EL BUEN ÁNIMO

DEVOCIONAL

Cada vez que he tenido que realizar una gestión o debo esperar algo relacionado con mi vida, advierto que la ansiedad me domina y también un cierto estado de nervios.

Que significa esto?

Que mi confianza en Dios no es todo lo grande que debería ser, no es todo lo trascendente que tiene su condición de Todopoderoso.

Por eso es que aun sabiéndolo tengo dudas o hasta miedo. En este punto debo reflexionar para pensar exactamente qué es lo que espero del Eterno.

Más allá de mis humanas necesidades no hay nada más importante que reconocer que si me declaro hijo del Altísimo, debo ser fiel a esa condición y estar plenamente dispuesto a aceptar su Voluntad Soberana.

Lo que surge de esta aceptación es el buen ánimo, porque entonces pienso que no hay nadie que pueda luchar contra las decisiones del Creador. Con esa certeza es necesario obrar cada día.

Hechos 7:25
Por tanto, oh varones, tened buen ánimo;
porque yo confío en Dios
que será así como se me ha dicho.

Atos 7:25
Portanto, ó varões, tende bom ânimo!
Porque creio em Deus
que há de acontecer assim como a mim me foi dito.

Diego Acosta / Neide Ferreira

SUERTE…?

Acabo de leer un breve mensaje de un supuesto creyente que afirmaba que a la suerte hay que llamarla.

Una vez más quienes nos declaramos hijos de Dios, debemos afrontar la cruda realidad de cómo es nuestra vida.

Si estamos eufóricos, poco más o menos que somos los amos del mundo. Si estamos tristes, acongojados, pensamos que Dios nos ha abandonado… a nuestra suerte.

No en vano hay millones de personas que consultan a supuestos astrólogos, adivinadores, a hombres y mujeres que anuncian que nos capaces de anticiparnos el futuro.

Lo penoso es que cada una de estas consultas, revela la pobreza espiritual de quién la realiza, que se somete voluntariamente a la humillante ceremonia de que alguien se introduzca en su vida y en la vida de sus próximos.

Así es como prácticamente a cada momento hablamos de la buena o la mala suerte, del golpe de fortuna o de infortunio.

Y nos olvidamos de lo único cierto: El Eterno está en el control de todo y de todos. Y solamente Él decide el porvenir!

Isaías 65:4-66

ES – Que se quedan en los sepulcros, y en lugares escondidos pasan la noche; que comen carne de cerdo, y en sus ollas hay caldo de cosas inmundas;

que dicen: Estate en tu lugar, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú; éstos son humo en mi furor, fuego que arde todo el día.

He aquí que escrito está delante de mí; no callaré, sino que recompensaré, y daré el pago en su seno.

PT – Assentando-se junto às sepulturas, e passando as noites junto aos lugares secretos, e comendo carne de porco e caldo de coisas abomináveis nos seus pratos.

 E dizem: Retira-te, e não te chegues a mim, porque sou mais santo do que tu. Estes são uma fumaça no meu nariz, um fogo que arde todo o dia.

 Eis que está escrito diante de mim: não me calarei; mas eu pagarei, sim, deitar-lhes-ei a recompensa no seu seio.

Diego Acosta – Neide Ferreira

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NEGOCIO CUATRI-ANUAL

 

Blog del TIEMPO!

Dentro de algunas horas comenzará un acontecimiento deportivo, que se ha convertido en uno de los grandes negocios a escala mundial.

Millones y millones de personas en todo el mundo, quedarán atrapadas por su atractivo y por una magnificada exaltación del patriotismo.

Es evidentemente, un tiempo para recordar lo verdadero, para tener presente que lo principal no es la defensa de los colores nacionales, sino que hombres y mujeres que nos llamamos hijos de Dios, no caigamos en la gigantesca atracción de un colosal negocio.

Durante casi un mes, seguirá la vigencia de la desigualdad, la influencia de la maldad y el imperio del pecado.

No lo olvidemos, para no ser víctimas de un espejismo tan gigantesco como intrascendente de valores. Lo único importante es el Reino y su Justicia!

Diego Acosta

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TRABAJO…!

Las personas del mundo la mayoría de las veces se quejan de su trabajo, se quejan porque están cansadas por el esfuerzo que les demanda.

