RETENER EL BIEN
DEVOCIONAL
Que doloroso resulta comprobar que un día pudimos hacer el bien y no lo hicimos. Como lamentaremos esta situación, que afectó al Prójimo.
Cada vez que pienso en esta cuestión, mi corazón se estremece de pesar, porque por una injusta decisión hubo alguien que no pudo recibir lo que estaba en mi mano darle.
Por qué se obra de esta manera tan equivocada?
Hablando por mí podría decir que hay algo de maldad en el proceder, porque he cerrado mi puño cuando debí abrir mi mano con generosidad.
Sería como aquel que retiene algo que le agrada pero que no le pertenece y entonces trata de tenerlo en su poder todo el tiempo posible.
Pero luego llega la hora del arrepentimiento, de la tristeza porque hemos privado al Prójimo algo que era legítimamente suyo porque eso era lo que Dios había dispuesto que tuviera.
Me humillo ante el Eterno y pido perdón por mi necedad y por la falta de grandeza en la hora de la bondad.
1 Timoteo 6:18
Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras,
dadivosos, generosos.
Diego Acosta / Neide Ferreira