el valor del perdon

EL VALOR DEL PERDÓN

El perdón es una de las expresiones mayores del Amor,
razón por la que nos es tan difícil perdonar
como pedir perdón.
Más difícil todavía es pedir perdón
a quienes nos causaron daño,

por los pensamientos que tuvimos hacia ellos.
Diego Acosta – MENSAJE

la fe y el hombre nuevo

LA FE Y EL HOMBRE NUEVO

DEVOCIONAL

Pensaba sobre las razones que nos impiden  convertirnos en hombres y mujeres nuevos. Y son muchas las que puedo mencionar, pero ninguna tan importante como la de la falta de fe.

En que consiste la falta de fe?

En algo tan simple como profundo. A pesar de todo lo que Dios ha hecho en mi vida, al menor problema o situación adversa, me surgen las dudas.

Y entonces mi fe se debilita, porque mi mente toma control sobre mi espíritu y comienzan a florecer los planes humanos, vuelven a dominar las ideas del pasado.

Lo que debería ser Luz, se vuelve claroscuro y entonces es cuando pienso, será que Dios me ha abandonado? Se habrá olvidado de mí? Donde lo encontraré?

Pero esas preguntas que me permito plantear a Dios, son las que me debería formular, en forma directa. Cuándo me comencé a apartar del Eterno? Cuándo comencé a olvidar el sacrificio de Jesús?

MI fe volverá a crecer cuando me arrepienta de mi incredulidad y cuando clame al Señor para que me fortalezca. Y entonces seré un hombre nuevo…

Hechos 14:22
C
onfirmando los ánimos de los discípulos,
exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles:
Es necesario que a través de muchas tribulaciones
entremos en el reino de Dios.

 

Atos 14:22
Confirmando o ânimo dos discípulos,
exortando-os a permanecer na fé,
pois que por muitas tribulações
nos importa entrar no Reino de Deus.

 

Diego Acosta / Neide Ferreira

otro milagro mas

OTRO MILAGRO MÁS…

DEVOCIONAL

Creo que por causa de mi incredulidad, Dios persevera generosamente en mostrarme las evidencias de su Majestad y de su Amor por los más débiles.

En un episodio francamente menor, clamé a su Autoridad para mejorar una situación que no era grave pero que me afligía.

Y así ocurrió.

De una manera imposible para la lógica humana y tras clamar por última vez, afronté la situación y con tremenda sorpresa y gran alegría comprobé una vez más el Poder del Eterno.

Lo que me afligía mejoró a pesar de mis dudas, lo que me hizo reflexionar acerca de lo que a veces pedimos al Señor y como su Misericordia se muestra obrando en nuestras vidas.

Nada hay más elocuente para quienes dudamos, que la evidencia del Poder del Altísimo que como viento recio borra todas las dudas y flaquezas y hace resplandecer su Majestad. Gracias y Gloria a ÉL por otro milagro más.

Efesios 6:10
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor,
y en el poder de su fuerza

Efésios 6:10   No demais, irmãos meus, fortalecei-vos no Senhor
e na força do seu poder.
 

Diego Acosta / Neide Ferreira

las leyes humanitarias

LAS LEYES HUMANITARIAS

DEVOCIONAL

En el Libro de Deuteronomio, podemos aprender las normas que Jehová dio a los hombres, en el pasaje que se conoce como las Leyes Humanitarias.

Normas que tienen miles de años, pero que siguen teniendo vigencia espiritual, porque de ellas se puede aprender a obrar según lo que Dios ha establecido.

Una de esas normas establece que quién entre en un viñedo, podrá comer hasta saciarse, pero no podrá poner un solo racimo en su  cesta.

Con el mismo criterio se enseña para que quienes entren en un plantío de trigo, puedan recoger las espigas con sus manos, pero no utilizar la hoz para cegarlas.

Son principios que pueden sorprender por en estos tiempos, pero de obligatorio cumplimiento, cuando hablamos de lo que tenemos y de cómo podemos ayudar al Prójimo necesitado, con lo que el Eterno nos ha dado.

Deuteronomio 23:24-25
Cuando entres en la viña de tu prójimo,
podrás comer uvas hasta saciarte; mas no pondrás en tu cesto.

Cuando entres en la mies de tu prójimo,
podrás arrancar espigas con tu mano;
mas no aplicarás hoz a la mies de tu prójimo.

Deuteronômio 23:24-25
 Quando entrares na vinha do teu próximo,
comerás uvas conforme o teu desejo até te fartares,
porém não as porás no teu vaso.
Quando entrares na seara do teu próximo,
com a tua mão arrancarás as espigas,
porém não meterás a foice na seara do teu próximo.

Diego Acosta / Neide Ferreira