CUANDO…?

DEVOCIONAL

En un tiempo complicado y difícil de mi vida, oraba todos los días para que ese camino por el desierto terminara y llegara algo nuevo, distinto, a lo que estaba ocurriendo.

Recordaré hasta el final, como durante casi tres años recibí la misma respuesta: Calla y espera…

Con los años comprendí el significado de esas dos palabras. El permanecer callado tenía mucho que ver con la obediencia y muy poco con la rebeldía. Simplemente era aceptar las cosas como estaban.

Y la espera estaba vinculada con esa actitud tan humana que es la ansiedad, el de tenerlo todo ya, ahora, en este momento. Puedo decir que mi ansiedad sufrió un severo tratamiento.

Todas las veces que dije… cuando, tuve la misma respuesta. Hasta que un día dejé de preguntar y entonces comenzaron a ocurrir cosas. Nada fue como yo esperaba y si eso hubiera sido posible, llegó un tiempo más difícil todavía.

Fue duro? Sí, y agradezco al Eterno por ello. Aprendí que el tiempo, era una cuestión que solo ÉL puede controlar!

Deuteronomio 11:14
Yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo,
la temprana y la tardía;
y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.

Deuteronômio 11:14
Então, darei a chuva da vossa terra a seu tempo,
a temporã e a serôdia,
para que recolhas o teu cereal, e o teu mosto, e o teu azeite.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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TIEMPO…

DEVOCIONAL

La conversación con un amigo me hizo pensar en algunas cuestiones que dejamos de lado, cuando el tema central es Dios y su Soberana Voluntad sobre todas las cosas.

ÉL siempre toma decisiones que aunque nos resulten incomprensibles o no las aceptemos, siempre son las mejores para cada momento de nuestra vida.

Del mismo modo que sus tiempos pueden ser radicalmente diferentes de lo que para nosotros sería una urgencia o una conveniencia ante una determinada oportunidad.

De la comunicación con mi amigo, en distintos países y circunstancias, me llamó la atención como el Eterno había obrado en su vida y de qué manera diferente lo había hecho en la mía.

Los dos buscamos servir al prójimo para de esta manera servir a Jesús, como ÉL mismo lo dijo. Los dos deseamos honrar nuestro Pacto con el Hijo del Hombre.

Pero, mi amigo en un país y yo en otro, los dos tenemos caminos diferentes, ocasiones distintas y alternativas cambiantes. El Altísimo, es quién Decide. Gloria a ÉL y a sus decisiones de Omnipotente!

Jeremías 5:24
Y no dijeron en su corazón:
Temamos ahora a Jehová Dios nuestro,
que da lluvia temprana y tardía en su tiempo,
y nos guarda los tiempos establecidos de la siega.

Jeremias 5:24
E não dizem no seu coração:
Temamos, agora, ao Senhor, nosso Deus,
que dá chuva, a temporã e a tardia, a seu tempo;
e as semanas determinadas da sega nos conserva.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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LA DEPRESIÓN -3-

Publicamos la tercera de cuatro partes sobre este asunto.

Porque mi yugo es fácil,
y ligera mi carga.
Mateo 11:30

Establecer con total franqueza y realismo, cuál es nuestra situación, es una prioridad fundamental.

Cuando es una primera vez, puede ser bastante complicado encontrar el método adecuado, para evaluar lo que nos ocurre. Pero, no desfallezcamos y no demos por perdida la batalla.

Cuando logremos avanzar, nos daremos cuenta, que una de las cosas que nos está afectando, son las circunstancias.

Es decir: si miramos lo que nos rodea, solamente veremos circunstancias y ahí se nos vendrá el mundo encima. Pero si hiciéramos el ejercicio, de tratar de ponernos en un lugar alto, veremos efectivamente, las circunstancias que nos afectan y que nos disgustan, pero también veremos que hay otras cosas, más allá de lo que cotidianamente nos afecta. No podemos engañarnos, de creer que nuestras circunstancias desaparecerán porque estamos en un lugar o volando como águilas, si tenemos una buena imaginación. Las circunstancias las seguiremos viendo. Pero, en cambio veremos, por ejemplo, que tenemos dones y capacidades, que nunca utilizamos y que si las utilizamos, lo hacemos de manera equivocada o con poca sabiduría.

También veremos, que hay otras personas que precisan de nuestra ayuda, incluso mucho más que lo que nosotros mismos pensamos. Y que de pronto, todos esos talentos que están pasivamente en nuestro interior, pueden ser utilizados para ayudar a quienes lo precisan. Y no estamos hablando de dinero, estamos hablando de algunas cuestiones más sencillas. Puede ser una realidad, que nuestra economía, esté pasando por un momento difícil, pero si no tenemos dinero para dar, nos podemos encontrar con la agradable sorpresa, que si tenemos tiempo, para regalar.

Y cuando decimos tiempo, estamos hablando no solo del tiempo físico, sino también del tiempo necesario, para seguir una conversación o más simplemente para escuchar.

Hay muchas más personas de lo que nos podemos imaginar, que sufren por no tener quién las escuche!

Y eso es un sufrimiento?

Por supuesto que lo es, y muy cruel, porque estas personas no solo no tienen quién las escuche, sino que es probable, que vivan en la cruel cárcel del silencio no deseado.

Con solo dejarnos llevar por estos pensamientos, ya hemos dado un gran paso, porque hemos dejado de considerar nuestra situación y estamos pensando en los demás.

Si vanidosamente nos creemos que somos el centro del mundo, luego no nos quejemos cuando por causa de esa misma vanidad, nos creemos que somos los mayores sufridores del mundo!

A partir de estas ideas, podremos comenzar a observar un fenómeno muy interesante. Quizás ya no veamos nuestras circunstancias tan negras y tan depresivas, como las veíamos.

Diego Acosta

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AHORRAR Y MALGASTAR

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Los que vivimos los tiempos finales de la existencia, tenemos calma para analizar lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer.

Sobre lo poco que hicimos bien y sobre lo mucho que obramos mal.

Como casi todas las personas, un día le concedí valor al dinero y a partir de entonces centré todos mis afanes en tenerlo y en la medida de lo posible de atesorarlo.

El gran precio que estaba pagando, yo lo ignoraba por completo. Estaba malgastando mi tiempo en algo que no tiene el menor valor, como no sea de aquel que precisamos para vivir.

Así fue que invertí muchos años de mi vida, desde esa errada y mezquina perspectiva. Dándole valor al dinero, se lo resté de lo que verdaderamente tenía y tiene importancia.

Para expresarlo de otra manera: Busqué ahorrar en lo que no debía y malgasté alocadamente lo que si debía administrar con sabiduría.

Es el dilema de nuestro tiempo: Buscamos el dinero a cualquier precio, malgastando lo único valioso que tenemos los humanos: El tiempo!

Es sorprendente como un día nos podemos dar cuenta que el dinero así como lo tenemos, otro lo perdemos y luego lo podemos volver a recuperar.

Pero el tiempo, este escaso período de vida que tenemos los humanos, no lo podemos recuperar NUNCA!

Como siempre estamos a tiempo de aprender: Aprendamos!

Lo único valioso que tenemos y que debemos preservar y administrar con la máxima Sabiduría, es nuestro tiempo de vida.

El que le dedicamos a Dios, a nuestra familia y a la Iglesia, en el sentido de servir como lo expresó Jesús.

No malgastemos lo único que de verdad tenemos!

Salmo 103:15-16

El hombre, como la hierba son sus días;
Florece como la flor del campo,

Que pasó el viento por ella, y pereció,
y su lugar no la conocerá más.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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