Que guardamos en ese antiguo baúl que tenemos en algún lugar de nuestra vida? Recuerdos, trastos olvidados, cosas inútiles? Vivamos lo verdadero, sin mirar al pasado y pensando solo en la Vida Eterna! Diego Acosta-MENSAJE
CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO
GLORIA PROPIA Cuando Moisés bajó del Monte Sinaí su rostro resplandecía, por el hecho de reflejar la Gloria de Dios, que le había entregado cara a cara los Diez Mandamientos. Su gloria era un reflejo de la Gloria del Señor! La gloria propia, es una muestra de necedad y pequeñez!
<< CUIDAR AL PRÓJIMO Tenemos el Mandato de velar por el prójimo, por las personas anónimas que pasan a nuestro lado, pero sobre las que tenemos una alta responsabilidad. Cumplir con las normas de los hombres, es una forma de cumplir con las normas de Dios.
<< Jesús predicó que deberíamos ser la Sal y la Luz para influir en el mundo y para guiarlo en medio de las tinieblas. Un Mandato que tiene plena vigencia aun en las confusas circunstancias que vivimos. Diego Acosta – MENSAJE
CONGREGACIÓN SÉPTIMO MILENIO
El significado profundo del concepto de trabajo lo podemos encontrar en el Libro de Génesis, cuando Dios castigó a Adán y a Eva por su desobediencia.
En el Capítulo 3:19 podemos leer: Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
A lo largo de los tiempos el trabajo fue la fuente de sustento para los hombres, pero jalonada por el maltrato, la injusticia, la explotación, el abuso, situaciones que en la mayoría de los casos están reflejadas y condenadas en la Biblia.
En definitiva el trabajo fue siempre motivo de luchas y controversias y los hombres debimos ganarnos con sudor el pan para sustentarnos y sustentar a nuestras familias.
Sin embargo el apóstol Pablo en su primera Carta a los Corintios nos reflejó el fin último y fundamental del esfuerzo: Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano
Ningún esfuerzo será en vano, cuando lo dediquemos al Reino de Dios y su Justicia.