LA MENTIRA

El sentido de la afirmación de que a Jesús se le dio de beber cuando tuvo sed y de comer cuando tuvo hambre, está claro.

Es rotundo en cuanto al pensamiento del Hijo del Hombre. Pero, trasladando la simbología, que ocurre cuando mentimos?

Es evidente que servimos al padre de la mentira y por crudo que nos resulte nos alejamos dramáticamente del Padre de la Verdad.

Cuando mentimos no solo nos hacemos daño a nosotros mismos, sino que dañamos gravemente a quienes creen en lo que afirmamos.

A veces los daños causados por la mentira son irreparables. Pero mientras sea posible, debemos humillarnos y pedir perdón por nuestros errores.

El dador del perdón estará esperando nuestro arrepentimiento sincero y nuestra decisión de no volver a incurrir en la mentira.

No seamos mentirosos compulsivos, porque bien puede llegar el momento en el que nuestro arrepentimiento no alcanzará para ser perdonados.

Y entonces seremos esclavos de la mentira.

Para siempre.

Proverbios 12:22

Los labios mentirosos son abominación a Jehová;
Pero los que hacen verdad son su contentamiento.

Provérbios 12:22

Os lábios mentirosos são abomináveis ao Senhor,

mas os que agem fielmente são o seu deleite.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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PRUDENCIA

Pertenezco al grupo de personas que muy fácilmente puede volcarse a ayudar, en cualquier circunstancia y en cualquier lugar.

Esto tiene su parte buena, como es obvio, pero también tiene una parte que debe ser considerada con la máxima atención.

Y se trata de la prudencia que debemos de tener cuando tratamos de ayudar a alguna persona, que se encuentra en una situación manifiestamente difícil.

Y por qué debemos ser cautos?

Por la gran razón, de que tal vez sin desearlo, estamos ocupando el lugar de Dios. Es decir, pretendemos obrar donde el Eterno ya está obrando.

Puede que la persona a la que estoy tratando de ayudar, esté siendo objeto de la atención del Altísimo y yo estoy modificando sus planes.

Así es como interferimos en aquello que es lo mejor para cada vida. Por supuesto que no siempre es así, pero ante situaciones que se presentan muy complicadas y que se prolongan en el tiempo, pensemos que Dios está obrando.

Puede que ÉL esté tratando de lograr un resultado, que nosotros ignoramos, pero que serÁ lo mejor para la vida de quienes pretendemos ayudar.

Obremos con prudencia!

Proverbios 2:2

Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría;

Si inclinares tu corazón a la prudencia.

Provérbios 2:2

Para fazeres atento à sabedoria o teu ouvido,

e para inclinares o teu coração ao entendimento.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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HABLAR ES PLATA, CALLAR ES ORO

CONGREGACIÓN

SÉPTIMO MILENIO

Santiago 3:5-6
5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, !cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.

Era un experto en repetir las habladurías que llegaban a sus oídos. “Lo malo no es, dijo el maestro, que las repitas, sino que cada vez lo hagas con mayor maestría”.
La lengua es un miembro pequeño, pero puede mucho. Es cierto, con la lengua damos vida o matamos, ponemos alas en el otro o lo hundimos. La palabra es creativa o destructiva, según se la use.
Una palabra agradable, dicha en el momento oportuno, ilumina toda la existencia y ayuda a caminar. La palabra sabia orienta; la palabra cariñosa levanta y da ánimo; la palabra amorosa es fuente de energía y de bendición. Basta una sola palabra de vida para que la sanidad ocurra al instante en quien la escucha.
Basta, sin embargo, una palabra hiriente para que el veneno del odio y el resentimiento aniden en el corazón. Basta una sola palabra para crear discordia, para destruir una vida, para matar el amor.
Hablar es muy fácil; saber callar ya es algo más serio, requiere prudencia y dominio. Saber hablar a tiempo, en el momento oportuno, es salvación para quien necesita esa palabra de vida; saber callar cuando la otra persona no está preparada para recibir un consejo o un reproche, es sabiduría que no tiene precio.
De la vida de Cristo me llama la atención, precisamente, el uso que hace de la palabra. Fue sincero, leal, acostumbrado a llamar a las cosas por su nombre. Llamó al pan, pan y al vino, vino. Con sencillez enseñó a los discípulos a decir sí o no, según lo exigía la pregunta.
La palabra del Maestro fue amable, penetrante y convincente. Con ella, sanaba, levantaba, animaba y bendecía. Pero también con su palabra denunciaba la ceguera, la hipocresía, el mal. Él supo hablar para hacer el bien y supo callar ante las infamias y atropellos que le hicieron. Con su palabra encendía corazones y con su silencio desconcertaba al enemigo.
¿Cómo usamos la palabra?
Hay muchas personas que usan la lengua para hablar orgullosamente de sí mismos y mal de los otros. Hay quienes, como víboras, cada vez que abren su boca, arrojan veneno y muerden a los demás. Pero también lo hay que usan la palabra para consolar, para restituir la fama de los otros, para aclarar chismes, para hablar bien del prójimo y mejor aún de Dios.
Si esto sucede con el hablar, lo mismo acontece con el callar. Hay personas que callan por cobardía, por quedar bien, por no comprometerse. Hay personas que tienen la obligación de hablar, de denunciar la injusticia y la opresión, y callan e imponen, a su vez, un silencio sepulcral a los demás. Hay personas que se pasan toda la vida callados, simplemente por miedo, por cobardía, porque es más fácil, porque no tienen nada que decir. Sin embargo, los hay valientes que callan ante los defectos del hermano o cuando hablan bien de sí mismos o cuando son calumniados e injuriados.
Es importante aprender a hablar y a callar. Es una asignatura pendiente que tenemos todos los humanos.

