mustard septimomilenio

POCA FE…

En los momentos que dedico a observar mis hechos, me sorprendo de cómo son de pobres, de cómo son de mejorables…

Me sorprendo porque mis obras no tienen nada que puedan servir de ejemplo para otros creyentes o para quienes podrían tener una visión de Jesús a través de mí.

Todo esto tiene una sola explicación: Mi poca fe!

La Palabra de Dios nos enseña que no basta con declaraciones ni palabras rimbombantes, sino que deben estar acompañadas por hechos que las reflejen.

La fe debe ser alimentada del mismo modo que alimentamos nuestro cuerpo para que permanezca sano y esté robusto para enfrentar las demandas cotidianas.

Si no alimento mi fe, estaré disminuyendo mi propia condición de hijo de Dios, aunque persista en mis palabras hablando de lo que mucho que creo y de lo mucho que confío.

Jesús nos advirtió a propósito de no ser engañados…y en primer lugar debemos observar esta advertencia, para no engañarnos nosotros mismos.

Me queda por delante la obra de aumentar mi fe. Confío en la Misericordia del Señor, para que siga haciendo su Obra en mí.

Mateus 17:20

E Jesus lhes disse: Por causa da vossa pequena fé; porque em verdade vos digo que, se tiverdes fé como um grão de mostarda, direis a este monte: Passa daqui para acolá  e há de passar; e nada vos será impossível.

Mateo 17:20

Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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OLVIDO…

Seguramente por causa del vértigo en el que vivimos, nos olvidamos de una cuestión esencial: De la memoria que el Eterno tiene de nuestras obras.

Si no fuéramos tan torpes en nuestras actitudes, tendríamos presente que no solamente nada permanecerá oculto, sino que nada será olvidado.

Esta advertencia debería hacer corregir nuestros comportamientos y recuperar el rumbo perdido en los diarios afanes.

Leyendo a Oseas, recordé esta cuestión y decidí hacer una especie de inventario de mis errores y de lo que pensé sobre ellos.

Creyendo que nada tendría importancia. Pero olvidé que la mirada del Omnipotente está puesta sobre cada criatura y naturalmente, sobre mí también.

No nos olvidemos de esto, porque el Día del Juicio, nos serán reclamadas decisiones y hechos, que podríamos haber pasado por alto. Pero no el Señor!

La única manera de luchar contra esta forma de olvido, es la de vivir de acuerdo a lo que nos manda el Creador, siempre.

En cualquier circunstancia y lugar. Sin excepciones ni claudicaciones, propias de la debilidad de nuestra carne.

Oseas 7:2

Y no consideran en su corazón que tengo en memoria toda su maldad;

ahora les rodearán sus obras; delante de mí están.

Oseias 7:2

 E não dizem no seu coração que eu me lembro de toda a sua maldade;

agora, pois, os cercam as suas obras; diante da minha face estão.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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CONTEMPLAR

El Evangelio de Marcos se caracteriza por mostrar a Jesús en constante acción, durante su Ministerio terrenal.

El Hijo del Hombre enseña una gran lección a propósito de la utilización del tiempo, sabedor sin duda, de que su presencia en la Tierra tenía un límite.

En cierto modo, también nosotros nos encontramos en la misma situación. Solo que el momento de nuestro tiempo no lo sabremos, hasta que se concrete.

La imperiosa necesidad de Jesús se enseñar, sanar, luchar, nos deja en evidencia cuando declaramos sus seguidores y hacemos lo contrario de lo que ÉL hizo.

Muchos de nosotros nos limitamos a contemplar lo que ocurre a nuestro alrededor procurando que nada nos afecte, que nada contamine nuestra burbuja, para seguir ajenos a todo y a todos.

No es esta una manera de obrar para quienes nos llamamos hijos de Dios!

Si aceptamos al Señor como nuestro Salvador, debemos de seguir su ejemplo y ser fieles cumplidores de sus Mandatos.

Caso contrario, nuestra declaración de fidelidad, será otra muestra de palabrería, vana, sin sentido y hasta mentirosa.

No hemos sido mandados a contemplar!

Santiago 1:22

Pero sed hacedores de la palabra,

y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

Tiago 1:22

E sede cumpridores da palavra e não somente ouvintes,

enganando-vos com falsos discursos.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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RESCATE

Cada día se repiten los mensajes relacionados con el rescate de la Iglesia, ante el advenimiento del fin de los siglos.

Cada día se repite con gran convicción esta afirmación, que se torna en un mensaje agradable sobre el futuro de quienes hacemos parte de la Iglesia.