Otros se quejan porque están haciendo lo que no les gusta o porque es diferente de aquello para lo que estudiaron.

El trabajo, la mayoría de las veces suscita quejas!

Lo sorprendente de esta cuestión, es que en el mundo espiritual, también ocurre lo mismo con muchas personas que se llaman hijos de Dios.

Están cansados de servir!

Están cansados de trabajar para Dios!

Como es posible?

La respuesta es tan simple como dura!

Quién se cansa cuando está sirviendo, es porque no está trabajando en el Espíritu, sino que se está esforzando en su propio esfuerzo.

Nadie que trabaje verdaderamente para el Eterno puede estar cansado!

El Altísimo renueva las fuerzas, tanto de los jóvenes como de los mayores!

Si declaro que estoy cansando en mi vocación de servir, es porque no estoy sirviendo a Dios, sino a mí mismo!

1 Corintios 15:58

Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes,

creciendo en la obra del Señor siempre,

sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

1 Coríntios 15:58

Portanto, meus amados irmãos, sede firmes e constantes,

sempre abundantes na obra do Senhor,

sabendo que o vosso trabalho não é vão no Senhor.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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INGENUOS

En la falta total de coherencia con la que se mueve el mundo, no sorprende que se llame ingenuas a algunas personas.

De esta manera se hace referencia a quienes por diversas razones, aparentan vivir fuera de la realidad o no forman parte del estilo mundano.

Sin embargo la Biblia nos advierte acerca de los ingenuos y de la ingenuidad. Acerca de los simples y la simpleza. No podemos vivir sin pensar en lo que hacemos ni darle valor a las cosas que no lo tienen.

Por esta razón los ingenuos muchas veces pueden servir al mal, por la sencilla razón que no son capaces de distinguir el bien.

Los hombres y las mujeres que nos llamamos hijos de Dios, tenemos el deber de no caer en ninguna forma de ingenuidad, pues dejaremos de servir al Bien y podremos ser herramientas útiles para el mal.

Proverbios 8:5

Entended, oh simples, discreción;
Y vosotros, necios, entrad en cordura.

Provérbios 8:5

Entendei, ó simples, a prudência;

e vós, loucos, entendei de coração.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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RESCATE

Cada día se repiten los mensajes relacionados con el rescate de la Iglesia, ante el advenimiento del fin de los siglos.

Cada día se repite con gran convicción esta afirmación, que se torna en un mensaje agradable sobre el futuro de quienes hacemos parte de la Iglesia.

Lo que sorprende es que nadie entre quienes hacen estos mensajes, haga referencia a aquello que deberíamos hacer en tiempos de la espera.

Nadie habla, por ejemplo, de las responsabilidades que tenemos como hijos de Dios, de servir a quienes nos rodean.

Tampoco se habla de la necesidad de cumplir con el mandato que nos dejó Jesús, de llevar el mensaje de las Buenas Nuevas hasta los confines de la Tierra.

Pareciera que con hablar del rescate, ya hemos cumplido la parte de nuestro Pacto!

Tal vez deberíamos reflexionar acerca de lo que el Hijo del Hombre espera de nosotros!

La comodidad de aguardar con la confianza puesta en ÉL, podría desaparecer si pensáramos quienes verdaderamente serán rescatados.

Seremos todos o seremos todos quienes cumplamos fielmente con el mandato de servir y llevar el mensaje del Evangelio?

Esta pregunta puede parecer polémica o incluso fuera de lugar, pero creemos que es necesario formularla, para no ser cómplices de la pasividad o la indiferencia.

Y si los rescatados fueran los verdaderamente fieles?

Que ocurriría con muchos de nosotros?

Ante las voces que se levantan hablando de la inminencia del rescate, bueno es que reflexionemos sobre esta cuestión.

Porque si verdaderamente pensamos en lo inminente bueno es que obremos con esa misma urgencia y no dejemos para otros días, lo que podríamos lamentar mañana mismo.

La vida cristiana no solamente se alimenta de buenas palabras, sino también de hechos que son frutos reveladores de nuestra fe.

No olvidemos que si es inminente el tiempo del rescate, en la misma medida lo será la necesidad de mostrar nuestra fidelidad al Señor.