Proverbios 16:23-24
23 El corazón del sabio hace prudente su boca, Y añade gracia a sus labios.

24 Panal de miel son los dichos suaves;Suavidad al alma y medicina para los huesos.

Proverbios 17:27-28
27 El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; De espíritu prudente es el hombre entendido.
28 Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; El que cierra sus labios es entendido.

Pr. José Gilabert

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CASUALIDAD…?

Escribiendo a propósito de cuando Jesús llamó hipócritas a los discípulos, mencioné los problemas que tuvo Elí con sus hijos.

Unas horas después, para mi sorpresa escuché una predicación donde nuevamente se mencionaba la cuestión de los hijos.

Tanto en un caso como en el otro, el fondo del asunto era la falta de reprensión en el momento oportuno para evitar los males mayores, que se generan en la falta de autoridad de los padres.

Creo que serán muchos los que pensarán que se trata de una simple casualidad…que un tema tan importante como este sea mencionado con un doble llamado de alerta.

Quienes de ninguna manera aceptamos la frívola explicación de la casualidad, entendemos que es la Obra del Espíritu, en dos personas diferentes haciendo una severa advertencia.

Es de mi exclusiva responsabilidad entender que este llamado repetitivo no tiene otro propósito, que ponerme en alerta en torno a un problema que se agudiza cada día más.

Y no es otro que la falta del ejercicio de autoridad de los padres, con relación a sus hijos, cualquiera sea la edad que tengan.

Tenemos que entender que así como aceptamos la Misericordia de cada día, también debemos de renovar nuestro Pacto diario con el Eterno.

Y renovar el Pacto significa entre otras cosas que el ejercicio indelegable e indeclinable de nuestra condición de padres.

Es a nosotros a quienes se reclamará individualmente, al padre y a la madre, lo que hicieron o lo que dejaron de hacer con su Autoridad.

En mi caso estoy doblemente advertido sobre la cuestión y me siento doblemente responsable de todo lo que haga para que otros escuchen el llamado de atención.

Proverbios 13:24

El que detiene el castigo, a su hijo aborrece;
Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.

Provérbios 13:24

O que retém a sua vara aborrece a seu filho,

 mas o que o ama, a seu tempo, o castiga.

Diego Acosta / Neide Ferreira

SORPRESA…?

Pocas cosas nos pueden llamar la atención, que cuando el Todopoderoso responde de inmediato a nuestras oraciones.

Hace unas horas hicimos con el pastor una gestión muy importante para el futuro de la congregación. Como es de imaginar oramos antes de entrar, clamando por ayuda al Padre celestial.

La reunión a pesar de mis dudas y por qué no decirlo, de mis temores, transcurrió en un ambiente cordial y los resultados fueron mejores de lo que esperábamos.

Entonces me sorprendí!

Luego, pensándolo mejor, me pregunté: De qué me sorprendí? Acaso Dios no es quién controla todo lo que hacemos?

Acaso el Eterno no es el que dispone todo lo que vaya a pasar? Entonces por qué la sorpresa? Por mi propia incredulidad?

Simplemente lo que ocurrió fue que nuestras oraciones estaban en la dirección correcta con el Espíritu y por tanto todo resultó de la mejor manera posible.

No había lugar a la sorpresa. Solamente había lugar para la certeza!

Con temor y temblor agradecí lo ocurrido y la enseñanza recibida!

Proverbios 15:23

El hombre se alegra con la respuesta de su boca;

y la palabra a su tiempo, !cuán buena es!

Provérbios 15:23

O homem se alegra na resposta da sua boca,

e a palavra, a seu tempo, quão boa é!

Diego Acosta / Neide Ferreira

INGENUOS

En la falta total de coherencia con la que se mueve el mundo, no sorprende que se llame ingenuas a algunas personas.

De esta manera se hace referencia a quienes por diversas razones, aparentan vivir fuera de la realidad o no forman parte del estilo mundano.

Sin embargo la Biblia nos advierte acerca de los ingenuos y de la ingenuidad. Acerca de los simples y la simpleza. No podemos vivir sin pensar en lo que hacemos ni darle valor a las cosas que no lo tienen.

Por esta razón los ingenuos muchas veces pueden servir al mal, por la sencilla razón que no son capaces de distinguir el bien.

Los hombres y las mujeres que nos llamamos hijos de Dios, tenemos el deber de no caer en ninguna forma de ingenuidad, pues dejaremos de servir al Bien y podremos ser herramientas útiles para el mal.

Proverbios 8:5

Entended, oh simples, discreción;
Y vosotros, necios, entrad en cordura.

Provérbios 8:5

Entendei, ó simples, a prudência;

e vós, loucos, entendei de coração.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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