OÍR A DIOS
Por sorprendente que resulte, este reclamo es del propio Dios!
Es el reclamo que Jehová formuló a los israelitas cuando fueron liberados de la esclavitud a la que estaban sometidos en Egipto.
Podríamos hacernos dos preguntas sobre el tema. Por qué Jehová les hacía esa reclamación y la otra, es para qué se las hacía?
La respuesta al por qué, es porque a pesar del tremendo milagro que habían recibido de ser liberados de las cargas de los egipcios, tomaban sus propias decisiones desoyendo los mandatos del Todopoderoso.
La respuesta al para qué, es para entender que les hubiera dado el Creador, si hubieran sido fieles a sus mandatos y lo hubieran escuchado.
Francamente esta situación se parece mucho a la de mi propia vida.
Cuántas veces me he negado a oír la Palabra de Dios?
Muchas y en todos los casos con duras consecuencias, lo que revela que la dureza del corazón no es solo es de los israelitas.
Y por las mismas razones, cuántas cosas me he perdido a causa de mi propia necedad, de no advertir que escuchando al Eterno, es cuando mi vida puede cambiar para bien.
El sabio Predicador nos enseña que la vida es una continua repetición de hechos y situaciones, que si por una vez los hubiéramos tenido en cuenta, nos hubiéramos librado de pesares y de afanes fallidos.
Cuando seré sabio para entender el mensaje de Dios?
Busco cada día acercar mi entendimiento y mi corazón, para vencer la dureza de mi cerviz y ser capaz de oír al Santo de Israel.
Salmo 81:11-12
ES – Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón;
Caminaron en sus propios consejos.
!!Oh, si me hubiera oído mi pueblo,
Si en mis caminos hubiera andado Israel!
PT – Pelo que eu os entreguei aos desejos do seu coração, e andaram segundo os seus próprios conselhos.
Ah! Se o meu povo me tivesse ouvido! Se Israel andasse nos meus caminhos!
Diego Acosta / Neide Ferreira