NO DEBEMOS JURAR

NO DEBEMOS JURAR

El Hijo del Hombre cambió de argumento en el Sermón del Monte y se refirió a la cuestión de los juramentos y detalló lo que no debemos hacer.

MATEO 5:33-36 33 Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. 34 Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.

La primera advertencia estuvo relacionada con el hecho de no perjurar, fundamentado en Levítico 19:12 Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová. Y también en Éxodo 20:7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

Jesús determinó que no podemos jurar de ninguna manera ni por el cielo, que es el Trono del Padre. De esta manera rebatió las ideas de que había distintos grados de cumplimiento de los juramentos y también con el uso descuidado y hasta profano de esta clase de pronunciamientos.

Los otros juramentos que prohibió el Príncipe de Paz eran verdaderos timos que algunos judíos hacían al no mencionar a Jehová y por tanto evitando que sus mentiras estuvieran bajo el juicio divino.

Olvidaban con esas actitudes lo destacado en el Salmo 11:4 Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.

Diego Acosta

BUENOS CONSEJOS

DEVOCIONAL

En el día que mi padre hubiera cumplido más de ciento diez años, evoqué momentos de su vida, algunos desdibujados por el paso del tiempo.

En esos recuerdos no hubo ni tristeza ni añoranza, solamente en pensar en sus gestos y sobre todo en algunas de sus enseñanzas en forma de consejo.

Él no fue un hombre ejemplar ni tampoco virtuoso, pero tenía una sencilla manera de explicar algunos conceptos que guiaron mi vida de adolescente primero y de adulto después.

No fueron muchas las cosas de las que me acordé en su aniversario, pero sí aquellas qué fueron perdurables a través de los años y que siguen teniendo vigencia.

Razones porque también se las transmití a mis hijos, aludiendo siempre a su abuelo y poniendo de manifiesto la importancia que habían tenido para mí.

Es notable el legado de los buenos consejos…No tienen valor dinerario, pero sí tienen la importancia de la gran enseñanza de respetar siempre al Prójimo.

Levítico 19:17
No aborrecerás a tu hermano en tu corazón;
razonarás con tu prójimo,
para que no participes de su pecado.

Diego Acosta / Neide Ferreira

 

VUESTRA LUZ

VUESTRA LUZ

El Príncipe de Paz siguió enseñando a propósito de la importancia de la Luz y su sentido tanto espiritual como material.

MATEO 5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Jesús dejó rotundamente establecido la importancia de una vida ejemplar y que pueda ser tomada como tal por los hombres, lo que glorifica al Padre.

Las buenas obras son aquellas que no se proclaman ni se exhiben, sino que se basan en el principio de ayudar al Prójimo, de amarlo y cuidarlo, sin buscar en ningún caso la vana-gloria.

De allí la importancia que tiene la Luz espiritual, porque es la que testimonia la naturaleza profunda de las buenas obras. Y que son las que verdaderamente glorifican al Eterno.

En el Antiguo Testamento, tenemos una referencia sobre esta cuestión en el Salmo 22:23 Los que teméis a Jehová, alabadle; glorificadle, descendencia toda de Jacob, y temedle vosotros, descendencia toda de Israel. Elocuente mensaje del rey David.

Sobre la condición de Padre de Dios, recordamos dos testimonios. En el Salmo 68:5 Padre de huérfanos y defensor de viudas. Es Dios en su santa morada. Y también en Isaías 64:8 Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.

Diego Acosta

 

 

EL TRISTE ÉXITO

DEVOCIONAL

Infelizmente el mundo parece habernos convencido de la necesidad de convertirnos en personas exitosas. Por lamentable y casi inadmisible que resulte, esta parece ser la realidad.

Tener éxito es tener también la posibilidad de exhibirnos ante la sociedad, como auténticos ejemplos de superación y formar parte del exclusivo núcleo de triunfadores.

Todo esto es doblemente triste, por cuánto es algo que perturba el corazón de muchos, que entienden que ese es el buen camino, sin saber que no lleva a ninguna parte.

Y lo más grave todavía: que hay muchos que no quieren saber y otros lo ignoran, que el éxito del mundo, es la paga que recibirán quienes lo busquen y lo deseen.

El mezquino y esquivo éxito del mundo, será la paga para quienes lo persigan como un objetivo personal, perdiendo lo más importante que es la Bendición de la Salvación y la Vida Eterna.

Jesús vino a nosotros para darnos Vida, no para darnos éxitos.

Mateo 16:27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.

Diego Acosta – Neide Ferrreira