OTRO MILAGRO MÁS…

DEVOCIONAL

Creo que por causa de mi incredulidad, Dios persevera generosamente en mostrarme las evidencias de su Majestad y de su Amor por los más débiles.

En un episodio francamente menor, clamé a su Autoridad para mejorar una situación que no era grave pero que me afligía.

Y así ocurrió.

De una manera imposible para la lógica humana y tras clamar por última vez, afronté la situación y con tremenda sorpresa y gran alegría comprobé una vez más el Poder del Eterno.

Lo que me afligía mejoró a pesar de mis dudas, lo que me hizo reflexionar acerca de lo que a veces pedimos al Señor y como su Misericordia se muestra obrando en nuestras vidas.

Nada hay más elocuente para quienes dudamos, que la evidencia del Poder del Altísimo que como viento recio borra todas las dudas y flaquezas y hace resplandecer su Majestad. Gracias y Gloria a ÉL por otro milagro más.

Efesios 6:10
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor,
y en el poder de su fuerza

Efésios 6:10   No demais, irmãos meus, fortalecei-vos no Senhor
e na força do seu poder.
 

Diego Acosta / Neide Ferreira

LAS LEYES HUMANITARIAS

DEVOCIONAL

En el Libro de Deuteronomio, podemos aprender las normas que Jehová dio a los hombres, en el pasaje que se conoce como las Leyes Humanitarias.

Normas que tienen miles de años, pero que siguen teniendo vigencia espiritual, porque de ellas se puede aprender a obrar según lo que Dios ha establecido.

Una de esas normas establece que quién entre en un viñedo, podrá comer hasta saciarse, pero no podrá poner un solo racimo en su  cesta.

Con el mismo criterio se enseña para que quienes entren en un plantío de trigo, puedan recoger las espigas con sus manos, pero no utilizar la hoz para cegarlas.

Son principios que pueden sorprender por en estos tiempos, pero de obligatorio cumplimiento, cuando hablamos de lo que tenemos y de cómo podemos ayudar al Prójimo necesitado, con lo que el Eterno nos ha dado.

Deuteronomio 23:24-25
Cuando entres en la viña de tu prójimo,
podrás comer uvas hasta saciarte; mas no pondrás en tu cesto.

Cuando entres en la mies de tu prójimo,
podrás arrancar espigas con tu mano;
mas no aplicarás hoz a la mies de tu prójimo.

Deuteronômio 23:24-25
 Quando entrares na vinha do teu próximo,
comerás uvas conforme o teu desejo até te fartares,
porém não as porás no teu vaso.
Quando entrares na seara do teu próximo,
com a tua mão arrancarás as espigas,
porém não meterás a foice na seara do teu próximo.

Diego Acosta / Neide Ferreira