La capital de Alemania ha recuperado
después de varios inviernos la característica que la distinguía en los rigurosos meses invernales del hemisferio norte. Berlín se puede disfrutar con el manto blanco que la cubre. PERSONAL
Parte 2. El monje agustino que inició la Reforma Protestante, reflexiona sobre las actitudes
en tiempo de pestes.
Para aquellos cuyos deberes no lo requieren, sin embargo, Lutero aconseja un juicio equilibrado y un sentido común pragmático. Por un lado, Lutero argumenta que huir del peligro no es intrínsecamente incorrecto, y multiplica ejemplos de las escrituras para apoyar esto: Jacob huyó de Esaú, David huyó de Saúl, Pablo huyó de Damasco. Por otro lado, Lutero sostiene que la ley del amor nos obliga a ayudar a nuestro prójimo en tiempos de necesidad, incluso cuando esa ayuda corre peligro para nosotros. «Un hombre que no ayudará ni apoyará a otros», observa Luther, «a menos que pueda hacerlo sin afectar su seguridad o su propiedad, nunca ayudará a su vecino». Estos son aquellos a quienes Cristo dirá: “Estaba enfermo y no me visitasteis” (Mateo 25:43). Ahora bien, en este punto uno podría objetar que los tiempos han cambiado desde el siglo XVI. No es nuestro trabajo cuidar a los enfermos directamente, especialmente no durante una época de pandemia; para eso está el sistema de salud. Y Luther estaría de acuerdo. De hecho, Wittenberg de Lutero fue una de las primeras ciudades de Europa occidental en nombrar a un médico de tiempo completo para atender a los pobres, ¡a expensas del gobierno! Lutero vio este tipo de arreglo como la forma ideal de implementar la obligación de la comunidad de cuidar a los necesitados, pero también reconoció que en circunstancias extremas, otras medidas pueden ser necesarias: Sería bueno, donde hay un gobierno eficiente en las ciudades y los estados, mantener las casas municipales y los hospitales con personal para atender a los enfermos, de modo que los pacientes de las casas particulares puedan ser enviados allí… De hecho, ese sería un arreglo excelente, encomiable y cristiano al que todos deberían ofrecer ayuda y contribuciones generosas, en particular el gobierno. Donde no existen tales instituciones, y existen solo en unos pocos lugares, debemos brindar atención hospitalaria y ser enfermeros unos para otros en cualquier extremo o arriesgarnos a perder la salvación y la gracia de Dios. ¡Palabras fuertes, estas! Pero son un fuerte recordatorio de que lo que sea que los primeros reformadores protestantes como Martín Lutero hayan querido decir al enseñar que la salvación viene “solo por la fe”, ciertamente no abrió una brecha entre nuestra fe en Dios y el amor y el cuidado que le debemos a nuestros vecinos, ¡ni mucho menos! La mayoría de los consejos de Lutero en este tratado están dirigidos a aquellas almas temerosas que se sintieron tentadas a abandonar sus deberes en tiempos de crisis. Pero también reconoce que existe otro peligro, lo que él llama «tentar a Dios«.
Fuente: Escritos seleccionados de Lutero. Tomo 2: Renovación de la Devoción y Teología. Editora Insel de Frankfurt del Meno. Páginas 22-250. Autor David Fink
Las circunstancias son adversas
para la mayoría de nosotros, pero en cada situación existe la posibilidad de renovar nuestra fue en el Eterno y nuestro compromiso con Jesús. PERSONAL
Recordemos lo que dijo Jesús: No os afanéis por vuestra vida,
qué habéis de comer o qué habéis de beber;
ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir.
¿No es la vida más que el alimento,
y el cuerpo más que el vestido? Diego Acosta – BLOG DEL TIEMPO
Fuente: Escritos seleccionados de Lutero. Tomo 2: Renovación de la Devoción y Teología. Editora Insel de Frankfurt del Meno. Páginas 22-250. Autor David Fink
Parte1.