Lo que sorprende es que nadie entre quienes hacen estos mensajes, haga referencia a aquello que deberíamos hacer en tiempos de la espera.

Nadie habla, por ejemplo, de las responsabilidades que tenemos como hijos de Dios, de servir a quienes nos rodean.

Tampoco se habla de la necesidad de cumplir con el mandato que nos dejó Jesús, de llevar el mensaje de las Buenas Nuevas hasta los confines de la Tierra.

Pareciera que con hablar del rescate, ya hemos cumplido la parte de nuestro Pacto!

Tal vez deberíamos reflexionar acerca de lo que el Hijo del Hombre espera de nosotros!

La comodidad de aguardar con la confianza puesta en ÉL, podría desaparecer si pensáramos quienes verdaderamente serán rescatados.

Seremos todos o seremos todos quienes cumplamos fielmente con el mandato de servir y llevar el mensaje del Evangelio?

Esta pregunta puede parecer polémica o incluso fuera de lugar, pero creemos que es necesario formularla, para no ser cómplices de la pasividad o la indiferencia.

Y si los rescatados fueran los verdaderamente fieles?

Que ocurriría con muchos de nosotros?

Ante las voces que se levantan hablando de la inminencia del rescate, bueno es que reflexionemos sobre esta cuestión.

Porque si verdaderamente pensamos en lo inminente bueno es que obremos con esa misma urgencia y no dejemos para otros días, lo que podríamos lamentar mañana mismo.

La vida cristiana no solamente se alimenta de buenas palabras, sino también de hechos que son frutos reveladores de nuestra fe.

No olvidemos que si es inminente el tiempo del rescate, en la misma medida lo será la necesidad de mostrar nuestra fidelidad al Señor.

Así como nos regocijamos en el cumplimiento del rescate, debemos obrar del mismo modo, con regocijo y firmeza haciendo lo que se espera de nosotros.

Diego Acosta

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RESCATE

Cada día se repiten más los mensajes relacionados con el rescate de la Iglesia, ante el advenimiento del fin de los siglos.

Cada día se repite con gran convicción esta afirmación, que se torna en un mensaje agradable sobre el futuro de quienes hacemos parte de la Iglesia.

Lo que sorprende es que nadie entre quienes hacen estos mensajes, haga referencia a aquello que deberíamos hacer en tiempos de la espera.

Nadie habla, por ejemplo, de las responsabilidades que tenemos como hijos de Dios, de servir a quienes nos rodean.

Tampoco se habla de la necesidad de cumplir con el mandato que nos dejó Jesús, de llevar el mensaje de las Buenas Nuevas hasta los confines de la Tierra.

Pareciera que con hablar del rescate, ya hemos cumplido la parte de nuestro Pacto!

Tal vez deberíamos reflexionar acerca de lo que el Hijo del Hombre espera de nosotros!

La comodidad de aguardar con la confianza puesta en ÉL, podría desaparecer si pensáramos quienes verdaderamente serán rescatados.

Seremos todos o seremos todos quienes cumplamos fielmente con el mandato de servir y llevar el mensaje del Evangelio?

Esta pregunta puede parecer polémica o incluso fuera de lugar, pero creemos que es necesario formularla, para no ser cómplices de la pasividad o la indiferencia.

Y si los rescatados fueran los verdaderamente fieles?

Que ocurriría con muchos de nosotros?

Ante las voces que se levantan hablando de la inminencia del rescate, bueno es que reflexionemos sobre esta cuestión.

Porque si verdaderamente pensamos en lo inminente bueno es que obremos con esa misma urgencia y no dejemos para otros días, lo que podríamos lamentar mañana mismo.

La vida cristiana no solamente se alimenta de buenas palabras, sino también de hechos que son frutos reveladores de nuestra fe.

No olvidemos que si es inminente el tiempo del rescate, en la misma medida lo será la necesidad de mostrar nuestra fidelidad al Señor.

Así como nos regocijamos en el cumplimiento del rescate, debemos obrar del mismo modo, con regocijo y firmeza haciendo lo que se espera de nosotros.

Diego Acosta

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ME COMPARO CON…

Pensando en algunas de mis actitudes, llegué a la conclusión de que son una forma de rebeldía contra Dios.

Una de ellas es la de compararme con otras personas!

La comparación generalmente encierra el anhelo de ser como una estrella famosa o un deportista exitoso o un escritor o un artista.

Incluso podemos anhelar ser como los grandes hombres de la Biblia, que cumplieron mandatos asombrosos del Todopoderoso.

Abraham, Moisés, Noé, David, fueron elegidos por Jehová para hacer las obras que eran necesarias para que se cumpliera su Plan para los Hombres. En cada tiempo el Soberano elige quienes los servirán.