Así como nos regocijamos en el cumplimiento del rescate, debemos obrar del mismo modo, con regocijo y firmeza haciendo lo que se espera de nosotros.

Diego Acosta

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RESCATE

Cada día se repiten más los mensajes relacionados con el rescate de la Iglesia, ante el advenimiento del fin de los siglos.

Cada día se repite con gran convicción esta afirmación, que se torna en un mensaje agradable sobre el futuro de quienes hacemos parte de la Iglesia.

Lo que sorprende es que nadie entre quienes hacen estos mensajes, haga referencia a aquello que deberíamos hacer en tiempos de la espera.

Nadie habla, por ejemplo, de las responsabilidades que tenemos como hijos de Dios, de servir a quienes nos rodean.

Tampoco se habla de la necesidad de cumplir con el mandato que nos dejó Jesús, de llevar el mensaje de las Buenas Nuevas hasta los confines de la Tierra.

Pareciera que con hablar del rescate, ya hemos cumplido la parte de nuestro Pacto!

Tal vez deberíamos reflexionar acerca de lo que el Hijo del Hombre espera de nosotros!

La comodidad de aguardar con la confianza puesta en ÉL, podría desaparecer si pensáramos quienes verdaderamente serán rescatados.

Seremos todos o seremos todos quienes cumplamos fielmente con el mandato de servir y llevar el mensaje del Evangelio?

Esta pregunta puede parecer polémica o incluso fuera de lugar, pero creemos que es necesario formularla, para no ser cómplices de la pasividad o la indiferencia.

Y si los rescatados fueran los verdaderamente fieles?

Que ocurriría con muchos de nosotros?

Ante las voces que se levantan hablando de la inminencia del rescate, bueno es que reflexionemos sobre esta cuestión.

Porque si verdaderamente pensamos en lo inminente bueno es que obremos con esa misma urgencia y no dejemos para otros días, lo que podríamos lamentar mañana mismo.

La vida cristiana no solamente se alimenta de buenas palabras, sino también de hechos que son frutos reveladores de nuestra fe.

No olvidemos que si es inminente el tiempo del rescate, en la misma medida lo será la necesidad de mostrar nuestra fidelidad al Señor.

Así como nos regocijamos en el cumplimiento del rescate, debemos obrar del mismo modo, con regocijo y firmeza haciendo lo que se espera de nosotros.

Diego Acosta

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APARIENCIA

La seducción del mundo nos obliga a tener conductas que no son propias de nuestra condición de hijos de Dios.

Una de ellas es la de aparentar lo que no somos y obrar como el mundo quiere que seamos, sin importar las consecuencias.

Por estas razones debemos de ser precavidos cuando miramos a nuestro alrededor. Es posible que nos equivoquemos con lo que estamos viendo.

Recuerdo que hace muchos años cuando era un joven inexperto, una persona fue juzgada por su apariencia y los resultados fueron sorprendentes.

Alguien mayor que yo, pensó que se trataba de una persona modesta y sin recursos, pero resultó todo lo contrario.

Entonces aquel el hombre que había sido duramente menospreciado nos dio una gran lección, que ha sido inolvidable para mí.

Luego de que casi fuera echado del lugar donde nos encontrábamos, volvió al cabo de unas horas, trayendo una cantidad de dinero que nunca hubiéramos imaginado que tendría.

Pero se negó a hablar con quién lo había maltratado y en cambio se dirigió a mí, que lo traté con corrección a pesar de todo.

Cuando la situación se convirtió en pasado, me quedé pensando en cómo me había equivocado con alguien que yo creía que era más sabio que yo.

Y cómo yo había sido guiado por el Espíritu a ser prudente en mi actitud de ser educado y respetuoso con otra persona.

La historia tiene más significado para mí, porque ignoraba en aquel momento la Obra del Espíritu y pensaba que se trataba de lo que llamábamos intuición.

Juzgar por las apariencias, nos puede llevar a cometer grandes errores. Seamos siempre prudentes!

Proverbios 14:15

El simple todo lo cree;
Mas el avisado mira bien sus pasos.

Provérbios 14:15

O simples dá crédito a cada palavra,

mas o prudente atenta para os seus passos.

Diego Acosta / Neide Ferreira