Sucedió que en el mes de octubre del año de nuestro Señor 1347, alrededor del primero de ese mes, doce galeras genoveses, huyendo de la ira de nuestro Señor que cayó sobre ellos por su fechoría, atracaron en el puerto de la ciudad de Messina. Trajeron consigo una plaga que llevaron hasta la médula de sus huesos, de modo que si alguien les hablaba, se contagiaba de una enfermedad mortal que le producía una muerte inmediata que no podía evitar de ninguna manera. Así comienza uno de los primeros relatos históricos de la «Peste Negra» en la Europa medieval tardía, escrito por el cronista siciliano Michele da Piazza. La plaga fue una pandemia verdaderamente aterradora. Las estimaciones modernas sugieren que la enfermedad puede haber matado a la mitad de quienes la contrajeron, y cuando llegó la muerte fue rápida, agonizante y absolutamente indigna. Considere esta descripción, por otro testigo italiano: No hay palabras para describir lo horribles que han sido estos eventos y, de hecho, quien pueda decir que no ha vivido en condiciones absolutamente espantosas puede realmente considerarse afortunado. Los infectados mueren casi de inmediato. Se hinchan debajo de las axilas y en la ingle y se caen mientras hablan. Los padres abandonan a sus hijos, las esposas a sus maridos y un hermano al otro. Al final, todo el mundo escapa y abandona a cualquiera que pueda estar infectado. . . Y yo, Agnolo di Tura, llamado el Gordo, he enterrado a cinco de mis hijos con mis propias manos. Dado el horror de estos eventos, no es sorprendente que encontremos escritores de este período luchando con todo tipo de preguntas difíciles: ¿cómo evitar enfermarse? ¿Cómo evitar que otras personas se enfermen? ¿Cómo seguir manteniendo una apariencia de normalidad cuando el mundo parece estar patas arriba? Y sobre todo: ¿dónde está Dios en medio de todo este sufrimiento y muerte? Estas preguntas eran aún más urgentes para aquellos cuya vocación los llamaba al frente de batalla en la batalla contra la plaga: los médicos, que cuidaban los cuerpos de los enfermos; sacerdotes, que se preocuparon por sus almas; frailes, monjes y monjas, cuyos votos religiosos a menudo les obligaban a buscar a los enfermos y cuidar sus cuerpos y almas. Y a pesar de las sombrías observaciones de Agnolo el Gordo, no todos huyeron. En el verano de 1527, la peste volvió a arrasar Europa. Pero esta vez, cayó sobre una sociedad profundamente dividida — «polarizada», diríamos, por los eventos de la Reforma Protestante. Además de todos los viejos miedos a la muerte y el colapso social, las percepciones de la enfermedad se filtraron a través de nuevas capas de desconfianza arraigadas en las diferencias religiosas. Los protestantes consideraban la plaga como el juicio de Dios sobre la decadencia y la idolatría católicas; Los católicos acusaron a los protestantes de debilitar la unidad de la cristiandad en tiempos de crisis. Ambos bandos aprovecharon alegremente ejemplos de cobardía y otros pasos en falso para pintar a sus enemigos de la peor manera posible.
Cada día podemos disfrutar los maravillosos presentes que el Señor nos deja con forma de flores tan distintas como llamativas, tan etéreas como breves en el tiempo. LA CREACIÓN
Repasando la historia de los reyes de Judá y de Israel, podemos preguntarnos por qué Dios preservó su herencia, para que de su casa naciera el Mesías?
La historia revela como la mayoría de los reyes se rebelaron contra el Eterno, con sus hechos y fundamentalmente con su idolatría a dioses menores impulsados en muchos casos por sus mujeres.
Y se puede pensar: Fue David un hombre perfecto?
De ninguna manera, pero lo que sí tuvo el hijo de Isaí fue un corazón dispuesto hacia el Todopoderoso, con una fe inquebrantable y temeroso de sus Mandatos.
Apreciando esto, me puedo preguntar: Preservaría mi casa el Dios de Israel?
Si es por su Amor y Misericordia, con toda seguridad, pero si dependiera de mis hechos, no lo haría. Es tiempo entonces de obrar en la buena dirección.
No basta con la fe, sino obrar con su inspiración para poder tener un corazón propicio para el Señor!
2 Samuel 22:51
ES – El salva gloriosamente a su rey,
y usa de misericordia para con su ungido,
a David y a su descendencia para siempre.
PT – Ele é a torre das salvações do seu rei
e usa de benignidade com o seu ungido,
com Davi e com a sua semente, para sempre.
Resulta sorprendente como perdura la imagen de haber anunciado hechos del futuro, de este boticario y aficionado a la astrólogía francés de ascendencia judía que no fue capaz de anunciar con precisión su propia muerte.
Según él debió morir en noviembre de 1567, pero falleció en julio de 1566. A partir de este dato de no menor importancia, todo lo que rodea al autor del libro Profecías que se publicó en 1555, está rodeado de polémicas.
Para quienes seguimos confiando en la Biblia y en las profecías de los hombres que Dios eligió para anunciarlas, resulta altamente confuso y contradictorio todo lo que rodea a Nostradamus.
Ni siquiera su nombre es el verdadero: Michel de Nôtre-Dame, es el que identifica a este hombre nacido en la Provenza en el sur este de Francia e hijo de una familia judía convertida al catolicismo.
Sus presuntos aciertos según los estudiosos, son más producto de la intención con la que se han leído y traducido sus cuartetas, que de la eficacia de sus predicciones.
No deja de ser llamativo que los hombres a lo largo de los tiempos siempre hemos buscado con excesivo interés saber sobre nuestro futuro. Tal vez eso ayude a comprender como todavía se sigue recurriendo a Nôtre-Dame o Nostradamus.
Olvidando siempre, que el Único que conoce lo por venir es el Dios Todopoderoso, Creador de todo y de todos.
En el Libro de los Jueces se narra la historia de cuando los árboles buscaron un rey y le ofrecieron el cargo al olivo, la higuera, la vid y a la zarza. Un gran pasaje sapiencial de Israel! EN ESTE DÍA
En los días finales de 2020 es necesario pensar en que estos difíciles tiempos que vivimos son una ayuda para prepararnos para tiempos más difíciles todavía. Confiemos en el Señor y en sus promesas! Diego Acosta – MENSAJE CONGREGACIÓN SÉPTIMO MILENIO