Cada uno con su debilidad, ansía ser algo diferente de lo que es. Solo que nos olvidamos que somos lo que somos porque así lo ha dispuesto el Creador.

Y en esa búsqueda insensata dejamos de valorar los dones y talentos que el Señor nos ha dado. Y en lugar de servir con ellos los menospreciamos, como si no tuvieran ningún valor.

Lo cierto es que con esos dones y talentos debemos de servir al prójimo, que es la manera de servir a Jesús, como ÉL lo enseñó.

Cada vez que deis de beber al sediento, a mí me has dado de beber!

No lo olvidemos y vivamos con alegría por ser como somos y hagamos el bien con los dones que el Altísimo nos ha concedido.

Y no volvamos a caer en la tentación de compararnos con nadie.

Génesis 1:26

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Gênesis 1:26

E disse Deus: Façamos o homem à nossa imagem, conforme a nossa semelhança; e domine sobre os peixes do mar, e sobre as aves dos céus, e sobre o gado, e sobre toda a terra, e sobre todo réptil que se move sobre a terra.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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buenas septimomilenio

BUENAS NUEVAS

Los Profetas han tenido muchos momentos difíciles, cuando debieron anunciar decisiones de Jehová que afectaban principalmente al pueblo de Israel.

Esas decisiones pueden afectarnos cuando nos encontramos en circunstancias similares, en donde el Juicio se abate sobre el pecado y la infidelidad.

Pero también los profetas fueron encargados de anunciar un cambio en el futuro, principalmente en el caso de Jerusalén.

Isaías fue encargado de anunciar cosas buenas para los pobres, también para los quebrantados de corazón, a dar libertad a los cautivos y a los prisioneros.

Hagamos nuestras estas decisiones de Jehová!

Cambiemos el sentido de nuestra vida, alejándonos de lo que ofende a Dios, de lo que agravia su Majestad y de lo que significa una rebelión contra su Poder y Autoridad.

Eso espera ÉL de nosotros! Un cambio que nos lleve por la senda de la Obediencia y de la fidelidad.

Lo mismo que le reclamó en diversos momentos de la historia a Su Pueblo, a los hombres y mujeres de Israel que se alejaron voluntariamente de sus mandatos y se volvieron idólatras y hacedores de maldad.

Así como el Eterno redimió a Israel, así redimirá a quienes abandonen sus malas acciones y se conviertan en hacedores del bien.

Las promesas del pasado tienen vigencia con el tiempo, por el principio de que la historia se repite, como nos reveló el sabio Eclesiastés.

No seamos esclavos del pasado y de nuestras malas obras. No perseveremos en el error ni en la rebeldía. Si lo hacemos nos esperarán días de renuevo, como nunca lo podremos imaginar.

Isaías 61:1

ES – El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel.

PT – O Espírito do Senhor Jeová está sobre mim, porque o Senhor me ungiu para pregar boas-novas aos mansos; enviou-me a restaurar os contritos de coração, a proclamar liberdade aos cativos e a abertura de prisão aos presos.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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CADA UNO

Al poco tiempo de haber aceptado al Señor me ocurrió algo que en ese momento, no comprendí muy bien.

Miraba a mí alrededor en la congregación y advertía como había hermanos que se distinguían más que otros por lo que hacía, por la forma en que oraban o por su capacidad para predicar.

Entonces pensaba: Me gustaría hacer lo que hace ese hermano o esa hermana, porque parece que es la manera de ser un buen cristiano.

Con el tiempo fui comprendiendo que cada uno de nosotros recibe lo que Dios le ha dado. Y por tanto anhelar lo que otros tienen, es un poco ignorar este principio básico.

Si somos diferentes los dones y talentos serán distintos, por lo que de nada vale hasta envidiar, algo que tiene otra persona.

Así fui comprendiendo que lo único que cabe en esta cuestión, es hacer de la mejor manera que sepamos y con la mayor diligencia posible, aquello que está en nuestras manos hacer.

Es precisamente de eso que responderemos en nuestro Juicio y no de otra cosa. Cada cual se hará responsable de sus hechos y de ninguna otra cosa más.

Jeremías 25:31

Llegará el estruendo hasta el fin de la tierra, porque Jehová tiene juicio contra las naciones; él es el Juez de toda carne; entregará los impíos a espada, dice Jehová.

Jeremias 25:31

Chegará o estrondo até à extremidade da terra, porque o Senhor tem contenda com as nações, entrará em juízo com toda a carne; os ímpios entregará à espada, diz o Semhor.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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