lo malo de lo bueno.

Un transgresor no es otra cosa que un hombre o una mujer, que no acepta el orden de Dios y por tanto convierte en rebeldía la mayoría de sus hechos.

Los herederos del Reino seremos los obedientes al Eterno, no los transgresores.

Éxodo 39:42-43
En conformidad a todas las cosas que Jehová había mandado a Moisés,
así hicieron los hijos de Israel toda la obra.

Y vio Moisés toda la obra,
y he aquí que la habían hecho como Jehová había mandado;
y los bendijo.

Diego Acosta / Neide Ferreira

 

 

 

EL BUEN GESTO

DEVOCIONAL

Siempre admiré la humildad de un siervo de Dios, que mientras todos disfrutábamos de la koinonia de una reunión en el templo, él estaba solucionando un problema que había surgido en uno de los baños.

Lo hizo con discreción y en silencio, sin comentar ni una palabra cuando terminó y se volvía a poner la corbata y la chaqueta que vestía ese domingo.

Cuando me enteré lo que había ocurrido me acerqué a él y lo primero que me dijo, es que no hablara ni una palabra con nadie acerca del problema y de como lo había solucionado.

Pensando en esto, me produce una profunda tristeza cuando observo a quienes se supone que sirven a Dios, que más que al Eterno sirven a su propia vana-gloria.

También es verdad que cada uno tendrá su recompensa, recordando que los humildes de la Tierra, serán exaltados en al Reino, que es la más grande a la que podamos aspirar los humanos.

1 Juan 2:16
Porque todo lo que hay en el mundo,
los deseos de la carne, los deseos de los ojos,
y la vanagloria de la vida,
no proviene del Padre, sino del mundo.

Diego Acosta / Neide Ferreira

 

 

 

PARA EL REINO

DEVOCIONAL

Pertenezco al grupo de personas que cada tanto se pregunto: para quién estoy trabajando?

Y no busco las respuestas fáciles ni las oportunas, sino aquellas profundas que sin ninguna clase de dudas, puedo presentar ante el Santo de Israel.

Esta forma de proceder solo busca controlar mi corazón, para que las influencias del mundo no me afecten ni me hagan acomodar a lo que resulta mejor para mis propios intereses.

En eso consisten las trampas que las seducciones mundanas nos pueden llegar a influir, porque dejamos de lado lo esencial y nos preocupamos por los mezquinos afanes de vana-gloria.

Cuando no tengo claro que las respuestas no son las correctas, me preocupo y pido ayuda al Eterno, para que me haga volver al Camino verdadero y poder esquivar los traicioneros atajos de Satanás.

Trabajar para el Reino y es lo único válido que debemos hacer, aunque todo lo demás nos pueda resultar conveniente o satisfacer nuestra vanidad.

Mateo 6:33
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas.

Diego Acosta / Neide Ferreira

EL VIENTO

DEVOCIONAL

En su diálogo con Nicodemo, Jesús habló con relación a las cosas materiales y a las espirituales. Y nos dejó la idea de que quienes no entienden las cuestiones espirituales, de la carne son y pertenecen al mundo material y por tanto no pueden entrar en el Reino de Dios.

Y también habló del viento al que no vemos pero sí percibimos, sin saber de donde viene y ni a donde va, utilizando un ejemplo eficaz para quienes sabían griego, porque viento es similar a Espíritu en ese idioma.

Los que sí hemos nacido de nuevo, sabemos que a veces el Espíritu es como una suave brisa que mece las copas de los árboles y en otras, es como un viento recio que las agita y las hace estremecer provocando el ruido tan especial que se produce.

Cuando percibo que hay viento, me acuerdo de Jesús y del judío Nicodemo, porque muchas veces el Espíritu me ha hablado con un susurro casi inaudible y en otras, me ha estremecido con la fuerza de su intensidad.

Suave o recio, siempre me es bueno percibir la acción del Espíritu en mi vida!

Juan 3:8
El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido;
mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va;
así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

Diego Acosta / Neide Ferreira

 

QUE BUSCAMOS…?

DEVOCIONAL

Muchas veces me pregunto: Estoy buscando expandir el Reino de Dios o me estoy preocupando por hacer más grande mi propio reino personal?

Es una pregunta molesta, irritante!

Pero que confronta las intenciones del corazón y como casi siempre el problema no es tanto la pregunta, sino las respuestas que podamos dar delante del Eterno.

A partir del Mandato de Jesús de llevar el Evangelio hasta los confines de la tierra, es legítimo que nos preocupemos por hacerlo, pero sabiendo siempre que estamos siendo verdaderamente fieles.

Las dudas sobre qué es lo que realmente estoy haciendo, es lo que prepara la tierra para que los falsos profetas vengan con sus mensajes tan exitosos como peligrosos.

Cada uno debe pensar en las intenciones de su corazón, porque es evidente que podemos engañar a muchos, pero no podremos nunca engañar ni una sola vez al Eterno.

No debo desafiar al Altísimo!

Ezequiel 13:10
Sí, por cuanto engañaron a mi pueblo, diciendo: Paz,
no habiendo paz; y uno edificaba la pared,
y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto,

 Diego Acosta / Neide Ferreira

LA FE Y EL HOMBRE NUEVO

DEVOCIONAL

Pensaba sobre las razones que nos impiden  convertirnos en hombres y mujeres nuevos. Y son muchas las que puedo mencionar, pero ninguna tan importante como la de la falta de fe.

En que consiste la falta de fe?

En algo tan simple como profundo. A pesar de todo lo que Dios ha hecho en mi vida, al menor problema o situación adversa, me surgen las dudas.

Y entonces mi fe se debilita, porque mi mente toma control sobre mi espíritu y comienzan a florecer los planes humanos, vuelven a dominar las ideas del pasado.

Lo que debería ser Luz, se vuelve claroscuro y entonces es cuando pienso, será que Dios me ha abandonado? Se habrá olvidado de mí? Donde lo encontraré?

Pero esas preguntas que me permito plantear a Dios, son las que me debería formular, en forma directa. Cuándo me comencé a apartar del Eterno? Cuándo comencé a olvidar el sacrificio de Jesús?

MI fe volverá a crecer cuando me arrepienta de mi incredulidad y cuando clame al Señor para que me fortalezca. Y entonces seré un hombre nuevo…

Hechos 14:22
C
onfirmando los ánimos de los discípulos,
exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles:
Es necesario que a través de muchas tribulaciones
entremos en el reino de Dios.

 

Atos 14:22
Confirmando o ânimo dos discípulos,
exortando-os a permanecer na fé,
pois que por muitas tribulações
nos importa entrar no Reino de Deus.

 

Diego Acosta / Neide Ferreira